Después de la peor cita del mundo (1)

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-Vivis tensa!
-No es eso...
-Y que es? Te dio mal el último balance?
-No!...es...es...son los shorts...
-Hace calor!
-Sabes que?! Lo dejamos acá?
-Pero todavía nos faltan varios puntos de tu divertido itinerario...
-Al menos me tomé el trabajo de pensar en pasar un buen momento!
-Yo también!...por eso te traje para que tomemos algo...
-Y me emoborraches?
-Son shots de tequila Claire podes dejar de tomar cuando quieras o cuando te acobardes...
-No soy cobarde...no tomó alcohol
-Entonces sos aburrida...
-Hablo el alma se la fiesta!
-Tengo mí fama linda...
-No pienso tomar!
-Gallina...
-Que dijiste!?
-Ga...lli...na!
-Maldición Owen Grady te vas a tragar tus palabras!

Claire se despertó atontada por el dolor de cabeza. La luz del sol se le clavaba en la retina, el aroma a café le revolvió el estómago y como si fuese poco una voz masculina algo lejana estaba cantando una balada que desconocía.
La brisa que entraba por la ventana le erizo la piel y se dió cuenta de que estaba desnuda.
Cuando se incorporó le bastaron tres segundos para saber que tampoco estaba en su departamento. Una sensación de vértigo y temor se apoderó de sus sentidos y busco a tientas algo que ponerse. Sin encontrar nada se envolvió en una sábana y caminó hacia la voz para terminar de corroborar sus peores sospechas. Owen Grady estaba preparando el desayuno vestido solamente con sus infames shorts.
-Mi bella durmiente se despertó- le dijo, le tendió una taza de café y le dió un beso en la mejilla con una confianza desmedida.
Claire parpadeó varias veces -No...dios...no me digas...
-Que?
Claire se puso roja de vergüenza -Vos sabes!
-Que cosa?!
-Eso!!!
-Que?!
-Sos un pesado!
-Eso dijiste después de la segunda vez...
Claire dejó la taza en la mesa y se llevó una mano a la cabeza con impotencia. -Dios...no puede ser cierto!
Owen sonreía apoyado en la mesada y su actitud relajada estaba sacándola de quicio -No se de que te reís?!...todo esto es un error...un tremendo error...
-No pienso lo mismo- dijo Owen encogiéndose de hombros y deslizando su mirada a través de los hombros de Claire sin vergüenza haciéndola ruborizar.
-Ahhh, además no me acuerdo de nada y...- se defendió ella.
-No te creo
-Fue tu maldito tequila...no tengo idea de que pasó...
-Eso -Owen dio un par de pasos- es una -se acercó un paso más- mentira- susurró muy cerca de Claire que se había paralizado estrujando la sábana con la que se envolvía. Su corazón latía acelerado precisamente porque recordaba. No había tomado tanto taquila como para olvidar que apenas habían logrado llegar al interior del bungalow vestidos.
-No...de verdad...no me acuerdo- mintió destrabando su mirada de la de Owen que parecía estar a punto de besarla.
Claire Dearing se consideraba un persona eficiente, capaz de resolver cualquier problema con el menor costo posible. Y ahí estaba vistiéndose con la ropa de la noche anterior, en la casa de un empleado, dispuesta a decirle que por muy agradable que hubiese sido la noche (Porque no pensaba darle el gusto de decirle que recordaba todo), debían dejar las cosas como estaban. Después de todo no eran compatibles y discutían casi con la misma ferocidad con la que se habían acostado.
Owen la escuchó con atención, mirando una y otra vez sus labios como si sus palabras lo hechizaran. Asintió un par de veces y estiró una mano para acomodar uno de los rizos rojos de Claire detrás de su oído. La miró a los ojos e inevitablemente la mirada se le escapó a los labios, recordando los besos que le había dado la noche anterior. La adicción que sentia por volver a rozar su piel, por volver a tocar cada parte de su cuerpo desintegrandose de puro placer. Entonces la beso. Por qué recordaba todo pero también porque no quería olvidar nada, pese a todas las palabras que quisieron convencerlo de lo contrario.
Claire también recordó por eso abrió los labios e invadió cada centímetro de la boca de Owen hasta quedarse sin aire. Pero a diferencia de él, ella necesitaba imperiosamente olvidar porque no había sentido nada tan poderoso por nadie en su vida. Se separó con desesperación -Lo...lo siento...esto no tendría que haber pasado- susurró y luchó en contra de sus ganas y su instinto y con un giro de su cuerpo se separó de Owen para extrañarlo de inmediato.

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