♦Bomba de Amor♦ [Todobaku]

♦15. La cena♦

|POV TAMAKI|

–¿Acaso te... Gusto?– ¿Por qué me da falsas ilusiones? Supongo que solo malinterpreto lo que dije de su rostro, puede pensar que fue un cumplido, pero no, es lo que siento, aunque no se lo dije directamente, es casi como declararse, ¿Cierto?

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|POV NARRADOR|

Todoroki se puso a entrenar en la área designada para eso, olvidándose por completo de Bakugou, y sus lesiones, ignorando el hecho de que el mismo se podría lastimar más si se movía bruscamente, o que sufriera otro ataque por parte de esa criatura de antes. Aunque ya estaba anocheciendo, no tenía en su agenda volver a la cabaña, seguía algo... Confundido, por todo el asunto de Bakugou y su confianza, que cada vez crecía más y más, a tal punto de llegar a ver el lado más profundo y sensible del rubio, y por algún motivo que desconocía, su pecho se inflaba de saber que el pudo ver esa faceta del "rey asesino de las explosiones". Ni el mismo se lo creía. Tal vez era por conveniencia, pues los dos tenían un Don compatible, y eran de los más fuertes de la clase, aparte de Midoriya, quien no era el indicado para trabajar junto a Bakugou, por obvias razones.
El cielo empezó a colorearse de tonos rojizos y amarillentos, y Todoroki seguía entrenando, aunque estuviera cansado, tenía hambre, sueño y ya no podía concentrarse bien en nada, y sentía que en cualquier momento se iba a desplomar al suelo, inconsciente, por la falta de comida y el ejercicio excesivo. Y no se hubiera detenido, si Yaoyorozu no hubiera pasado por ahí, que se percató del bicolor en el lugar, apesar de que no tenían permitido seguir entrenando aparte de las 6 en punto de la tarde, por lo que se adentro a sacarlo del lugar

–¿Que haces aquí a estás horas, Todoroki? Tenemos prohibido entrenar después de las 6 p.m.

–No te preocupes por mí, además, los adultos no están aquí.– El mitad albino hablaba agitado, tomando cortas y rápidas bocanadas de aire, pero sin detener su entrenamiento.

–¿Eh?, ¿Dónde están?– Se detuvo, y tomo un toalla junto con una botella de agua, a la que le dio un sorbo y luego con la toalla se seco el sudor de su cara.

–Estan ocupados con algo, y al parecer  no van a regresar pronto.

–C-creo que deberías regresar a tu cabaña, parece que estás cansado.

–Hmm, está bien.– Paso a un lado de Momo y se dirigió a la cafetería, no se iría sin antes comer algo, se moría de hambre.

–¿A-a donde vas?– La pelinegra se vio desconcertada por la actitud de su compañero.

–Tengo hambre, es todo.– Sin más, se adentro al edificio, dejando a Yaoyorozu sola y confundida.

–¿Que se la va a hacer?– La chica suspiro resignada, y continuo con su camino, ignorando por completo lo que su compañero hizo antes.

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Bakugou gruño de frustración, no podía hacer nada en su condición, y sin el mitad-mitad las cosas se complicaban más, aparte de que le estaban empezando a doler las manos, pero no podía hacer mucho, solo esperar a que el heterocromático regresará, aunque no imaginaba que regresara pronto, ya llevaba esperándolo 5 horas, en las que no hizo nada más que sentarse a mirar la ventana, y para colmo, le empezó a dar hambre, lo peor en momentos como ese, ya que ni siquiera podía comer solo, enserio necesitaba la ayuda de Todoroki, aunque no lo quisiera aceptar. Fue esa misma razón, que necesitaba urgentemente al bicolor, que salió en su búsqueda por el campamento, pregunto en todas las cabañas, sin resultados positivos, busco en el lago de antes, en el área de entrenamiento, en los senderos escondidos del bosque, sin encontrar nada, solo quedaba un lugar. La cafetería. Así, empezó a caminar al lugar, esperando lo mejor, pues si entraba en el edificio, ya no saldría por el hambre, y le tendría que pedir ayuda a quien fuera, importandole poco el hecho de su estado vulnerable, ya que la falta de comida podía hacer cosas impensables.
Cuando llegó se encontro con la sorpresa de que estaba completamente desolado, y hasta daba un poco de miedo el tan solo verlo, pero esas cosas eran para miedosos, ¿Que podría dar miedo en ese lugar? Nada, no había de que preocuparse, sin embargo, si se presentaba cualquier situación de peligro, no podrá usar su Don para explotarlo todo, como siempre. Entonces, en una mesa aislada de todas, diviso una silueta, estaba demasiado oscuro como para decir que era algún compañero, por lo que se acercó con cautela, imaginándose lo peor, y cuando por fin estuvo lo suficientemente cerca, se dio cuenta de que solo era Todoroki, comiendo tranquilamente un soba frío, cosa que lo molesto un poco, ¿Acaso había estado ahí sin siquiera preguntarse lo que podría pasar a Bakugou? Que despreocupado, pudo haber pasado algo horrible.

–¡Oye! ¿Que demonios haces aquí?– El mitad albino siguió comiendo, sin inmutarse por la presencia del rubio.– ¡Oye, te estoy hablando maldito mitad-mitad!

–Estaba entrenando, y me dio hambre.

–¿A ti te dio hambre? ¡Joder, te estado esperando por cinco malditas horas, ¿Y tú estabas entrenando?!– Eso sin duda llamo la atención del bicolor, quien no podía creer que él, Bakugou Katsuki, lo hubiera esperado por cinco horas, sin hacer nada, solo ahí, esperando por su regreso.

–¿Por qué? Pudiste haberme buscado.

–¡Pues eso no se me ocurrió, ¿Bien?! Me siento inútil con mis brazos así, ¡Ni siquiera puedo cambiarme de maldita ropa!

–¿Y por qué no buscaste a alguien para que te ayudará?

–¡Por qué solo tú sabias de lo que me pasa!

–Oh.

–¡¿Oh?!, ¡¿Eso es todo lo que dices, oh?!

–Hmm, nunca pensé que dependerías tanto de alguien, mucho menos yo.

–¡¿Eh?!– Esa frase presionó el botón de la irritación de Bakugou, era un pacto de muerte segura.– ¡Yo no soy dependiente de ti!, ¡Solo confíe en ti, ¿Esta bien?!, ¡Yo confíe en ti! Que gran error cometí.

–¿Tu... Confiaste en.... Mi?

–¡Si!, ¿Algún problema con eso?

–No, es solo que... Nunca pensé que tú confiarías en mi, lo siento, no quise decir eso, solo me tomaste por sorpresa.– Se retracto al momento que vio la expresión de Bakugou, si era factible que confiara en él, pero nunca se lo espero de esta manera.

–Como sea... Tengo hambre, y no puedo comer solo.– Se sentó al lado del mitad albino, y este sin quejas le acercó una cucharada de su comida, Bakugou dudoso, comió la porción de comida que le ofrecía su, ahora, amigo, o algo cercano a eso, tal vez, ¿Compañero? No, definitivamente lo consideraba, o mejor dicho, lo quería como amigo.

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|Continuará.|