Día 17

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La suave brisa acarició sus cabellos, y JiHoon sintió el viento anunciar la próxima primavera. Los días dejaban de ser fríos a medida que la alegre estación se aproximaba. Las flores comenzarían a llenar su jardín de colores dentro de poco, y se llevarían consigo el triste panorama que observaba desde la ventana de la biblioteca. Con algo de suerte, el polen y la lluvia harían que ese sentimiento incierto que ocupaba su mente a cada que despertaba se disipara.

Tres días habían transcurrido desde su última dosis, y el castaño podía afirmar que aquel maldito tratamiento estaba surgiendo el efecto que deseaba, incluso si era tardado.

JiHoon pasó cada día desde su regreso pensando en su destinado, sin saber exactamente si quería preservar cada uno de sus rasgos en la memoria. Pero ahora, luego de varios días transcurridos desde iniciada su toma de la cura, no podía rememorar ya el rostro de su alma gemela.

Sus recuerdos eran una oscura nébula, que se formaba en su mente a cada que observaba su luz, ya completamente opaca y mucho más débil. Sabía que en algún momento había ido a América, que se suponía que tenía un destinado, pero no sabía quién era o cómo lucía, y tampoco podía saber del todo si había estado solo en el extranjero o no. Sólo pequeños fragmentos de recuerdos llegaban a él a cada que intentaba recordar a quien, se suponía, había estado a su lado durante un tiempo, aunque no podía decir si había sido considerable o apenas unas cuantas horas. La memoria de SeungCheol se desdibujaba, pero no el dolor que su partida había dejado. Así pues, JiHoon vivía cada día con un poco más de su memoria esfumándose, mientras se volvía un enigma cada vez más grande para él el por qué se sentía tan abatido.

Se cuestionaba el porqué de que esa persona no estuviera en su vida si se suponía que era su alma gemela, la meta que tenían sus padres de separarle de él siendo algo ajeno a su conocimiento.

Los nulos recuerdos de JiHoon eran confusos para él debido a que, a medida que su memoria era modificada por el fármaco, los doctores Lee aprovechaban esas pequeñas brechas que se formaban en la mente de su hijo para ajustar la historia de lo que había ocurrido entre él y su destinado. El castaño pasó de saber que había huido del país junto a SeungCheol a pensar que lo había conocido en un hotel en unas cortas vacaciones que habían hecho recientemente. Fue de saber diferenciar sus memorias de las del moreno a creer que todos aquellos recuerdos ajenos a él eran sueños que tenía a cada noche, los cuales eran extrañamente vívidos.

JiHoon no podía confiar ya en lo que le pertenecía y lo que no, en lo que había vivido y lo que era sólo una fantasía. Y a medida que la curiosidad se esfumaba de su mirada y era ocupada sólo por el vacío que le producía la ausencia de conocimiento sobre su alma gemela, sus padres sólo sonreían más y más, mientras respondían desinteresadamente a las incógnitas de su hijo sobre su propio pasado, pues querían hacerle creer que nada de eso tenía importancia.

JiHoon observó el papel que tenía frente suyo, siendo consciente de lo que había dibujado en éste.

Desde que volvió que el tiempo se le iba en escribir lo poco o mucho que podía llegar a su mente. Había comenzado a hacerlo impulsado por la idea de no querer ser completamente ajeno a lo que había vivido. Aunque cuando leía cada cosa que había escrito, siquiera un día atrás, le era imposible traer esos recuerdos de vuelta, y no conseguía nada más que el sentimiento de que se estaba perdiendo de algo grande, y de que ese dolor que ocupada su pecho a cada día no había sido obtenido sólo por coincidencia.

JiHoon ignoraba que nunca podría deshacerse de esa sensación de tristeza e incertidumbre, pues haberse enamorado de su alma gemela había sellado su destino. Podría conocer a mil personas en los años que le restaran, mas Choi SeungCheol continuaría en su ser como si de un tatuaje se tratara. El propio dibujo que había hecho era una muestra de ello. Una figura alta y bien formada se encontraba en ese papel, pero una sola cosa le impedía poder identificarla.

Red lightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora