Mi primer amor de verdad

Prólogo

California, año 2005

Mí primer diente, el primer diente que se me ha caído.

Le sonrió a mi madre con el gran agujero en donde estaba mi colmillo, ella ríe y me revuelve el cabello.

—Te ves hermosa mi pequeña.

—Gracias mami—no dejo de sonreír

—Stalle—me giro y veo a mi hermanito Max caminando hacia mi, el es mas pequeño que yo por un año, el tiene cuatro y yo cinco y medio, pero aún no sabe decir mi nombre.

—Hola Max—le tomo las mejillas y se las aprieto, es que las tiene tan gordas

—Auh—hace un ademán de llorar y lo suelto—duele—se queja tocandoselas

—Scarlett no seas ruda—mamá me regaña y toma a Max en sus brazos y le da besos

Que envidia

Camino hacia la nevera y tomo una cajeta de jugo, y empiezo a jugar con el liquido pasandolo por el espacio que hay entre mis dientes.

—Scarlett—Mamá me llama y me giró con el ceño fruncido—¿Puedes ir al parque y decirle a Lea y a Sara que ya está la comida?

—Si mami—asiento y salgo de la cocina

La amiga de mi hermana no me agrada, es muy mala conmigo cuando juego con ellas y Lea nos deja solas ella me molesta, suele jalarme del cabello o morderme, y me amenaza para que no le diga a mis padres.

Al llegar a la puerta estoy por abrirla, pero se abre sola y veo a mi padre, el sonríe ampliamente y me eleva en sus brazos.

—Mi niña linda—me da un beso en la mejilla, yo sonrió para mostrarle el agujero—¿No lloraste?.

—No—admito sintiéndome orgullosa.

El me deja en el suelo y aplaude.

—¡Esa es mi hija! Dame esos cinco—pone su mano y yo la choco con la mía—¿Dónde ibas?—cierto casi lo olvidaba.

—Mmh a buscar a Lea y a Sara.

—¿Al parque?—Asiento—Ve rápido que está a punto de llover, y no hables...

—No hablo con extraños, ya se papi—terminó por el.

—Exacto.

No digo nada más y paso por su lado saliendo de la casa.

Cuando llegó al parque veo a Lea en el suelo con Sara jugando con unas muñecas.

—¡Lea mamá dice que ya esta la comida!—grito

Ella se gira y mueve su mano dándome a entender que la espere, no digo nada y me siento en uno de los columpios.

—Hola—un niño de cabello marrón casi negro y un poco más alto que yo me habla—¿Puedo sentarme?.

—Si, no creo que diga mi nombre—pienso que es muy estúpido preguntar si se puede sentar, el parque es de todos los niños, el puede hasta orinar ahí si quiere

El sonríe y se sienta junto a mi, noto que me esta mirando así que decido hablar

—¿Tengo algo en la cara?

—N-no sólo quiero saber tu nombre

—¿Para que? ¿Quieres secuestrarme?

—No no no, tengo seis años ¿Cómo te voy a secuestrar?—parece aterrado

El niño tiene buen punto, lo miro con desconfianza, y lo analizó, ojos grises y muy brillantes, interesante... Piel muy blanca para ser un niño normal... nooo ¿Es vampiro?