| People (Rubegetta)

Capítulo 24 - Correcto

David no entendía por qué su amigo se estaba comportando de esa manera. De cierta forma le daba algo de miedo que le quisiera hacer algo, porque no era él mismo ante sus ojos. No era el mismo Samuel que conoció hace 2 años atrás.

Samuel miraba a David con morbo, quería volver a besarlo, pero muy en el fondo sabía lo mal que la estaba cagando con su amigo.

Y aún así no le importó.

Se acercó nuevamente para volver a besarlo pero David se levantó abruptamente.

- ¡¿Qué coño haces Samuel?! - Gritó David enfrente de él estando de pie. - ¡Deja ya tus tonterías!

- Yo solo...

- ¡No! ¡No sé porque lo haces! ¡¿Por qué quieres utilizarme a mi también para cumplir tus caprichos?!

- David no es lo crees. Solo estoy confundido.

- ¡¿Y?! ¡Es tu puto problema no el mío! ¡No me utilices como utilizas a Silvia para simplemente cumplir tus sueños húmedos!

Samuel estaba ahí sentado, dejando que David lo insultase todo lo que quisiera. Lo merecía. Lo merecía por haber sido tan imbécil. Cerró sus ojos para aguantar las lágrimas. No quería que lo volviera ver llorar.

- ¡Deja de utilizar a las personas!

Cada palabra dolía, pero él lo merecía.

- ¡Ya madura Samuel de Luque!

Se enterraban en su ser y no podía hacer nada para evitarlo. Ese era su castigo.

- No puedo creer que me hayas invitado solo para hacerlo...

Después de unos minutos David se calló pero seguía de pie al frente de Samuel esperando una respuesta y luego de unos minutos abrió sus ojos aguados y dijo:

- Lo siento. Lo siento mucho David. Puedes irte si quieres.

Y después de decir eso David se fue de la casa de un portazo, dejando a Samuel sollozando en su sala de su gran casa.

☁️

Rubén y sus compañeros salieron al primer descanso de la escuela. Él junto con sus amigos ya habían realizado el examen del cual se sentían confiados.

– Rubius. Muchas gracias por ayudarnos. – Dijo Guillermo con alegría mientras salía del salón. – Deberíamos pactar un día para estudiar.

– Estaría guay. ¿Te parece Rubiuh? – Preguntó Mangel.

– Eh. No.

La respuesta hasta algo irónica captó la atención de sus amigos.

– ¡D-digo! No es que quiera pero... No necesitamos un día para estudiar todos juntos. Desde casa podríamos... No sé eso pienso.

– Bueno está bien. Por ahora no. Cuando lo necesitemos. – Resolvió Guillermo. – Aún así tendremos que vernos para la presentación de historia. ¿Verdad Rubén?

– Si... – Respondió el rubio con una alegría fingida y es que a estas alturas no le hacía ilusión seguir viendo a Guillermo. Le parecía un tío pedante y algo molesto, pero debía reconocer que estaba mejorando. Se veía más preocupado por los demás.

Alex, Mangel, Guillermo y Rubén se sentaron en un pasillo de la escuela para comer tranquilos su media mañana. A los minutos se acercó Frank para hacerles compañía.