Capítulo 20

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Escuchen una rolita sad ¿ok?

Scarlett

Percibir su voz mientras pronuncia ese apodo, es como volver a escuchar mi canción preferida y haber olvidado la letra.

Levante mi rostro, y nuestros ojos coincidieron, el arqueo sus labios dándome una sonrisa de boca cerrada.

Se ve tan angelical, como si fuera incapaz de causarme un dolor más fuerte que cualquier desastre natural.

—¿Cómo estás? —pregunta ante mi silencio.

—Bien.

Conteste secamente, sabiendo que era mentira, me sentía terrible, con ganas de abrazarlo.

Casi lo olvidaba, y tuvo que venir hoy, justamente hoy, haciendo que mis sentimientos aparezcan.

No se si sea egoísta estar hablando con él, en vez de ir donde Edwin quien probablemente tenga el rostro hecho pedazos.

—Mentir esta mal, no es bueno.

—Fingir que te importo también lo es.

—No hagas esto Scarlett, sabes que me importas.

Rio irónicamente.

—No, no te importo, nunca te importe. —trato de sonar poco importa— Porque si fuera cierto, no me habrías dejado—vuelvo reír sintiéndome estúpida—No sé porque sigo diciendo eso, si no me dejaste, ya que nunca fuimos ni seremos.

—Si fui... —interrumpo.

—Rayan basta, no quiero escuchar tus mentiras ¿Podrías hacer eso?

—Si supieras lo mucho que me duel... —le corto

—Para, ¿sí? —lo miró fijamente—Lo que sea que fuimos, era tan lindo que parecía que nos queríamos de verdad, —mi voz se quiebra— que parecía que tú me querías... Pero ya hay que olvidarlo.

—No quiero que lo olvides Scar, no quiero que me olvides—sus ojos se cristalizan.

Alzo la vista al cielo, mirando las estrellas, derramando otra lagrimas más, siendo mi pecho oprimirse por el dolor.

—Quiero ser feliz—digo en voz baja—Ya tu lo eres, yo también merezco serlo—lo miro—Y duele saber que lo eres con ella, me lastima saber que quiero a alguien que no es mío.

—Gatita no... —Lo interrumpo levantándome, acunando su rostro con mis manos.

—No hay más gatita, soy Scarlett.

El traga grueso endureciendo su mandíbula.

—Ya es hora de que te deje ir, de que te quiera por última vez. —le digo dejando caer mis lagrimas— Porque la vida sigue y no quiero estar atrapada dentro de los recuerdo, ni siendo tu plato de segunda mesa.

—Gatita dejam....

—Rayan, mi nombre es Scarlett, no gatita. —sollozo.

—No, no me digas Rayan, dime señor prehistórico. —sus ojos se llenan de lágrimas. —¿Lo recuerdas?

—No, no eres mi señor prehistórico, —cierro los ojos con fuerza—El jamás me haría esto. —lo miro, y el está llorando, que falso—No se quien eres, ni pretendo conocerte.

—Scar, no me hagas esto. —suplica derramando lágrimas.

Y le sonríe, como si nunca hubiera llorado por él.

—Te quiero, —le digo acariciando y mirando su rostro por última vez —No me busques más, cuídate mucho y se feliz. También hazla feliz a ella, es muy afortunada de tenerte, y merecerte. —le digo con todo el dolor del alma.

Mi primer amor de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora