Por darle celos (Parte 6)

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Claire se miró en el reflejo del espejo retrovisor y se acomodó el estricto peinado que comenzaba a ser víctima de la humedad y el calor de la selva, rizandose sin remedio.
Salió del auto y se sintió extraña. Nunca había estado es una reunión del personal antes. No era nada formal, el cumpleaños de alguien del complejo de los velocirraptors y sabía que si estaba allí era por Owen y no porque la apresiaran lo suficiente para invitarla.
-Es bueno que nos vean juntos- le había dicho Owen y en parte había compartido su idea pero lo que más la atraía era pasar más tiempo con él.
Decidida a romper con el estereotipo de la intransigente jefa, había decidido cambiar su atuendo por completo y usar jeans negros y una remera blanca con el sello de sus tacos solo por estar más atractiva.
Bajó del auto, vió a Owen esperándola cerca de la baranda de entrada al bar. Se preguntó internamente si todo esto no estaba yendo demasiado lejos cuando sintió que su mirada la recorría por completo y ya no se reprimía cuando la abrazaba sosteniéndola en sus brazosas de la cuenta.
Owen inhaló profundamente el aroma a vainilla atrapado en el pelo casi rizado de Claire y la calidez de su cuerpo lo hizo sentir en la cima del cielo.
-Estas seguro de esto?
-Mmmm...eh...si, es decir...estamos juntos...
Claire asintió y se dió cuenta de que Owen no la soltaba. -Va...vamos?
Owen asintió dejándole un beso en la sien y entrelazó los dedos de sus manos para no dejarla.
-Kate y Laura, de las tiendas de la calle central, ella es Claire. A Barry ya lo conoces -Owen le presento a sus amigos sin dejar de sostener su mano hasta volverse brevemente y preguntarle que iba a tomar.
-Agua...es...no...una cerveza... gracias- le dijo y la sorprendió que le besará la mano antes de ir por la bebida.
De pronto se sintió pequeña en medio de los amigos de Owen. Sabía que su reputación la precedía y nadie había sido demasiado amigable con la bruja de hielo, como solían llamarla a sus espaldas. Fue Kate quién rompió el hielo -De verdad tenemos que agradecerte...
Claire se volvió extrañada -No...no entiendo...
Laura asintió y la señaló de forma divertida -Cambiaste a ese cabezadura!
-Amen!- sentenció Barry levantando su botella.
Kate le sonrió y bajo la voz -Te gusto el peluche?...estuvo tres horas en el negocio dando vueltas. Estuve a punto de hecharlo de una patada!
Laura tomó la mano de Kate riendo -Me hubiera gustado verlo!.
Laura y Kate llevaban cuatro años de pareja y habían sido amigas de Owen desde sus primeros días en la isla. Habían sido testigos de sus conquistas y lamentaban que todas hubiesen salido de una mala película de burlesque.
Claire comenzó a relajarse y, por primera vez en mucho tiempo, dejó de pensar que todo era parte de un juego.
-Cerveza- le dijo Owen y se sentó a su lado volviendo a buscar su mano -Nada de lo que te hayan dicho es verdad.
Claire se volvió y lo tenía tan cerca que miro sus labios y le sonrió con picardía -Seguro?- le preguntó y lo notó tan nervioso que la hizo reír.
La noche fue mejor de lo que pensaba. Kate y Laura compartían el desprecio que Claire sentía por el único comercio farmacéutico de la isla que se empeñaba en no reponer los productos de higiene femenina -Lo hace para que se los pidas...es un maldito!- aseguró Laura.
-Vamos a cantarle a Jake!- se escuchó a lo lejos y Kate abrió los ojos -Juró que no tengo idea de quién es pero donde hay una fiesta gratis allí estaremos- dijo y se levantó riendo.
-Chicad nos hacen quedar mal!- respondió Barry contagiandose de risa.
Owen condujo a Claire cerca del centro, en donde un chico muy joven se disponía a soplar la velas de una gran torta.
Todos se unieron a una sinfonía inconexa que simulaba ser un feliz cumpleaños.
Owen deslizó sus manos a través de la cintura de Claire por detrás y no imaginó que ella se volviera. Le temblaban las manos cuando se hundieron en los rizos rojos mientras se acercaba para rozar sus labios. El beso fue delicado, temeroso hasta que uno de los dos, o los dos al mismo tiempo, soltaron la precaución y abrieron los labios.
Owen sentía como su sangre se volvía fuego en las venas con cada giro de la lengua de Claire sobre la suya y tuvo la certeza de que no podría besar así a nadie más. Pero por un breve instante recordó que todo era un juego y el miedo de enamorarse se una ilusión lo frenó. Se separó de su boca y tuvo la estúpida idea de hablar en voz alta -Este beso vale mil chicas- dijo y sintió el arrepentimiento aún antes de notar que los ojos de Claire se cristalizaron.
La vió dar dos pasos hacia atrás, negando sus propios sentimientos, una lágrima cayó por su mejilla y la secó con vergüenza.
-Claire...lo siento...no quise- intentó decir Owen sin lograr detenerla. Se quedó quedó de pie entre la multitud que festejaba seguro de haberle roto el corazón a la mujer de la que se había enamorado.

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