Rubén asimilaba todo este torbellino de emociones que acababa de recibir por parte de Samuel. Debía entender que él era una persona más con problemas. Debía comprenderlo porque así le dictaba su noble corazón. A Rubén no le gustaba ser alguien juzgador sino por el contrario alguien en quién recurrir ayuda.
De cierta manera el poder ayudar a los demás le daba a Rubén un sentido a su vida. Es más, hasta podía desarrollarse en sus propios gustos; como la lectura, estando dentro de un pequeño grupo de lectura, en fiestas, dónde logró interactuar con Mangel y Alex, en reuniones pequeñas de fin de semanas dónde conoció a Samuel y Guillermo, y también en espacios de clases donde conoció a Frank.
Todas esas experiencias le hicieron caer en cuenta a Rubén de lo mucho que vale la vida y el poder disfrutarla en cada momento. También le hizo entender lo difícil que es para algunos vivirla, y que lo mejor era grabarse que: todo es temporal.
La felicidad, la tristeza, el odio, los malos momentos, los buenos, las amistades, los problemas, todo. Todo en la vida es temporal. No debemos preocuparnos hasta el final de lo que nos hace sentir mal, lo que debemos hacer es atender ante las dificultades que se nos presenten con serenidad y responsabilidad. Enfocarnos en lo que los hace felices nos ayuda a manejar mejor la vida y ser más alegres. Levantarnos contra el mundo cruel con afecto y serenidad.
Rubén ahora andaba en el auto de Samuel rumbo a su casa. Escuchaban en la radio alguna que otra canción de Radiohead que Samuel tenía en su lista de reproducción de su celular.
– Oye Rubén. – Preguntó sereno mientras tenía una sonrisa en su cara.
– ¿Si?
– ¿Aún te animas a ser el tutor de Guille?
– Creo que lo mejor es que cuando queramos estudiemos todos juntos. No quiero presionar a Guillermo. – Dijo Rubén.
– Vale. – Samuel lo tomaba todo tranquilamente.
El viaje era tranquilo. Apuntaban las 6 de la tarde y el ambiente era precioso. Daba una brisa algo helada y las nubes mantenían formas hasta lindas.
– Aún así seguiré viendo a Guillermo. Tenemos un proyecto juntos. – Anunció el rubio.
– Vale. En casa te recibimos con gusto.
La canción que ahora se escuchaba era No surprises de Radiohead.
– Sabes me gusta mucho tu cabello. – Dijo Samuel.
– Si. Un día me lo teñí y me quedó gustando.
– ¿Algún plan para la universidad?
– Me falta este año y otro. Creo que aún tengo tiempo para pensarlo.
– Vale pero ¿Alguna idea?
– Me gusta mucho la animación también. Podría estudiar diseño gráfico o algo por el estilo.
– Super.
En la ciudad ya las tiendas y las calles tenían las luces encendidas. Un espectáculo luminiscente.
– Gracias por escucharme. – Dijo el moreno alegre pues se sentía liberado.
– No es nada.
– Supongo que ya somos amigos ¿No?
– Je. Eso creo.
Samuel se detuvo en la entrada de la casa de Rubén. El rubio lo agradeció y abrió la puerta para salir del auto hasta que.
– R-rubén. – Llamó Samuel.
– ¿Si? – Preguntó curioso el rubio.
Samuel alzó la miraba hacia la cara de Rubén. Los ojos verdes de Rubén estaban en la perfecta posición, pues gracias a la luz Samuel vió los bellos destellos verdosos que daban. Era hermoso ver sus ojos, su cara, su cabello, sus manos, cuello y por supuesto sus labios. Pequeños y con un tinte sutil de rosado.
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| People (Rubegetta)
FanfictionFecha de publicación - 27 de enero 2020 Fecha de finalización - 23 de Julio 2020 _°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_ El ser humano siempre estará predispuesto a mantenerse en comunidad, se quiera o no, solo por que así se puede subsistir...