Almas (Parte 3)

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Owen apoyó las manos sobre la baranda superior de la jaula y sintió la tensión entumecer sus brazos. Podía ver de reojos a los inversores bajar lentamente por los escalones luego de haber visto la pequeña demostración que le había obligado a hacer. Odiaba sentirse objeto de un número de circo patético que jamás podría ser parte de las atracciones del parque. La naturaleza salvaje de sus animales los hacía impredecibles y peligrosos. Pero lo que más le revolvía el estómago era ver cómo Claire despedía a los inversores ajena al mal humor que le causaba lo que acaba de ocurrir y, lo que más lo enfurecía era que lo ignorará. No era para nada diferente a como se había comportado desde que se habían besado pero no significaba que dejará de molestarle.
La reja de seguridad de los señuelos se abrió sin ser activada y uno de los cerdos que se usaron en el ejercicio entro corriendo en el interior de la jaula. El pequeño animal comenzó a correr de forma errática ante la mirada voraz de los raptores. Barry grito hacía Tim, el nuevo empleado de contención, que tuvo la fatal idea de retener al cerdo y al hacerlo el extremo de su barra funcionó como un látigo y lo hizo caer en el interior de la jaula.
Owen tensó el cuerpo. En segundos tomó la desición y corrió hasta el interruptor, Barry unos metros más atrás gritó -Owen no!- y Claire abrió los ojos con espanto al entender que pretendía hacer. El entrenador se volvió una última vez por instinto pero su mirada no se cruzó con la de su compañero sino que brevemente se enlazo con los ojos verdes de su jefa.
Owen notó que el corazón le latía con fuerza y el impulso era rendirse a la súplica silenciosa de Claire que le imploraba que no lo hiciera. Se volvió para no ceder, algo en su interior se desgarró de tristeza,  juntó coraje y pasó debajo de la primer reja de la jaula. Se concentró en las indicaciones que le daba a Barry. Cuando la segunda reja se abrió, se deslizó s través y se puso entre Tim y los velociraptors. Los ojos de Blue, distraídos por la ansiedad de una nueva presa, no hacían foco en él.
-Eh...eh!...Blue!...ojos en mí!- gritó pero no logró llamar su atención.
-Blue!... acá!!- insistió y el deseo salvaje del animal se eclipsó en la costumbre de escucharlo. La voluntad instintiva se rendía poco a poco. El rol del beta seguís al alfa en un ritual ancestral.
-Eso...eso es...Blue!...ojos en mí- comandó Owen colocando aún másderechos sus hombros para simular ser más grande -Vamos... Charly, Delta, Eco, Blue!...están conmigo- insistió en tanto ayudaba a Tim a levantarse y pasar por debajo de la reja de la jaula.
Los velociraptors apenas desviaron la vista, utilizando al límite su capacidad de atención para no seguir a su presa y continuar con su alfa.
-Eso es muy bien...- las alentó Owen -Barry cerra la reja!- ordenó y apenas logró escuchar la protesta de su amigo cuando repitió el comando con más fuerza.
-Blue!... conmigo, vamos- dijo y
retrocedió dos pasos lentamente mientras sus animales avanzaron hacía él siseando.
-Alto...alto- susurró levantando la mano a la altura de sus ojos -Eh!!! Quietas!!!- gritó por última vez y giro de pronto para hecharse a correr y pasar, con lo justo, debajo de la reja.
Las cabezas de los velociraptors chocaron con el metal y el chasquido de las mordidas al aire se mezclaron con los aplausos del personal del recinto.
Barry ayudo a Owen s levantarse y palmeó su hombro con orgullo.
-Señor Grady!- gritó Claire sobre el murmullo y los ojos de Owen se cruzaron con su mirada llena de furia. La vió acercarse y experimento el mismo temor que cuando los velociraptors se le aproximaron minutos antes.
Claire cerró los puños para contener el temblor en su cuerpo. El miedo fluía en sus venas con tanta fuerza que luchaba por paralizarla. Trató de respirar más lentamente a medida se acercaba a Owen.
El entrenador tragó con dificultad a medida que la veía avanzar hacía el con las mejillas encendidas de furia. Cerró los ojos convencido de que su rostro iba a absorber la cachetada. Se sorprendió al percibir que los brazos de Claire rodearon su cuello y el fantasma de sus lágrimas humedecieron su camisa. Tardó en abrir los ojos conmovido por su tristeza. Apenas logró rodearla con sus brazos para notar que lo empujaba un poco.
Claire vió a Owen a través de sus ojos empañados por las lágrimas y el miedo que había sentido se volvió furia. Lo tomo del cuello de la camisa -No vuelvas a hacer eso- susurró con la voz quebrada sin importarle las miradas sorprendidas de los empleados al rededor. -Por favor...no vuelvas a hacerlo- le suplicó y notó que una sonrisa genuina se dibujaba en su rostro.
Owen volvió a sentir esa calidez antigua, esa sensación de estar en el lugar en donde debía estar desde hacía años, y también fue consciente de que el reclamo de Claire estaba demasiado cerca de sus labios y cuando quiso detenerse ya fue demasiado tarde -Lo prometo- le dijo y la beso despacio.
Claire abrió enorme los ojos por un segundo consciente de que no era el lugar ni la imagen que quería dar como autoridad del parque pero, también reconociendo que ese impulso lleno de emociones, era tan fuerte que no podía dejar de seguirlo. Cerró los párpados y se perdió en el beso.
A su al rededor el silencio de la sorpresa inicial fue reventado por una escalda de aplausos y silvidos que parecían saludos del guión de una película romántica.
Claire se separó lentamente del beso roja de vergüenza y se apoyó en la frente de Owen que estaba sonrojado y no se atrevía a mirarla -Lo lamento...- se disculpó y al fin la miró. Nunca la había visto sonreír de forma tan brillante.
-No...en serio- le pidió Claire tocando sus labios -No lo lamentes- le dijo y volvió a besarlo esta vez con más convicción y profundidad.

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⏰ Última actualización: Mar 31, 2020 ⏰

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