Capítulo 37

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PROBABLEMENTE AGREGUE Y CMABIE COSAS DE ESTE CAPÍTULO.

El maratón lo publicare pronto, y este capítulo va en agradecimiento por las 80 mil leídas, gracias, los quiero.

Scarlett

Están aquí.

Vienen por mi.

El sonido de los disparos, gritos y bombas siendo detonadas se escucha a lo lejos

El miedo de que no lleguen a tiempo o de que les ocurra algo por mi culpa, se hace presente.

Todo tipo de sonido se detiene, solo escucho las voces dando ordenes.

Pasos fuertes se acercan.

El frio abraza mi piel haciéndome temblar.

¿Y si es André?

¿Si vienen a matarme de una vez por todas?

—¡Ahora!—grita una voz masculina.

Capto como tiran la puerta al suelo, veo como corren hacia a mi, algunos se detienen, detrás del hombre encapuchado que se acerca.

Los que se quedaron de pie corren a fuera, gritando cosas las cuales no logro escuchar.

Él hombre intenta acercarse dando pasos lentos mirándome con los ojos abiertos, pero mi instinto me dice que no confié.

—N-no me hagas daño...—digo con dificultad cuando lo veo a unos centímetros—P-por favor...

Trato de moverme pero se me hace imposible, él se detiene y niega.

Se mantiene de pie mirándome, veo como aprieta sus puños.

—Por favor...—repito con un hilo de voz, esforzándome para hablar, mi garganta arde —Ya no aguanto más, me duele mucho.

Sollozo.

Mis ojos se abren con sorpresa cuando se quita lo que cubría su rostro, él se abalanza sobre mi abrazándome.

—Viniste...

Se separa con los ojos cristalizado

—Claro que si gatita, claro que iba a venir por ti.—acaricia mi rostro.—Nunca te abandonaría.

Él repasa cada  lugar de mi cuerpo, tapa su boca apretando los puños viendo toda la sangre y heridas.

—S-sabia que...—respiro con dificultad—Vendrías—elevo mi mano temblorosa hacia su mejilla.

—Ya todo esta bien gatita...—dice con la voz rota mirando hacia la puerta.

Me vuelve a mirar dejando un beso en mis labios, pasa sus dedos por mi empapado rostro.

—Creo que perdí a nuestro bebe, Rayan—le digo despacio con la voz rota—No pude protegerlo.

El niega bajando la mano a mi vientre, cierra los ojos dejando caer las lagrimas.

—Todo estará bien.

Niego.

—No, no pude hacer algo bien,—me esfuerzo para hablar haciendo que la garganta me arda— S-siempre... estoy haciendo sufrir a mis seres queridos—Me detengo respirando cuando me canso —y ahora perdí a algo que ni siquiera tuve la oportunidad de conocer, y lo condene.

—No gatita, no digas eso, yo,—sonríe.

Acuna mi rostro recargando su frente en la mía.

— Yo ya te recuerdo, ya recupere todos mis recuerdos y en ninguno de ellos me has hecho sufrir...—confiesa entre lagrimas.

Mi primer amor de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora