Capitulo 29

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Hola, bueno probablemente modifique algunas cositas luego, pero igual me gusta mucgo este capitulo, espero que lo disfruten mucho.

Al bajar del avión me doy de cuenta que aterrizamos en una residencia que tiene su propia pista.

A unos metros se puede ver una enorme estructura blanca rodeada de un hermoso jardín, con fuentes que son decoradas por peces que nadan en ella.

—Es una de las mansiones que pertenece a mi familia—comenta Rayan al ver mi cara.

—¿Una de las mansiones? ¿O sea que tienen más?—pregunto curiosa.

Él se voltea a verme con una mirada de ¿En serio preguntas eso?

Entramos a la hermosa mansión Ferrer, lo único que logro ver es la gigantesca escalera blanca en forma de caracol, pero Rayan no me permite detallar el lugar y me adentra a una de las habitaciones.

—Traigan nuestros equipajes—le ordena a los escoltas quienes no dudan en obedecer.

Me deleito viendo por la gran ventana que da la esplendida vista de la torre Eiffel, el juego de luces de la ciudad junto al oscuro cielo, es deslumbrante...

Me volteo cuando siento el olor a cigarro.

Rayan lo lleva a su boca dando una calada sin despegar sus ojos de mi.

—Por hoy no dormiremos aquí—me informa sentándose en la cama—Ven—palmea el lado libre a su lado.

Me acerco con cautela, esta fumando...

—¿Y donde dormiremos?—pregunto dejándome caer a su lado.

Da otra calada y dejada salir el humo por su provocativa boca.

—Ya veras...—La puerta se abre y Rayan se levanta.

Observo como Gabriel se acerca con tres maletas Louis Vuitton las cuales él no duda en abrir sacando una cantidad infinita de ropa.

—A ver, ¿Qué te puedes poner...?—murmura Rayan apagando el cigarro en un plato que yace en la mesa de noche..

Mis ojos se abre al ver la cantidad de vestidos que hay, Mike junto a Terry se acercan con una pila gigantesca de cajetas de calzados.

¿En que momento tuvo tiempo de comprar todo?

Me levanto para observar las prendas que van sacando y colocándolas sobre uno de los sofás.

—¿Cagas dinero o que?—pregunto viendo las etiquetas.—¡Mil dólares esa cosita!

—No es por presumir, pero ¿Qué te esperas? Soy un Cox linda—Me guiña un ojo.

 —Pero solo es un simple jersey...—Lo observo y no tiene nada de especial —Con esa cantidad de dinero me pude haber comprado más de cien iguales.

Voltea los ojos y sigue examinando los vestidos.

Yo me acerco a los accesorios y mi atención cae sobre una pequeña caja negra...

—¿Te gusta este gatita?—me giro y él sonríe levantando un vestido blanco perla, con tirantes delgados—¿O este? Es mi favorito.

Ese es distinto, con un color rojo vino llamativo, tiene una abertura en el medio que separa la unión de los senos, dos grandes y gruesas capas de tela desde el cinturón plateado que rodea la cintura hasta finalizar alrededor del cuello, la parte baja es algo pomposa con capas que dan la impresión de una rosa, y finaliza con un gran escote en la espalda.

—Pruébatelo, quiero ver como te queda—dice colocándolo en mis manos.—Ustedes, salgan—le dice a los escoltas quienes no dudan en hacerlo.

Mi primer amor de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora