0 0 7 | Lync Volan.

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Decente”.

— Bien.. — una peliplateada observa el movimientos que generalizaba un botella, este parecía ser uno de los juegos donde practicaban verdad o reto, cuando de repente este de había detenido señalando a dos personas en especiales. — parece que la botella a hablado. — menciona con una notable sonrisa que mostraba su sincera malicia.

  El cierto grupo de amigos se encontraba en silencio ya que parecía que la misma botella si había hablado después de todo.

  Una pelirubia en especial tenia cierta sorpresa en lo que acababa de pasar, nunca pensó, de veras que no lo pensó ni cinco segundos, que el chico con quien iba a cumplir su reto, sería un pelirosa de ojos turquesas, parecía que en esos momentos su respiración estaba mas que acelerada al igual que si mismo corazón, trago en seco mientras se dispuso a observa a una de sus amigas.

— Vaya... — susurra, mientras la observa un poco pensativa. — bueno parece que es el turno de (T/N) y de Lync. — observo nuevamente a una peliazul ojiverde. — tu escoges Fabia. — menciona para que ella asienta.

— Bueno como solamente estamos haciendo retos es lo que obviamente harán. — pronuncia para después asentir de forma obvia su cabeza. — entonces como algunos sabrán soy nueva en esto pero e visto en películas que esto podría funcionar... — un pelirubia estaba demasiado desconcertada por lo que pueda mencionar.

— «Por favor que no diga la palabra armario, por favor». — pensaba mentalmente la chica mientras la observaba de una manera suplicante.


— ...veinte minutos en el armario. — menciona por ultimo para que la chica termine por maldecir se así misma por mostrarle aquellas películas. — ese es mi reto. — explica mientras observa a la pelirubia.

— Bueno entonces tendrán que comenzar. — menciona la chica peliplateada mientras se levanta de en donde se encontraba.

  Dos de los chicos presente tenían que seguir a la misma chica que caminaba enfrente de ellos, cierto pelirosa tenía la mirada desinteresada mirando técnicamente hacia otro lado, lo cierto o era que en verdad él estaba tan nervioso por dentro, los nervios habían bien su trabajo sinceramente, mantenía su mirada tan desinteresada que al mismo tiempo tenía ambos brazos en él lugar de su nunca. La pelirubia a cambio de él es que no mantenía esa mirandés actitud sino que en verdad su timidez estaba al tope, su mirada estaba hacia abajo mientras que allí jugaba tranquilamente con sus dedos de las manos.

— Entonces, aquí es. — señala con su mano a un armario de de un típico tamaño acostumbrado.

  Para él parecer de los dos chicos si había suficiente espacio para que ambos entraran en aquel lugar, sin duda alguna, pero solo había en problema de que ellos estaban tan cerca que podían persivir sus respiraciones mutuamente.

— Disfruten sus veinte minutos. — sonríe en una forma apenada para después terminar de cerrar aquella puerta en donde se encontraban.

  La chica estaba un poco incomoda en aquel lugar debido a la cercanía de el pelirosa, lo peor que le podía pasar fue que sus pechos tenían mucha cercanía con el suyo, técnicamente era una chica de lo mas tímida.

  El pelirosa parecía que estaba agusto con todo lo que le estaba pasando ahora, sinceramente no pensaba en lo que podría pasar estando los dos allí dentro.

— Y ¿bien?. — cuestiona el chico observando atentamente a la pelirubia.

— ¿Q-que?. — trata de gestionar la pelirubia.

— No me digas te todo esto lo había planeado Julie. — menciona en un tono frustrante.

— ¿Saberlo?. — cuestiona para que el chico asienta. — yo me acabo de dar cuenta de lo que estaba haciendo. — pronuncia ya en un modo firme, a pesar de lo que mal que este no podía dejarle ganar esta batalla.

— ¿Entonces..?. — pronuncia el chico al mirarla nuevamente.

— No sabia que ella iba a hacer esto. — responde de una manera sincera.

— Esta bien. — menciona el chico después de aquello.

  La chica de encontraban con un típico sonrojo debido a aquello, su quería confesarle sus sentimientos definitivamente ese sería él lugar indicado aunque ella hubiese preferido otro ambiente.

— Bueno si vamos a estar veinte minutos en este armario seria mejor hablar de algo. — opina mientras capta la mirada de la adolescente.

— B-buena idea. — admite mientras piensa en algo en lo cual pudiesen platicar.

— ¿No te cansas siempre de estar a la sombra de tu hermana, Fabia?. — cuestiona de repente causando un poco de sorpresan en el rostro de la chica.

— ¿Disculpa?. — cuestiona nuevamente con cierta molestia reflejada ahora en su rostro.

— Ya lo has oído. — responde de una manera maliciosa.

— Tu ciertamente no te cansas de que te expulsen diariamente de tu hogar y/o escuela. — menciona para que finalmente aquella sonrisa por parte de el pelirosa se desmorone de repente.

— ¿Que?. — pronuncia el chico.

Lo que has oído. — menciona la pelirubia, este chico podría ser fastidioso en algunos momentos.

— Eres una fastidiosa. — habla después de varios segundos de silencio lo que ahora poseía la pelirubia era un cierto sonrojo pero no por la vergüenza sino por la molestia que sentía ante aquello que había sucedido.

— ¡Tu eres un... — la pelirubia no había terminado lo que estaba por decir ya que ahora mismo tenía los labios de el pelirosa sobre ella.

  Al principio ella se habia sorprendido tanto que sus ojos técnicamente se habían abierto al mas poder, mientras que el pelirosa movía lentamente sus labios sobre ella.

— Shh. — pronuncia el pelirosa cuando nota que ella esta realmente tensa ante aquello.

  Como una completamente enamorada tonta, la pelirubia decidió seguir aquel beso, ya que técnicamente ella lo estaba esperando desde hace mucho tiempo.

  Los labios de la chica movían lentamente intentando seguir el mismo movimiento que el pelirosa, al parecer la chica quería intentar algo nuevo, su mano corrió lentamente el contorno de su cabello hasta detenerse en su distintiva nuca, de esa manera intensificando su beso.

  Pero lo que ella no se había dado cuenta fue que el pelirosa también estaba pensando en intentar lo mismo, sus manos estaban sobre la estrecha cintura de la rubia, de aquel movimiento fue bajando su mano lentamente hasta detenerse en su muslo donde allí ejecutaba varias caricias provocando un suave gemido en la chica.

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— Creen ¿que ellos estén bien?. — cuestiona una peliazul, mientras observa a los presentes.

— Creó que si. — responde ante ello un grandullón de cabello pelirrojo y de piel morena.

— Bueno de igual manera, aun falta doce minutos para abrir la puerta. — hablo una peliplateada restándole importancia para al mismo tiempo encogerse de hombros.

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