♦16. La declaración♦

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|POV KIRISHIMA|

¿Que se supone que responda? Considero a Tamaki un gran amigo, y un grandioso héroe, pero nunca había pensado en como me veía el, le gusto y no me había dado cuenta, ¡Soy un idiota! ¿Cómo no me di cuenta? La forma en la que me ve, como reacciona ante mis elogios, la confianza que me tiene, y el simple hecho de que siempre me da cumplidos sobre mi apariencia, mi ropa, mi cabello, todo. Que despistado se tiene que ser, para no darte cuenta de que le gustas a un amigo cercano, no me imagino como hubiera sido con Bakugou, ¿Se hubiera molestado? Quizá, pero Tamaki no es así, lo que si hará, es que entrara en una depresión y su autoestima bajará hasta el centro de la Tierra. Si le digo que no me gusta de esa forma, me sentiría muy mal por el, pero si le digo que si, también en sentiría mal por qué le estaría mintiendo vilmente, ¿Que hago, que hago? No quiero lastimarlo, pero no quiero ilusionarlo, ¡No debí haber dicho eso! Pero la verdad si me gustó que dijera eso, se sintió... Lindo, como si por primera vez alguien viera mi rostro, no se cómo explicarlo, se sintió, y se sigue sintiendo como si una bolsa en mi cabeza hubiera sido quitada por Tamaki, y por primera vez alguien vio mi cara, mi rostro, eso es lo que estoy sintiendo ahora mismo. Tamaki saca de mi, el lado más tierno y amable que tengo, nunca nadie había visto de verdad esa cara mia, solo Tamaki, ni siquiera Bakugou sabe de eso, o Mina, o Kaminari, nadie lo sabe, y supongo que la única persona que saca a relucir ese lado mío es Tamaki, quizá por como reacciona cada vez que le doy un cumplido, o que yo necesitaba de alguien como el, alguien sensible y que necesitará protección, pero al mismo tiempo no, ¡Ah~ todo es tan complicado de entender! Solo quisiera... Saber que siento de verdad por Tamaki.

|POV NARRADOR|

El pelinegro miraba asustado al chico frente suyo, quería y no quería al mismo tiempo, saber la respuesta a su pregunta, y cualquier respuesta que le diese, lo afectaría muchísimo. Tiene un corazón muy frágil, y cualquier palabra o acción, lo dañaría sin dudar, y eso era lo que menos quería, pues de verdad le gustaba ese chico de cabellos rojos, casi al punto de amarlo con el alma, pero no había por qué exagerar, su preocupación por el le mostraron sus verdaderos sentimientos, y ya era tiempo de decirlos. Desde hacía mucho se sentía atrapado, como si algo cubriera su boca y le impidiera hablar, pero eso se acabó, ya puede hablar otra vez, ya dijo lo que su corazón guardó por tanto tiempo, por fin, esta libre, aunque eso significara que Kirishima lo viera de otra manera, o se fuera de su lado, y quería todo menos eso, Kirishima era todo para el, era el Sol, el cielo, la felicidad, la luz, era su mundo, y si el se iba, su mundo se derrumbaría, colpasaría en una crisis, y no estaba muy seguro de poder con eso, su corazón simplemente no podía con la idea de Kirishima llendosé, era demasiado para el y su pesimismo.
Los minutos pasaban, y ninguno de los dos hablaba, buscaban respuestas en el silencio, las respuestas que ambos querían, los dos buscaban la felicidad del otro, pero al mismo tiempo la felicidad propia, y no sabían que hacer ahora, como si de pronto le quitaran las pilas al juguete de un niño, la felicidad desaparecía, a menos que le dieran otro juguete con el cual jugar, pero ellos no querían otro juguete, querían ese mismo, se querían entre si, no sabrían que hacer sin el otro, se necesitaban para ser felices, aunque hubiera muchos más juguetes en la caja, eso no les importaba, muchas cosas habían pasado juntos, y no dejarían ir eso tan fácil, es más, nunca dejarían ir eso, seguirían jugando sin importarles nada.

–¡Me gustas, Tamaki!– Esa fue le respuesta definitiva de Kirishima a Tamaki, se sorprendió mucho por esa declaración, ¿No estaba nervioso? Tamaki le tenía envidia, el si podía decir eso en voz alta, y directamente, cosa que el pelinegro nunca lograría en toda su vida, y probablemente en el pasado, Kirishima tampoco lo hubiera logrado, era casi como Tamaki lo es, tímido, nervioso, y con una muy baja autoestima, pero eso ya se había acabado, ahora era completamente diferente. Eso mismo era lo que los hacia compatibles, "polos opuestos se atraen entre si".

–¿E-enserio?

–¡Si, me gustas, más de lo que pensé!

–Y-yo no se que r-responder.– El nerviosismo de Tamaki por fin tomaron control de su cuerpo, y se escondió entre sus manos, cosa que Kirishima encontro linda, retiró éstas de su cara para poder ver el notable sonrojo en las mejillas del mayor.

–¿Por qué te escondes? No tienes nada que ocultar de mi.

–L-lo siento.– El pelirrojo negó con la cabeza, no tenía nada de que disculparse, y con un rápido movimiento, beso al pelinegro, delicadamente para que no se asustara o tuviera un ataque de nervios. Ninguno se quería separar de eso tierno beso, era justamente lo que necesitaban para sellar por completo su amor, un amor sincero y tierno.

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Mientras, Todoroki caminaba junto a Bakugou de regreso a la cabaña, ambos estaban en alerta por si algo sucedía, aunque el ambiente entre ambos se sentía relajado, como si se hubieran quitado un gran peso de la espalda.

–¿Que quieres hacer después?– Pregunto Todoroki, mirando al horizonte.

–Dormir.

–Hmph, ya veo.– No sabían mucho uno del otro, pero ya se conocerían más a fondo.

–¿Y tú?– Dijo en un susurro casi imperceptible, pero lo suficientemente fuerte como para que el heterocromático lo escuchará.

–Darme un baño, y dormir.– El rubio sonrió de lado ante la frase de su amigo, ambos tuvieron un día agotador.

–Entonces los dos coincidimos en algo.

–Si.

–¿Estás seguro de que solo quieres dormir? Porque no tolerare que cambies de opinión repentinamente.

–En realidad quiera saber más sobre ti, no nos conocemos muy bien.

–Hmph, como sea.– Ambos dejaron el tema de lado, y siguieron su camino en completo silencio y tranquilidad, hasta que llegaron a su cabaña compartida, Bakugou se tiró directo a su cama, mientras que Todoroki tomó ropa para ducharse.
Cuando por fin salió del baño, vio a Bakugou en su celular, haciendo quien sabe que. Y Todoroki se acostó en su cama, callado.

–¿Ya estás dormido, doble cara?

–Hmm, no, aún no.

–Bien.

–¿Que es lo que más te gusta?

–Se más específico, idiota.

–Hablo en general, tu cosa favorita del mundo.

–¿Eh?, ¿Que tipo de pregunta es esa?

–No lo se.

–Yo diría que la dinamita.– El mitad albino río bajo por la respuesta del rubio.– ¿Que te causa tanta gracia, maldito mitad-mitad?

–Nada, es solo que no me lo esperaba.

–Hmph, como sea.– Y así siguieron, preguntando cosas random, conociéndose más en el proceso, provocando nuevas sensaciones entre los dos, sensaciones nuevas y raras, que nunca imaginaron.

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|Continuará.|

♦Bomba de Amor♦ [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora