En la hora del almuerzo iban caminando Alex, Mangel y Rubius hacia algún pasillo para sentarse a comer su almuerzo. Guillermo caminaba a su lado pero desde atrás, pensando en cómo pedirle disculpas al rubio. Se sentaron cerca de un salón y se dispusieron a hablar.
Rubén seguía con su misma cara de culo. Tenía un genio que ya se hacía hasta molesto para sus demás amigos, pero debían comprenderlo, no todo el mundo se levanta de la mejor manera.
— Rubiuh, Guille ¿Entonces quedamos en mi casa después de clases?
— ¿Y si mejor vamos a mi casa? — Dijo amablemente Guillermo. — Mis padres no regresarán hasta tarde.
— Por mi bien. ¿Rubiuh?
— Como sea. Cualquier lugar está bien.
— Dijo Rubén molesto. — Con tal de que Guillermo no me golpee...— Rubén... — Trató de hablar el azabache.
— ¡Coño! ¿Acaso nadie se acuerda de la paliza que me dió y de las palabras que dijo? ¿Así quieren que lo perdone? — Rubén estaba harto de fingir que estaba bien con Guillermo. Por qué la verdad no lo estaba. Y trató de que la situación no lo calcomiese, pero era difícil dejar pasar esas palabras.
Sus amigos lo miraron preocupados. Rubén no se veía igual y se culpaban por eso.
— Yo me voy... Los veo en el salón. — Y acto seguido se levantó y caminó hacia algún sitio de la escuela, alejándose de los demás. Después de unos minutos Mangel tomó la palabra.
— Deberías hablar con él. — Dijo dirigiéndose a Guille.
— No creo que sea un buen momento... — Recalcó el de ojos rasgados dando una mordida a su sándwich.
— Hombre. Este es el momento. Además, ¿Qué coño le dijiste? — Cuestionó Alex.
— Palabras muy hirientes la verdad...
— Venga. Tienes que disculparte con Rubiuh. — Dijo el de gafas.
— ¿M-me podrían acompañar? — Preguntó con miedo Guillermo
— No. Es algo entre Rubiuh y tú. — Declaró Mangel.
Guillermo suspiró y acto seguido se levantó a seguir a Rubén. No sabía hacia donde se dirigiría, pero trató de recordar el camino que había tomado el rubio.
Mientras Mangel y Alex se quedaron hablando sobre el proyecto de historia y entre esa conversación...
— ¿Sabes algo de Frank? — Preguntó curioso Alex.
— ¿Por qué? ¿Acaso ya lo extrañas? — Rió el de gafas, recibiendo un golpe por parte del menor. — Ya pareceís pareja tío.
— Ya. Es que me gusta mucho hablar con él. Nada más.
— Debe estar resolviendo asuntos de la universidad. Ya sabes. Quién sabe. ¿Por qué no le llamas tú y le dices lo mucho que lo extrañas?
Mangel Le encantaba molestar a Alex, mientras que él se reía el más bajo solo regañaba al otro.
☁️
Guillermo paseaba por los pasillos tratando de buscarle el rastro a Rubius. La escuela en sí no era tan grande, así que suponiendo que estaban en el 3 piso de su edificio y si vió que Rubén subió unas escaleras... Llegó a la conclusión de que estaba en la azotea.
Al llegar no había nadie a la vista, pero siguió buscando detrás de los muros y entre ellos encontró un pequeño pasaje. Rubén estaba ahí, escondido, sentado en una banca que había. El rubio contemplaba la vista nublosa y de las pequeñas gotas de lluvia que se sentían en el ambiente. Casi que no notó la presencia de Guillermo. El azabache tomó la iniciativa y habló primero para llamar su atención.
— R-rubius... — Dijo con suavidad Guillermo.
Rubius miró al que le habló, lo miró con una inexpresiva cara.
— ¿Puedo sentarme? — Preguntó Guille
Rubén no dijo ni una palabra. Solo le movió un poco para abrirle espacio en la banca. Guillermo acto seguido se sentó.
— Rubén yo te quería pedir disculpas. Actúe como un tonto. Yo no quería lastimarte de veras. T-tu no mereces eso. Solo quieres ayudarme y lo aprecio. L-lo lamento en serio.
Rubén no decía nada. Solo mantenía su mirada en el cielo. Guillermo ya se impacientaba con eso. Esperaba una respuesta del rubio.
— ¿Sabes? A mí no me importan los golpes que me diste, o que hayas sido un imbécil conmigo desde el inicio. Lo que me dolió fueron tus palabras... Que de cierta forma es verdad...
— N-no te entiendo Rubén.
Rubén río, era una carcajada acompañada de algunas lágrimas que brotaban de sus ojos. Estaba mal.
— ¿De veras? Si que te pareces a tu hermano... — Dijo Rubén. — Me cuesta... Abrirme a los demás, y si lo acepto. No soy la mejor persona que puedes tener.
— Eso es mentira. Eres alguien increíble. Nada más mírate como eres en clase de literatura. — Prosiguió Guillermo. — Y la verdad. Es que eres la persona más sincera y noble que he conocido...
En esta situación, teniendo a alguien que te dice lo mucho que vales pero que también te dijo lo poco que eres, ¿Cómo se supone que reaccionarías?
Rubén no era alguien fuerte, era débil. Las palabras lo atravesaban como lanzas. Le herían en los más profundo de su corazón. Y ahora teniendo a alguien diciéndole lo mucho que vale. Todas esas emociones encontradas: amor, cariño, amistad. Todas esas congeniadas en ese momento hicieron que Rubén se lanzará a llorar en el hombro de Guillermo, abrazándolo, diciéndole lo mucho que detesta ser él mismo. Lo mucho que odia ser una persona débil.
Guillermo estaba en shock. Todo lo que hizo fue abrazarlo devuelta y decirle que todo estaría bien.
Luego de unos minutos Rubén se calmó, aún tenía lágrimas pero dejo de sollozar. Aceptó las disculpas del azabache y acto seguido se volvieron a abrazar. Rubén ahora sentía su alma tranquila, había hecho las paces con alguien por primera vez en su vida. Era increíble.
— Venga. Vamos con los otros que aquí hace bastante frío y no quiero que te enfermes compañero de exposición. — Dijo feliz Guillermo.
☁️
Luzu se encontraba en la biblioteca junto con su novia y sus amigos del club de lectura: Raúl y Álvaro. Estaban discutiendo sobre sus clases y los temas relacionados a su graduación. Todos ellos se encontraban en el mismo grado y sus planes fuera de la escuela ya se visualizaban. Estaban emocionados. Se habían vuelto grandes amigos a lo largo de los años y por idea de Luzu quisieron formar el famoso Club de Lectura. Era divertido poder hablar sobre sus gustos de la literatura.
Raúl le encantaba leer a Freud, pues él quería estudiar sicología. Luzu amaba la literatura relacionada con la política y pensaba estudiar ciencias políticas. Álvaro le gustaba las novelas fantásticas y después de la escuela pensaba en hacer su carrera como músico.
Lana en definitiva, adoraba la saga de Harry Potter y novelas relacionadas con la fantasía, parecido a Álvaro. Aún estaba decidiendo entre estudiar sicología o veterinaria, pero eso sí, teniendo como universidad la misma de su amado novio Luzu.
Era un grupo unido. Casi que parecían hermanos todos juntos. Eran también los más aplicados dentro de su clase, pues querían obtener una beca para estudiar en la universidad.
— Lanita ¿Entonces cómo es Rubén? Tengo curiosidad sobre este chico. — Preguntó felizmente Álvaro mientras escribía en su libreta algunas letras para una nueva canción.
— Es un chico muy amigable. Tímido, pero amable. Ya lo conocerán.
— Estoy emocionado. — Dijo un inexpresivo Raúl causando la risa de sus compañeros.
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| People (Rubegetta)
FanfictionFecha de publicación - 27 de enero 2020 Fecha de finalización - 23 de Julio 2020 _°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_ El ser humano siempre estará predispuesto a mantenerse en comunidad, se quiera o no, solo por que así se puede subsistir...