— ¿Y-yo te gusto?
Qué quieres que te responda.
Si te digo que sí te involucraría en mi vida caótica, que yo apenas estoy procesando y trabajando. Si te digo que sí me dolería tener que saber que no serías feliz a mi lado y que tuvieras miedo de que este amor fuera pasajero. Si te digo que sí…
Si te digo que no sería el peor error que habría de cometer. Me mirarás con miedo, con odio y con vergüenza, cosa que no quiero. No quiero que me dejes de mirar con tus bellos ojos. No quiero que me veas con odio y que no me vuelvas a hablar. Necesito de tu bondad y de tu belleza, aunque sea un deseo egoísta. Si te digo que no me abandonarían tus recuerdos. Si te digo que no…
Si te digo tal vez me verías como alguien desconfiable, que no te toma en serio y que te utilizaría. Y no es cierto, pero mis acciones te dirían lo contrario y sería cruel contigo. Me odiaría más que antes y te perdería. Si te dijera que tal vez…
La mano de Samuel paso por la mejilla húmeda del rubio. Su mirada de tristeza se ablandaba ante el toque de la mano del mayor. Y por fín sus ojos se volvieron a encontrar para aliviar el momento. Sus caras de a poco se acercaban buscando una respuesta ante sus miles y miles de dudas.
— Rubén. Hablemos de esto mañana ¿Te parece? — Dijo Samuel dejando caer su mano y dejando el toque del rubio. — Debes de estar cansado. Te llevaré a casa. — Todo eso lo dijo con pesadez y tristeza. Estaba agotado y supuso que el menor también lo estaría. Hoy habría sido una noche desbastadora.
Subieron al coche y solo hubo silencio. Guillermo y Alex estaban dormidos y Mangel no decía ni una palabra, solo se dedicaba a mirar la ventana, cómo las luces pasaban y las personas continuaban. Se odiaba a sí mismo por ser un idiota, y podría culpar al alcohol, a su reciente rompimiento, pero no sería justo con Rubén y Samuel. Debió callar.
Y mientras Rubén aun sollozaba un poco. Sus lágrimas aún no paraban de caer aunque se dedicara a limpiarse a cada rato. Su cuerpo pedía descanso, su mente quería respuestas y su corazón solo quería silencio. ¿Por qué no podía dejar de llorar en este tipo de situaciones? Podría haber una conclusión: estaba roto desde el comienzo, pero remitirse a eso solo lo empeoraría. Debía calmarse y empezar un nuevo día. Debió no seguir a Samuel esta noche.
Ya eran las 11:00 de la noche pasadas. Los citadinos se movían con vivaz alegría entre los locales de comida, bares y discotecas, y en Rubén volvieron los pensamientos de lo fría que es la vida, de las personas que solo se movían sin un rumbo.
Samuel estaba tenso y el ver a su compañero de al lado que aún no dejaba de sollozar le partía el corazón. Esperaba no haber sido tan rudo con él. Sabía que ambos necesitaban tiempo y quizás, solo quizás, las cosas mejorarían.
Si tan solo supieras Rubén lo que te conllevarían tenerme a tu lado. No serías feliz. No podrías despertar al lado de alguien que está roto. Te frustraras y te alejarás de mi. Quiero arreglar mi vida por ahora y supongo que tú también tienes tus planes. Quiero mostrarte mi verdadera versión. Quiero que me ames, pero que no sea un amor fugaz. Quiero que me abraces, pero que no me sueltes nunca. Quiero que nuestra historia comience, aunque sé que sea muy temprano. Quiero amarte, Rubén.
La primera parada fue precisamente en la casa del rubio. Este se despidió de Samuel y le agradeció con una tímida sonrisa.
Entró a su casa y su madre no lo esperó. Supuso que se fue a dormir temprano. Sus gatos no esperaron a aparecer, pero Rubén los ignoró y subió a su alcoba. Necesitaba dormir.
Mientras se quitaba sus ropas vió en el espejo su figura. Era alto y algo delgado. Su cara tenía evidencias de lo mal que la había pasado hoy. Sus ojos estaban rojos y sus labios algo secos. Se abrazó a sí mismo y comenzó a llorar de nuevo. Claro ¿Cómo esperaba que alguien lo amase si estaba roto a simple vista?
☁️
Samuel con “ayuda” de Mangel entraron a la casa de este último a Alex a dormir en el sofá. Mangel murmuró una especie de disculpas y un agradecimiento por recogerlos. Samuel volvió a recoger a su hermano quien se había despertado hace poco. Le ayudó a incorporarse y caminaron juntos a la entrada de la casa. Vaya la sorpresa de encontrarse con su madre en la sala mientras caminaban hacia las escaleras.
— ¿Dónde estaban? — Dijo sin más. En su tono se percibía cierta molestia.
— Estábamos… Por ahí mamá. — Dijo Samuel evitando que viera a su hermano menor.
Pero las madres tienen un sexto sentido. Se levantó y miró a su hijo menor y el cómo el hedor de alcohol se asomaba en él.
— Guillermo. ¿Qué hiciste?
— M-mamá podríamos hablar de esto mañana. — Dijo Samuel.
Y subió ignorando a las órdenes de su madre. Llevó a su hermano a su cama y lo puso cómodo. La puerta de la habitación insistía en ser abierta pero Samuel no le hizo caso. Su madre se hartó y se fue minutos después.
— Joder. — Samuel se tiró a la cama, al lado de su hermano. Estaba agotado y necesitaba procesar muchas cosas. Sacó su teléfono y vió que eran las 11:45, bastante tarde. Miró sus mensajes y demás cosas, pero un llamado débil le interrumpió.
— ¿Guille? — Samuel volteó a ver a su hermano.
— Samuel… Lamento haber sido un tonto todos estos años…
— Esta bien. Todo estará bien.
El silencio inundó la alcoba. La luz no estaba encendida así que la fuente que tenían era la luz de la luna que dejaba ver poco a poco la habitación de Samuel. Amplia, con paredes de color morado oscuro. Un escritorio amplio acompañado de una biblioteca llena de enciclopedias de medicina y algún que otro peluche.
— ¿Samuel?
— Dime.
— ¿Te puedo decir algo?
— Si por supuesto.
Su vista se posaba en el blanco techo de la habitación. Estaba simplemente escuchando.
— Creo que Rubius es una buena persona…
Samuel se sorprendió ante esa declaración, pero antes de poderlo cuestionar Guillermo cayó por fin en el sueño que tanto anhelaba, dejando a Samuel ahí: estupefacto.
— Yo también lo creo...
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| People (Rubegetta)
FanfictionFecha de publicación - 27 de enero 2020 Fecha de finalización - 23 de Julio 2020 _°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_ El ser humano siempre estará predispuesto a mantenerse en comunidad, se quiera o no, solo por que así se puede subsistir...