Capítulo 21

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El sonido del entorno poco a poco comenzó a hacerse más presente, una presión contra su pecho le hizo regresar a la realidad, y el siseo de otra respiración le recordó lo ocurrido la noche anterior, que no estaba solo aquella mañana de noviembre.

SeungCheol abrió los ojos lentamente para encontrarse a JiHoon recostado a su lado, todavía dormido.

El menor usaba su hombro como almohada, y aferraba la tela de su pijama como si la vida se le fuera en ello, como si temiera que el azabache pudiera abandonarle en su sueño durante la noche. SeungCheol tuvo que sonreír ante lo adorable que esa imagen le parecía, y debido a la idea de que no fuera él quien se encontrara temeroso de despertar solo. Quizá era que se había acostumbrado demasiado a la soledad y a la idea de que ninguna compañía perduraría en su vida. Pero comprendía que había personas para las que era mucho más complicado aceptar la idea de que alguien o algo se esfumara de un momento a otro, así que sólo pudo apretar un poco más el abrazo que mantenía alrededor de la cintura del menor y besó su frente con devoción.

Un suspiro lleno de todos esos sentimientos que JiHoon provocaba en su ser abandonó sus labios, mientras le miraba dormir. Probablemente esa había sido la primera noche tranquila que su destinado había tenido en días, lo que era una buena noticia.

Acarició una de esas mejillas de porcelana y retiró algunos de esos cabellitos galleta que caían sobre la frente y párpados del menor, procurando ser suave para no despertarle. Quería que recuperara el descanso que no había podido tener a causa de las pesadillas.

Era sorprendente para él cómo esas manos que nunca habían servido para otra cosa que manejar armas y torturar personas ahora pudieran ser tan gentiles con alguien. Nunca pensó que podría ayudar a otra peesona que no fuera él mismo con ellas, que tocaría a alguien no con el fin de hacerle daño, sino de protegerle y evitar que continuara pensando en cosas horribles que no le correspondían. Lee JiHoon significaba un mundo completamente nuevo para él, y descubrirlo le daba un sentido a su día a día.

Sin embargo, no todo podía ser felicidad en ese amanecer. Aunque despertar junto a su alma gemela después de haber tenido una noche como la que pasaron era algo que no creyó que pudiera suceder cuando le conoció, eso no significaba que todo sería color de rosa. No sabía cómo reaccionaría el castañito en cuanto abriera los ojos, ni siquiera estaba seguro de cómo se sentía él mismo respecto a haber ignorado todos los límites que les separaban. Había tirado por la borda todas las advertencias de Mingyu, el desprecio de los señores Lee e incluso su propio raciocinio sobre la situación para besar esos labios que había deseado desde hacía tiempo. Qué era lo que seguía era la incógnita que le mantenía inquieto ahora, incluso cuando recién despertaba.

SeungCheol hubiera querido poder quedarse ahí hasta que su destinado abandonara el sueño, saludarle con una sonrisa y preguntarle si había dormido apropiadamente, pero pensaba que quizá era mejor que ello no ocurriera. Después de todo, todavía tenían que hablar de su situación. No podían ignorar las cosas sin más, incluso si ambos se sentían felices con la forma en que las cosas habían evolucionado, porque los padres de JiHoon y el estilo de vida del pelinegro no iban a sucumbir sólo por algo como el cariño que sentían por el otro.

Con algo de pesar, SeungCheol zafó el agarre que el menor mantenía en su ropa, depositando un último beso sobre esos suaves cabellos antes de levantarse de la cama.

Cubrió con cuidado a JiHoon para evitar que el frío de la mañana le molestara, y observó con una sonrisa cómo su luz brotaba ligeramente de debajo de las mantas. El azabache tocó su propio pecho antes de salir de la habitación en silencio.

Fue hasta su habitación para buscar un suéter, pero al observar que el clima fuera parecía ser mejor que los días anteriores, decidió que sería bueno salir a hacer algo de ejercicio y ocuparse de los pendientes que sólo él podía cumplir. Tenía que despejarse y apelar a lo último que quedara de su cordura para averiguar cómo hacer frente a esa situación. Pues haber tenido cercanía con JiHoon de la manera en que hicieron la noche anterior fue lo mejor para él, mas sabía que no podían mantenerse de esa forma como si fueran una pareja común. Entre ellos existían circunstancias que no hacían las cosas fáciles, y pretender dejarlas atrás no era una opción para ninguno de los dos, no cuando éstas enfrentaban a dos mundos tan distintos como eran los que ambos frecuentaban.

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