CAPÍTULOS 7

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Aquí estoy yo, frente a la casa de Hyuk, el plan simplemente es pillarlos, no se sinceramente porque me he prestado para esto pero no hay marcha atrás. Son las cinco y cuarto, he llegado un poco tarde porque me a costado un poco convencer al guardia que custodia la casa de que soy un compañero que viene hacer un trabajo y no un ladrón que viene allanar la propiedad.

La casa de los senadores de Seúl es grande, espaciosa y tiene un gran olor a flores (alomejor les gusta el tema de la botánica) y cuando me iba acercar un poco a inspeccionar escuché los primeros gemidos que venían de la parte de arriba.

Subí poco a poco las escaleras para no ser descubierto y cuando abrí la puerta no encontré a Hyuk y Jungmin si no a un señor que parecía estar pasándolo muy bien con la que parecía la sirvienta. Ella pegó un grito tan alto que creo que cien kilómetros a la redonda la habran oido.

-¡lo siento muchísimo,perdón, pensaba que era la habitación de Hyukjae, lo siento- la vergüenza que yo sentía en esos momentos era tan grande que dudo que mi cuerpo pudiera soportarlo un segundo más. La vida se había vengado de mi, el universo me odia, yo intentando ser malo y me a salido el tiro por la culata.

Hyukjae salió de su habitación de enfrente a toda prisa.

-lo siento,lo siento,lo siento- tenía puesta una camisa y un short de baño que le quedaban estupendamente bien. Su cara no era de rabia, ni de confucion, simplemente resignación. No parecía estar haciendo nada sospechoso.

-el que debe disculparse soy yo, siento que hayas tenido que ver eso-.

Estaba confuso, no tenía ni idea de lo que acababa de ver, dos miembros del servicio acostandose, no le encuentro el problema.

-¿que has visto?-.

-sólo son dos personas del servicio asiendolo en...-.

-siento que hayas tenido que ver a mi padre tirandose a la sirvienta- vale eso sí no me lo esperaba.

-no sabía que tus padres estuvieran divorciados-.

El sonrió una especie de mueca triste.

-y no lo están, mi madre no sabe nada de ella piensa que los lunes a las cinco mi padre viene a adelantar trabajo desde casa cuando en realidad viene a follarse a la chica de servicio-.

-pero Jungmin- dije para mis adentros.

-con que has venido para comprobar si estaba con Jungmin- levantó una ceja y me lanzó media sonrisa que hizo que mi corazón se acelerará -el pobrecito esta tan desesperado que se lo vuelva a ser que a inventando que habíamos quedado hoy¿adivino?-.

Es demaciado listo, es como el malo de una película y yo el protagonista donde el siempre gana y se adelanta a mis movimientos.

Decidí armarme de valor.

-si,¿de verdad han quedado de juntarse?-.

Parese que no se esperaba mi sinceridad pero sin perder su preciosa sonrisa se aproximó a mi.

-nunca repito dos veces con la misma persona, nunca lo he hecho y nunca lo haré-.

-siempre hay una primera vez para todo-¡porque he tenido que decir eso!.

Soltó una preciosa carcajada y se acercó más a mi de manera que sus labios y los míos quedaron a escasos milímetros.

-nisiquiera tu me gustas tanto para repetir-.

Esas palabras me dolieron no se porque,tal vez fue un puñetazo a mi orgullo pero sentí una punzada en mi pecho.

-tu no me gustas como para hacerlo una vez, imagínate dos veces-.

-¿te tengo que recordar tus gemidos el otro dia?-.

Me daba vergüenza recordar eso y sobre todo que estuve a muy poco de dejar que siguiera.

-¿tengo que recordar los tuyos después que me fui?-.

-¿estuviste escuchando como me masturbaba?-posó sus labios en mi oreja -¿eso te calentó? No hace falta que respondas se que si, como también se que te has enterado de que Jungmin le contó a Yunho que dije tu nombre mientras me lo follaba-.

Me quedé helado, no sabía que decir ¿acaso era Dios?. Parecería broma pero yo me empezaba a plantear la posibilidad.

-¿sin palabras?-.

Odiaba esa mirada de superioridad con toda mi alma, estaba confiado, sabia que no tenía la más remota idea de que decirle y eso le hacía convertirse en una especie de divinidad superior a la humanidad.

-pues para no gustarte pasas bastante tiempo pensado en mi, teniendo en cuenta que no puedes sacarme de tu pequeña cabeza ya que tu subconsciente te falló y me nombraste en pleno sexo con otro chico-¡BOOM! responde a eso mono, baile de la victoria en mi interior.

Le pilló por sorpresa yo lo sabía y me hubiera encantado saber su respuesta si no fuera por el grito que retumbo por la casa.

-¡Hyukjae ven ahora mismo!-.

Me miro con resignación.

-quédate aquí-.

Pero en cuanto se separó de mi decidí seguirlo. Bajo hasta el salón donde su padre lo esperaba, al lado la mujer con la que lo había pillado al cual le estaba dando un masaje con la mirada divertida en el rostro.

-que te tengo dicho sobre traer tus conquistas a la hora en la que estoy con Hillary-.

El señor Lee se parecía a Hyuk con veinte años más, mismos ojos oscuros y pelo castaño.

-lo siento no volverá a pasar-.

-cariño no te fíes, hoy casi me da una taquicardia cuando ese niñito nos a interrumpido creí que era la vieja de tu mujer-.

Una mueca de dolor cruzó por el rostro de Hyukjae. No entiendo como aguanta que llamen así a su madre, si fuera mi situación ya le habría estampado el jarrón feo que habia en la mesa.

-cuando te des cuenta de que sólo eres su puta quiero estar en primera fila para ver tu cara. No tienes ni la mitad de clase que tiene mi madre, tu sólo te tiras a mi padre a cambio de un extra en tu trabajo de mierda.

-¡basta! Hyukjae, entiendo que traigas a chicos para mantener relaciones sexuales, pero sabes que los lunes no puedes, por lo tanto, por eso y como has tratado a Hillary estas castigado sin salir un mes-.

Agazapado en las escaleras no pude evitar salir a su defensa, la culpa me consumía, al final yo había llegado a propósito, pero mala suerte la mía, me tropecé y caí.

-¿que se supone que haces?- Hyuk corrió a levantarme.

Lo ignore.

-señor Lee soy Lee Donghae y vine a hacer un trabajo con su hijo, Hyukjae me advirtió que sólo podía venir a partir de las siete pero me adelante y... por favor no le castigue por mi culpa-

-callate la boca- volvió a decirme entre dientes.

-estoy intentando salvarte el culo-

El señor Lee se levantó y se aproximó a mi. Me lanzó una mirada lasiva y se mojó los labios mientras pasaba su mirada por mis piernas -esa caída a tenido que dolerte sobre todo a una preciosidad como tu¿puedo ofrecerte algo un te un café?-.

-no gracias, sólo quería dejar en claro que la culpa no a sido de su hijo si no...-.

-no te preocupes querido- puso su mano en mi cadera -Hyukjae te perdono el castigo-.

-Donghae es mejor que te marches- Hyuk detrás de mi parecía estar notando las intenciones de su padre.

Asinti -a sido un placer señor Lee-.

-El placer a sido mio querido-.

Y tan rápido como entre salí de aquella casa.

ese Virgen es mioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora