Capítulo 23 (Maratón 1/2)

22.5K 2.1K 801
                                    

El vacío y dolor que siento por no saber nada de él, es la peor sensación que puedo estar experimentando.

Mis días se basan en despertar, gritar, llorar, patalear, romper cosas y quedar sedada nuevamente.

Y lo peor es que no recibo noticias de él.

No se si esta muerto o vivo, solo se que esta "Gravemente herido" ¿Por qué? Pues por mi maldita existencia.

Ya no se si merezca vivir... O si merezca su amor.

La puerta se abre y veo a Noah asomarse por ella, viendo cada rincón de la habitación, examinando si hay alguien además de mí.

El entra y le hace una seña a Isa, Lea, Ivan, Nate y Julián, quienes se colocan en frente de mí.

—Hola guapa—me elogia Iván

Yo lo miro sin ninguna expresión.

—Creo que no deberías de hablar, ella odia que hables—le dice Isa.

—¿Odia que hable?

—Y yo también.

Eso me hace reír, Isabelle me guiña el ojo.

—Listo—Noah coloca a mi lado una silla de ruedas. —Es ahora o nunca.

—¡Mueve ese lindo trasero! —grita Nate.

Noah lo mira con las cejas elevadas.

—¿Por qué miras su trasero?

—¡Dejen de pelear! —se queja Lea— Amor ayuda a Scar—Julián se acerca a mí.

—¿Para qué? —pregunto.

Julián desata las cuerdas que están alrededor de mi cuerpo, el doctor tomo la decisión de mantenerme de esta manera, ya que amenace a mi padre con matarme si no me dejaba ver a Rayan.

—Haremos algo divertido—murmura Julián.

Esas palabras me traen un recuerdo, que me hace sentir peor, con deseos de tirarme del punto más alto del mundo y quitar este dolor que se impregna en mi pecho.

Noah se sienta junto a mi y coloca su fría mano sobre mis piernas, él me sonríe.

—Iras a verlo—tardo unos segundos en reaccionar, lo observo con los ojos abiertos—Te dije que te ayudaría, jamás rompo una promesa pervertida.

Sonrió.

—Noah... ¿En serio? —mis ojos se llenan de lágrimas por la impresión.

—Claro que sí, para eso estamos los amigos. No me gusta verte triste. —limpia la lagrima que rueda por mi mejilla—No tenemos mucho tiempo, así que mueve ese sexy trasero.

—Pero mi papá—me interrumpe.

—Ay, a la mierda tú papá, tienes veintitrés años.

Ambos reímos.

Le doy un abrazo, luego me levanto de la cama sintiendo mis piernas temblar, Noah y Julián me ayudan a sentarme.

Ellos me explican su plan, Lea se hará pasar por, mi razón por la que debí de intercambiar de ropa con ella, Isa e Ivan se quedaran en la habitación con mi hermana y Nate vigilara afuera.

Mientras que Noah y Julián me llevan con Rayan.

—Con cuidado—digo riendo ante la rapidez con la que manejan la silla de rueda.

Noah detiene la silla de ruedas haciéndome caer de culo en el suelo el estalla en risas en vez de levantarme.

—¡Noah! —me quejo, mi cuñado se apresura a ayudarme—Gracias Julián.

Mi primer amor de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora