| People (Rubegetta)

Capítulo 42 - Revelaciones

Para empezar, debemos de darnos cuenta de que: somos humanos, y el ser humanos implica actuar como tal. Con sinceridad, raciocinio y principiante, con sentido común. El humano es un aparato complejo de gran magnitud y es difícil se explicar emocionalmente.

Nos movemos dentro de un mundo inóspito, que nos regala cada día una nueva experiencia, y por más mínima que sea se debe de aprender de ella.

¿A qué se quiere llegar? Rubén es un humano que por fin supo atesorar lo que la vida le regalaba. Logro comprender cada momento de angustia y miedo para convertirlos en enseñanzas.

Falta mucho para él, puesto que tiene 18 y le espera una nueva vida después de la escuela, pero ha dado un gran salto hacia su crecimiento personal ¿Y tú? ¿Qué has hecho para tu vida?

Ahora Rubén debía de encarar su corazón y expresarle a Samuel todo lo que le hacía sentir, lo necesitaba. Necesitaba expresarle todos sus deseos, sus miedos y sus sentimientos cuando estaba con él. ¿Porqué? Simplemente pudo dejarlo pasar ¿No?

La respuesta era difusa aún, pero de algo estaba seguro.

Quería estar al lado de él para averiguarlo.

Aunque preferiblemente, le hubiera gustado que fueran solo ellos.

Joder Alex ¿No pudiste declararte en otra ocasión?

— Tío ¿Qué vas a hacer ahora?

El reloj marcaban las 5:00 de la tarde ya. El momento de acercaba y Rubén no sabía que hacer.

— Y Alex sigue sin contestarme.

Su mente le comenzaba a abrumar de nuevo.

— Menuda mierda.

Sus ojos se comenzaban a aguar y su garganta a cerrar.

— ¿Rubius?

No, no, no. Se negaba dejarse agobiar por esta situación. No quería llorar. No quería, pero le era difícil.

— ¿E-estas bien?

Tomó aire y cerró sus ojos para tranquilizarse. Su mente ahora se apagaba para calmarse.

Su mundo era un eterno vaivén de situaciones sin sentido según él, pero comprendió y aprendió de cada momento. Y no podía negar que los había disfrutado, hasta cuándo Mangel se había emborrachado y le hizo pasar una gran vergüenza. La vida es así.

Abrió sus ojos encontrándose con Mangel expetante. Rubén lo miró seriamente para decretar a continuación su veredicto.

— No pienso esperar. Voy a llamar a Samuel.

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En el otro lado de la ciudad, más específicamente en el apartamento de Alex, el jóven estaba ansioso tratando de que Frank le contestara las llamadas, que por alguna razón no lo hacía.

Luego de 5 timbres cada hora comenzaba a rendirse y hasta consideró en aplazar la idea para otro día.

Hasta que su teléfono sonó sorpresivamente.

Alex lo agarró con rapidez y vió que efectivamente se trataba de Frank.

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