Capitulo 2

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No entiendo como esos ojos se me hacen tan familiares, son tan profundos... ¿Es normal que lo mire fascinada? Porque así me siento, fascinada.

El vuelve a reír, ladea su cabeza de manera divertida ante mi silencio.

Su risa hace que salga de mi burbuja, observo la forma en la que nos encontramos, el aun no despega sus brazos de mi cintura, su agarre es firme y determinado. Es una posición algo extraña, pero no soy capaz de moverme ni de dejar de mirarlo.

Carraspeo—Suéltame—ordeno, quito sus manos de mi cintura de manera agresiva—¿Y porque debería de agradecerte? Si tu fuiste quien choco contra mí, ¿Sabes que hubiera sucedido si me cayera? Estaría desangrándome por tu culpa.

—Wow, tranquila niña—Rayan levanta sus manos en sentido de rendición.

¿Niña? Que se cree este idiota para llamarme así, cree que porque es guapo y muy sexy...

Mierda, concéntrate.

—Tengo veintidós señor prehistórico.

Ríe, pone sus manos en su cadera  me mira como si se estuviera burlando de mi—Deberías de ser más amable.

—No me conoces.

¿Cómo sabe si soy o no amable? Como deduce algo así sin conocerme.

—No intento hacerlo, solo te doy un consejo.—Se encoge de hombres dándole poca importancia.

Levanto las cejas—Uno que no tomare en cuenta.

Mi manera de hablarle parece llamarle la atención, el recuesta su espalda sobre la puerta y coloca sus manos dentro de los bolsillos delantero de su pantalón, pasa lentamente su lengua sobre sus carnosos labios mientras mira los míos.

Suelta una risa carrasposa y baja—Eres tan fiera, me gusta. ¿Cómo te llamas niña?

Con que no querías conocerme...

—Que no soy—interrumpe.

Sisea—Cálmate niña, dime tu nombre y dejare de llamarte así.

Este imbécil.

—No te lo diré. —me cruzo de brazos desafiándolo.

—Lo averiguare.

—Suerte con eso.

—¿Quieres apostar? —sonríe, yo no digo nada—Cobarde.

Estoy por protestar cuando lo veo pasar por mi lado para bajar los escalones dejando un aroma delicioso y masculino, me dedico a observar su cuerpo muy bien ejercitado y moldeado

Mis mejillas se encienden cuando el se gira y nota que lo estoy mirando. —¿Disfrutando la vista niñita?

Pongo los ojos en blanco y decido también bajar los escalones, al llegar a bajo mi hermana me mira con una sonrisa.

—Pero que bombón te has levantado—dice mientras me golpea con el codo.

—Claro que no, ni al caso.

—Si, mira como te mira, uff ya me mojé.

La miro con una mueca de asco antes de sentarme a su lado.

—¿Ella es tu hermana Lea? —pregunta uno de los chico, sus ojos son igual de grises que los de Rayan al igual que los rasgos faciales, son muy parecidos ¿serán familiares?

—Si, ella es mi hermana menor.

—¿Cómo te llamas guapa?

Veo como Rayan se acomoda en su asiento, colocando una pierna sobre la otra apoyando su rostro contra su mano sin despegar sus ojos de mí.

Mi primer amor de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora