Capítulo 20 - Tensión

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Rubén aún se sentía abatido por la confesión que le hizo a Guillermo, y es que aún no se sentía en confianza con él así que no sabía si creer en sus disculpas o no. Aún así su hombro fue una gran ayuda para aguantar sus sollozos. Guillermo llevaba a Rubén caminando sujetándolo de la cintura.

Llegaron al salón en donde lo esperaban Mangel y Alex. Los saludaron y el de gafas sonrió al verlos juntos. Pensaron que ya habían hecho las paces.

- ¡Buenas! - Dijo Alex animado, sabiendo que ya los habían saludado en el día cómo unas 3 veces.

Y los cuatro se juntaron de nuevo. Unidos. Empezó a llover más fuerte. Rubén aún se trataba de recuperar pero de cierta forma, volver a ese ambiente sin tensión le hizo devolver algo de tranquilidad. Nadie le pregunto sobre sus ojos rojos, solo trataban de animarlo, contándole chistes malos y anécdotas divertidas. Hablaban de lo mucho que extrañarían a Frank y su sueño de poder viajar juntos en estás vacaciones de verano.

Rubén se sentía extraño, pero a la vez cómodo.

Hay que aceptar que no todo en la vida es perfecto. Hay momentos, episodios que te hacen dudar de tus capacidades. También hay mañanas en las que tienes cero confianza o cero ganas de iniciar un nuevo día, pero lo continuas haciendo, solo por qué así se logra encontrarle un sentido a ese concepto de vida que todos tenemos. Todos queremos ser felices en nuestras vidas, queremos triunfar, ser los mejores, ser nosotros mismos. ¿Y que si te dijera que es posible, pero teniendo un camino largo y tortuoso por delante?

La vida de los demás no era tan perfecta tampoco. Guillermo trataba de sonar tranquilo, aunque no lo estuviera. En sus adentros aún retumbaban sus problemas: la poca confianza de sus padres en él, sus peleas con sus amigos, sus calificaciones y con el hecho de entender que no era una persona feliz con su vida.

Mangel tenía problemas con su novia, pues no le prestaba atención de la que quisiera tener con ella. Además de que a veces le estresaba tener que resolver los asuntos de los demás.

Alex seguía en su mundo, pero temiendo que lo vean como un chico débil e inútil. Por eso se disfrazaba de vez en cuando como un chico alegre y divertido.

Frank trataba de mantener una buena reputación, estudiando hasta el cansancio para obtener buenas ofertas universitarias, aunque quisiera en sus adentros poder concentrarse en otras cosas, como sus amigos.

Y ni qué decir de Rubén. Él aún trataba de reconocer qué tipo de persona era. Tenía que reconocer sus miedos para poder enfrentarlos y entender sus propios problemas de autoestima que no lo dejaban en paz.

Aunque debía aceptarlo, él trataba aún así de continuar su vida. A pesar de que el mundo a sus ojos fuera tan monótono, a pesar de que existieran los momentos de angustia y miedo, a pesar de que dudará de sí mismo, él seguía intentando ser felíz.

— Vale. ¿Entonces hoy en la casa de Guillermo? — Preguntó Mangel tratando de reafirmar el plan.

— Son bienvenidos. Incluso Samuel podría llevarnos en la salida. — Dijo Guille.

— ¡Perfecto! ¿Qué dices Rubius? — Miraba a su amigo rubio con una sonrisa compasiva. Quería en serio que fuera.

Lo pensó un largo rato, aún no se sentía agusto con la compañía de Guillermo, pero aceptó.

— Si claro. Le enviaré un mensaje a mi madre. — Dijo ya afirmando su decisión.

Las clases pasaron y ya era hora de salir del recinto. Alex había salido un poco antes ya que se encontraría con su madre para ir al estreno de una película de su saga favorita, mientras que los 3 chicos caminaban y conversaban sobre su "plan de estudio". La lluvia había cesado hace poco pero seguía nublado.

Visualisaron a lo lejos el auto de Samuel, esta vez puntual, esperándolos. Guillermo se acercó rápidamente a comentarle sobre su reunión de estudio. Samuel aceptó felizmente en llevarlos y los cuatro subieron al auto, teniendo a Guillermo con Mangel en la parte de atrás hablando animadamente y a Rubén en el haciendo del copiloto.

Después de 15 minutos manejando llegaron a su destino. Rubén junto con los demás chicos bajaron del auto.

— Vale. Estaré arriba estudiando. — Dijo Samuel en un tono de seriedad que daba miedo.

— ¿En la noche te parece si salimos los 4 a comer? — Preguntó Guillermo.

— No creo poder. Quedé con Herny, Jesús y Elyas para salir. — Declaró el mayor de todos.

Guillermo entendió y Rubén, Mangel y él se fueron a acomodar en la sala de la casa. Samuel subió después a su alcoba y se encerró allí.

— Primero lo primero. Hay que establecer pautas. — Dijo Mangel. — Estudiaremos hasta las 5:30 para el examen de matemáticas de mañana. — Continuó hablando. — Y luego haremos lo que sea.

Los demás chicos aceptaron, aunque aclarando que Rubén no le gustara mucho el tema y que tanto Guillermo tendría problemas para entender como Mangel, aceptaron comprometerse a estudiar. Pasarían ese exámen juntos.

— Está bien. ¿Por dónde empezamos?

☁️

Alex mientras salía de la sala del cine con su madre en el centro comercial notó que en una tienda se encontraba la novia de Mangel. Ella estaba viendo algunas cosas de decoración así que Alex fue a saludarla, diciéndole a su madre que lo esperara.

— ¡Irina, Hola cómo estás! — Dijo Alex feliz acercándose a la chica rubia.

Irina le devolvió la sonrisa al encontrarse con su amigo y lo abrazo para corresponder su saludo.

— Todo bien. Aquí comprando cosas para mi departamento. — Dijo animada.

— ¿Qué tal tu trabajo de final de semestre?

— Ha costado si. — Respondió. — Pero ya casi acabo. Va a ser un gran collage.

— Claro que sí. Eres muy talentosa. — Ánimo Alex. — ¿Y que tal las cosas con Mangel?

Y en ese momento su sonrisa se apagó. Nada estaba bien con su relación.

Y aunque fuera que no pudiera estar con ella en este fin de semana, le dolía que tuviera que cancelar casi todo el tiempo las salidas que ella preparaba. No sé sentía agusto en su relación, aún admitiendo que Mangel era un gran chico.

Lo amaba tanto que esos eventos cancelados que ella planeaba no le importaba, pero le dolía saber que casi no se preocupara por ella. Y todo eso se lo dijo a Alex en ese momento dejándolo estupefacto.

— ¿Que te parece ir mañana a por un café después de clases y seguimos hablando de eso? — Dijo un comprensivo Alex.

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