Capítulo 26 - Caos (parte 2)

2.1K 365 121
                                    

Y ahí estaban. Los cinco chicos se encontraban afuera de la escuela. Guillermo esperaba a Samuel, como siempre, para que lo fuera a recoger.

Rubén se despidió alegando que tenía prisa y segundos después llegó Samuel en su auto. Recogió a Guillermo y ambos chicos se fueron a su casa.

En el trayecto Samuel le explicó a su hermano que tenía una cita pendiente ahora entonces lo dejo en la entrada de la casa y se volvió a ir dejando a Guillermo solo en casa.

Samuel recorría las calles de su ciudad natal en su auto, escuchaba en la radio alguna que otra canción de Bon Jovi para aligerar los nervios. Estaba a punto de decirle a Rubén todo lo que en su vida le atormentaba, toda esta situación era extraña pero lo hacía. Alguna clase de impulso le hizo escribirle al rubio. Otro impulso le hizo tomar su auto y encontrarse con él para llevarlo a el sitio. Y otro impulso le dijo que Rubén era la persona indicada para decirle todo esto.

Recogió a Rubén al frente del restaurante y partieron rumbo a él sitio. Mientras manejaba su mente le comenzó a recrear casi que todos los acontecimientos de hace 7 años.

- Samuel hijo baja. - Llamaba desde la cocina una madre avisando de que el almuerzo estaba listo. Eran de esos días en donde la familia se podía permitir un almuerzo todos juntos en domingo. Después de unos minutos bajó. - Puedes llamar a Guillermo ¿por favor?

- Claro mamá. - Y un Samuel obediente de 14 años fue a llamar a su hermano menor de 10 años que estaba en frente de la casa, probablemente jugando en el jardín con sus autos de juguetes.

Encontró a su hermano sollozando. Estaba sentado sosteniendo su rodilla raspada. Samuel fue rápidamente y calmó a su hermano. Entró nuevamente a la casa a por un botiquín y curó de la herida de su hermano.

- Gracias hermano. - Agradeció un pequeño Guille.

- ¿Ya no te duele verdad?

- Solo un poco. Pero estaré bien. Eres el mejor hermano. - Decía sonriente.

- Vale. Vamos que el almuerzo ya está listo.

Samuel seguía el camino. El trayecto de por sí era algo alejado, casi que a las afueras de la ciudad, pero lo valía porque tenían unas vistas espectaculares del sitio. Miraba de reojo a su acompañante. Debía admitir que esa gorra le quedaba muy bien.

- Cariño. Debes de ser fuerte ¿Vale? - Decía la madre de Samuel consolando a su hijo mayor, pues esté le había dicho lo mal que la pasaba en la escuela por culpa de sus compañeros.

- M-mamá. Ya n-no quiero ir a-a la escuela. - Abrazaba a su madre mientras esta le acariciaba su cabellera castaña para calmarlo.

- Samuel hijo mírame. - Los ojos rojos de Samuel se posaron en los bellos ojos verdes de su madre. - No importa lo que te digan tus compañeros. Debes de ser fuerte ¿Vale? Ya verás que las cosas poco a poco van a mejorar.

Y las cosas no mejoraron. Es más, hasta empeoraron. Tanto que tuvieron que cambiar a Samuel de escuela por todos esos apodos que le ponían para acosarlo. El favorito de ellos era llamarlo "marico llorón".

Ya habían llegado al sitio. El auto quedó parqueado en algún lugar y se dispusieron a caminar. Rubén estando detrás de Samuel ya que no conocía el lugar.

Los recuerdos lo seguían abatiendo. Samuel ahora se encontraba en su habitación. Tenía la puerta algo abierta y era de noche. Podía escuchar los gritos y regaños que sus padres decían en su habitación. Y es que era común encontrarlos peleando por alguna cosa mínima. En esa noche estaban discutiendo sobre Guille y sus malas notas.

| People (Rubegetta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora