Las personas se mueven en este mundo con tres cosas. Primero un movimiento, segundo un gesto y tercero una palabra.
Primero miras a alguien, le sonries y al final tienes un amigo.Esa simplicidad de la vida mantenía a Rubén incómodo a todo momento. No era posible que en serio para las personas menos para él le fuese tan sencillo ser sociable o al menos amigable. A él le resultaba una tarea compleja interactuar así sea para preguntar la hora. No entendía por qué era así. Eso le molestaba y mucho, al punto de querer estar sólo en todo momento.
No entendía ese comportamiento suyo, así que lo más sensato que sería lo mejor para él y todos sería alejarse de las personas y evitar cualquier contacto.
Como no entendía lo que le pasaba en su interior optó por hacer la tarea más fácil: culpar al mundo. Repetía en su cabeza su propia excusa.
"No soy raro, simplemente nadie me entiende ni me emociona".
Y con esa idea en su cabeza podía excusar su falta de comunicación con el mundo.
Pero al ser un estudiante era algo difícil su misión de "no interactuar". Optaba por pasar desapercibido y responder con simplicidad sin sonar grosero o agresivo. No era su estilo.
Y allí se encontraba. Era jueves y estaba en plena clase de matemáticas, clase que detestaba, sentado en el último lugar del salón tratando de copiar y poner atención a la explicación, mientras que a su derecha mantenían una plática 2 muchachos sobre una fiesta que realizarían mañana después de clase. Rubén nombró a ese par como los "individuos altamente sociales", pues a cada rato mantenían conversaciones y se sentaban en la parte de atrás exclusivamente para hablar. Y le molestaba un poco pero trataba de no decir nada.
Al finalizar la clase ya todos se encontraban guardando sus cosas para irse lo más pronto posible a sus hogares. Rubén generalmente esperaba a que todos salieran del aula para salir sólo y sin ser molestado por nadie.
Mientras guardaba su cuaderno notó una presencia a su lado derecho. Era uno de los "individuos altamente sociales" que tanto le molestaba. Sin mal no recordaba este chico se llamaba Alejandro.
- Oye Rubén ¿Te gustaría asistir a una reunión que tendremos en la casa de Miguel mañana en la tarde? - Dijo el chico con una sonrisa señalando a su compañero de charla. - Vamos a jugar videojuegos, beber, hablar...
Para Rubén era extraño ese acercamiento del chico, pues era la primera vez que lo invitaban a hacer algo fuera del colegio además de estudiar. Supuso que sólo trataban de reunir más gente a esa fiesta que tendrían y que por eso lo habían invitado. Casi de manera automática respondió:
- Ehmm creo que yo paso. Mañana tengo que estudiar por la tarde. Lo siento. Gracias por la invitación.
- Vale, si cambias de opinión puedes hablarme para decirte la dirección - Respondió Alejo saliendo del aula con su amigo. - Hasta mañana.
Rubén le devolvió la despedida con su mano y una ligera sonrisa.
De camino a casa iba escuchando música y pensando en la propuesta que le había hecho Alejandro. Sabía que en su curso no era el más popular por obvias razones así que veía algo extraño el que lo invitaran. Tal vez querían añadir gente a la fiesta o solo trataban de no ser groseros. Sí, Rubén pensaba demasiado las cosas.
Al llegar a casa subió a su cuarto para cambiarse su uniforme y descansar un momento en su cama. Amaba estar sólo, escuchando música y con su gato amarillo acurrucándose a su lado.
Muy pronto serían las vacaciones. El momento perfecto para descansar de la multitud de la escuela y centrarse en sí mismo. Planeaba jugar videojuegos en su cuarto, ver series y leer algún que otro libro para su entretenimiento, pero seguramente vendría su madre a decirle que consiguiese un trabajo de medio tiempo o que al menos saliese de su casa a pasar el tiempo con amigos
¿Cuáles amigos?
La verdad no entendía esa necesidad de estar acompañado en cada momento. Era una tarea estresante y agobiante en su opinión y no quería someterse a esa "tortura".
Ya pasadas las 6 de la tarde Rubén se levantó a por algo de comer. Mientras bajaba las escaleras escuchó la puerta abrirse. Era su madre con las compras del día.
- Hola querido ¿Que tal fue tu día? - Dijo su madre.
- Nada fuera de lo común. - Respondió relajado.
- ¿Y ya has pensado que hacer en estas vacaciones?
- La verdad no. Posiblemente me quedé en casa estudiando.
- Está bien. - finalizó su madre terminando de guardar los víveres. - La verdad esperaba que salieras con tus amigos, no lo se...
- Sabes que no soy tan sociable.
Su madre optó por preparar la cena. Y mientras comían en silencio Rubén volvió a recordar la propuesta que su compañero de hizo, pues en cada momento sentía que su madre le oprimía a tener salidas y quizás con decirle eso la calmaría.
- Sabes. Un compañero me invitó a estar en su casa mañana por la tarde después de clases. - Dijo Rubén sin mirarla.
- ¿Y piensas ir? Por mí ya tienes mi permiso. - Animó su madre.
Rubén lo pensó. Quizás no sería tan malo esa reunión. Además le daría un "descanso" a su madre.
- Iré.
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| People (Rubegetta)
FanfictionFecha de publicación - 27 de enero 2020 Fecha de finalización - 23 de Julio 2020 _°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_ El ser humano siempre estará predispuesto a mantenerse en comunidad, se quiera o no, solo por que así se puede subsistir...