Capítulo 27

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Rayan ríe a carcajadas mientras sostiene su barriga.

La ganas de besarlo y abrazarlos son incontrolables, mi cuerpo lo aclama.

—¿De verdad baile bajo la lluvia?—pregunta sin creerlo.

—Si lo hiciste.—digo llevando una cucharada de helado a mi boca.

—Entonces tuve que quererte mucho para hacer esa tontearía.—bromea.

—Siempre me gustaron las cosas cli—me detengo cuando lame su pulgar y se inclina para pasarlo por la comisura de mis labios.

—Tenias un poco de helado.

Me quedo helada sin saber que hacer.

Él me observa con curiosidad ante mi silencio, carraspeo.

—Bueno creo que...

—Eres linda.—suelta sin rodeos.

Aprieto los labios sintiendo mis mejillas arder.

—Gracias.—sonrió, mierda.

—Muy linda de hecho, hermosa.—muerde su pulgar—¿Cómo es que pude olvidarte?

—No lo se...

Ay estoy arruinando todo.

Rayan frunce su ceño mirando detrás de mi, me volteo viendo a un hombre con bata acercarse.

—Scarlett—dice suavemente.

—James—me levanto de la silla para saludarlo con un abrazo y un beso en la mejilla.

—No sabia que estabas aquí, ¿Cómo estas?

—Un poco mejor y t...—me interrumpe.

—¿Quién eres y que haces aquí?—Rayan mira a James de manera fría.

—Soy el doctor... —le corta.

—Te pregunte quien eras y que haces aquí, no de que trabajas.

Mis ojos se abren por la sorpresa del tono que utilizo y la manera en la que se dirigió a el.

—Soy amigo de Scarlett, por eso estoy aquí—lo encara.

Yo me quedo mirándolos sin saber que hacer.

—Amigo de Scarlett—repite.

—Si, ¿Algún problema con eso?

—Si, eres amigo de ella, no mío, así que lárgate.

—¿Que?

—Que saques tu asqueroso culo de aquí y quites tus putas manos de las caderas de mi gatita.

—Rayan—le digo.

—¿De tu gatita? Si ni la recuerdas.—lo provoca James.

—¿Crees que porque no lo hago tienes ventajas?—él no dice nada y Rayan ríe—Puedes sentarte allí a esperar,—señala la silla— porque no dejare que un imbécil me quite la oportunidad de volverme a enamorar de ella.

Abro los ojos aun más tratando de procesar todo.

—¡Doctor lo necesitamos!—una enfermera entra alarmada llevándose a James quien mira a Rayan con rabia.

¿Qué fue todo eso?

—Buen tipo el James ¿No?—comenta Rayan como si nada—Ven siéntate—dice palmeando la silla.

(...)

Tomo un sorbo de mi café helado antes de morder mi galleta con chispas de chocolate.

Ya ha pasado una semana desde que tome el valor de ir al hospital a verlo, ese día me pidió que me quedara y lo hice.

Mi primer amor de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora