La Chica del Puesto de Recuerdos (Parte 2)

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-Owen!- la voz de Mery se abrió camino entre los visitantes de la pileta del mosasaurio. El entrenador se dio vuelta mirando a su alrededor y le sonrió a Mery con cortesía.
-Estoy siguiendo tu consejo...estoy conociendo el parque...es hermoso realmente...
Owen asintió y miró su reloj -Que bueno! Me alegró...perdón pero tengo que volver al trabajo...
Mery sonrió casi con vergüenza y lo tomó de la mano -Te acompañó...
Owen se puso incómodo -Es...es lejos...
Mery se apoyó en su brazo -Mejor podemos hablar más...
Owen se sentía atrapado no quería ser descortés con Mery pero tampoco podía decirle que tenía una relación con Claire porque habían pactado mantenerlo en secreto. Decidió guardar silencio en tanto Mery le contaba con entusiasmo como había recorrido los lugares que él le había mencionado. También me habló de su mala experiencia sentimental y como había reconstruido su vida despues. A la incomodidad de Owen se le sumo la pena y dejó que lo acompañará hasta la jaula de los raptores. No se dió cuenta hasta que fue demasiado tarde que esta vez para despedirse Mery lo beso en los labios con dulzura y varios de sus compañeros silbaron y aplaudieron. Owen se apartó más cortante y comenzó a negar mientras se limpiaba los labios -Mery...de verdad lo siento pero no quiero que te confundas...
Mery parpadeó varias veces con decepción -Pense... digo salís con alguien?- le preguntó sintiendo vergüenza y furia.
Owen se quedó pensando que debería decir -No...pero no...no quiero una relación...de momento...no me mal intérpretes...podemos ser amigos...
Mery sonrió con un poco de alivio y se acercó a despedirse con un beso en la mejilla.

Cómo en todo lugar confinado los rumores corrían como fuego sobre papel y al final de la tarde Zara le contó a su jefa lo que había visto Don en el recinto de velocirraptors.
-Parece que al fin alguien conquistó al conquistador- sentenció la joven británica mirando a su jefa con curiosidad -Siempre pensé que ibas a ser vos- le dijo.
Claire sonrió con desprecio para evitar que sus ojos empañados la delataran -Aparentemente no- susurró y juntó sus cosas para dar por terminado el día.
Claire no podía creer que esa misma mañana hubiese despertado en los brazos de Owen escuchándolo decir las cosas más dulces y ahora caminaba sola sintiéndose avergonzada por qué había besado a otra mujer. Nadie sabía que tenían una relación porque ella lo había decidido así. Para no exponer su vida personal, para no ser un foco de habladurías
y por no atreverse a tener una relación que estuviese en el centro de la atención.En el fondo presentía que parte de lo que ocurría con la chica del puesto de recuerdos estaba atada a esa desición. Pero aún así sentía la corrosión de la traición en la boca del estómago. Pensaba en todo eso cuando vió a Owen apoyado en su auto con las manos en los bolsillos. Estuvo a punto de darse vuelta, volver al ascensor y encerrarse en la oficina.
Owen habló en voz baja -No voy a disculparme por algo que no hice...no importa lo que hayas escuchado quiero que sepas que le deje en claro que no quiero nada...podes no creerme...podes insultarme y dejarme y vas a tener razón -hizo una pausa para poder respirar profundamente- pero...pero me vas a...a romper el corazón...
Claire abrió el auto desde lejos, y lo obligó a correrse para acomodar sus cosas en el asiento trasero. Pensaba en cada palabra en que pasaría si se subía en el auto y se alejaba de la única persona s su alrededor que la veía tal cual era y se dió cuenta de que, si se alejaba esa noche, no solo iba a perderlo a el sino perdería una parte de sí misma. Esa parte que no se levantaba temprano los fines de semana, que se quedaba dormida apenas empezaba la película solo porque se recostaba sobre su pecho y los latidos de su corazón borraban la tensión del día. Perdería las noches en las que no podía dormir y terminaban viendo el amanecer al borde del lago.
El silencio de Claire obligaba a Owen a presumir el peor desenlace hasta que se paró frente a él y lo beso tenuemente. Buscó su mano y enlazó sus dedos con los de él -Quiero cenar afuera está noche- le dijo sonriendo.
Owen sintió que su pecho se expandía de emoción. El alivio de saber que no lo iba a dejar de mezclaba con esa suerte de alegría efervescente que lo recorría por salir juntos. Hacía meses que quería subirse al techo de cualquier edificio y decir que salía con la mujer más impenetrable del parque no por considerarla un trofeo sino porque estaba loco por ella. Por su personalidad tan compleja pero encantadora que iba desde la furia a la paz y desde la pasión a la timidez en una fracción de segundo. Todavía no había sido capaz de decirle que estaba enamorado porque no quería asustarla o presionarla pero podía intuir que se ella le pasaba lo mismo por las veces que la sorprendia mirándolo fijo con una sonrisa dulce.
Caminando por la calle principal la notaba tensa, la veía morderse el labio y frotar sus manos. Owen se detuvo -Estas nerviosa?... podemos volver...- me aseguró.
-Si...y no... quiero hacerlo- dijo Claire tragando con fuerza intentando darse confianza al mirarlo a los ojos- pero necesito ir..miró despacio...
Los pocos empleados que cruzaron los miraban sin percibir nada fuera de lo común. Verlos hablar e incluso discutir era algo corriente. Tampoco el horario les pareció extraño ya que la reputación de Owen por no hacer su trabajo con el afán de irritar a Claire era tan continúa que muchas veces había tenido que acudir a su bungalow a cualquier hora para conseguir los reportes que le debía. Una de esas tantas veces habían terminado riendo por una ridícula discusión y cuando la risa extinguió, se habían quedado viendo demasiado tiempo. Así había comenzado todo todo, seguido de una relación casi clandestina que parecía volverse pública en tanto entraban en el restaurant.
Se sentaron en cualquier mesa, opuestos, el uno del otro y como un reflejo Owen extendió su mano para tomar la de Claire que de inmediato se sonrojó.
-Lo siento...
Claire asintió con una sonrisa pero estiró los dedos de su mando derecha y tomó los se Owen justo cuando la camarera llegaba a tomarles el pedido.

El trabajo de noche era el más aburrido para Mery. Ni solo por la poca cantidad de clientes sino porque el cuerpo le pedís a gritos dormir a medida que pasaban las horas. Por suerte la tortura solo duraba hasta las dos de la mañana. Y faltaban solo 15 minutos para seda hora. Juntó sus cosas con apuro por qué el cansancio la ponía lenta con cada segundo. Se frotó los ojos y trató de despabilarse conforme tomaba la calle vacía hacia su departamento. Se cruzó con un par de empelados de limpieza que tenían una energía que la superaba en intensidad y eso la hizo reír.
Antes de doblar una de las esquinas le llamo la atención una pareja que caminaba lento con la típica actitud tonta de los enamorados. Él se adelantó un poco y la abrazó por la cintura, la mujer se resistió un poco, miró a su alrededor y cuando no vió a nadie lo abrazó con sensualidad y se pegó a su cuerpo para besarlo lenta y profundamente.
Mery sintió una chispa de vergüenza al verse testigo de una escena privada pero luego esa sensación se transformó en odio cuando reconoció a Owen como uno de los protagonistas del beso. De pronto liberó a la mujer de sus brazos y sus facciones se vieron claras durante una fracción de segundo. Mery vió sonreír a Claire Dearing antes de ser atrapada entre el cuerpo de Owen y una pared oscura.

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