CUATRO.

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Capitulo #4

- Un traje de corbata estaría perfecto. - Pensó Fernando. - Aunque quizás deba ir un poco más informal, pero... ¡Dios! parezco una mujer. Eso no es nada bueno-Hizo una pausa-  Perfecto - Dijo mientras tomaba de su armario un pantalón negro, una camisa azul, medias oscuras y zapatos negros. 

En mitad de su conversación consigo mismo, su celular se encendió. Recordó que su celular estaba en silencio, se acercó y de nuevo volvió a alumbrarse la pantalla. En ella la foto de Mariana llenó la pantalla y la opción de contestar sería tomada esta vez.

- ¿Bueno?

- Fernando...

- Mariana, estoy ocupado... Al rato te llamo.

- ¿Vas camino a tu casa?

- No, estoy de salida a una cita.

- Ah... Es con una mujer...

- No, no es cierto. Es una cita laboral.

- ¿Y porqué no va tu padre?

- Tiene un compromiso.

- Pero...

- Mariana, como te dije, estoy ocupado. Al rato te llamo.

- Pero te he llamado toda la tarde.

- Si, no podía contestar, adiós.

Cristo, mujeres intensas y Mariana. -Pensó Fernando.-

*~*~*

6:45 pm... Un poco temprano, Lucero. - Se dijo así misma mientras el mesero ubicaba su silla.-

- ¿Desea algo señorita?

- No, muchas gracias. - Esbozó una discimulada sonrisa en gesto de agradecimiento, recibiendo de éste, el mismo gesto.-

Lucero es de esas mujeres de semblante serio, pocos saben por qué. De hecho, a su corta edad llega a entrar al grupo de las 'amargadas' después de ser vilmente engañada por Alejandro, su exnovio. Lucero tiene una cara angélical, una sonrisa que transmite algo especial y un cuerpo que todas envidian. Su decisión para elegir que ponerse esa noche no había sido nada sencilla, en su afán de verse bien, sin causar una mala impresión, tendría que cuidar su imagen. Para esa noche, escogió un vestido verde esmeralda, con una pedrería dorada algo discreta, sus sandalias eran doradas haciendo juego con su vestido, en su cabello se formaban delicadas ondas en la punta. Su intención era no llamar la atención, pero fracasó. Su belleza llamaba la atención de muchos y de muchas. Esperó 5 minutos y revisó su celular Hora 6:50 pm, veía llegar a muchos hombres, pero ninguno tendría la apariencia que pensó que tendría con quien habló por telefono. La voz de Fernando le llamó mucho la atención, le causaba curiosidad su aspecto físico. Su llamada no duró más de dos minutos, pero fue el tiempo suficiente para despertar la curiosidad de Lucero.

Y en un momento de conversación con sí misma, entra un hombre guapo, demasiado de hecho. Alto, moreno aunque la luz dispersaba un poco el color de su piel, su cabello peinado, liso y negro y lentamente se acercó hacia la mesa.

- Disculpe, ¿Es usted Lucero Hogaza?

- Si, soy yo. - Sonrie un poco- Mucho gusto.

- Mucho gusto, Fernando Colunga. - Afirma mientras se sienta en la silla ofreciendo su mano derecha como señal de cortesía y devolviendo la sonrisa-.

- Para "Night" es muy importante esta entrevista... Verá, le haré unas pocas preguntas acerca de la empresa de Paulo, habrá una pequeña grabadora.

- Perfecto. -La miró fijamente, tenía en su mirada algo diferente... Era diferente, más de lo normal. Era una mirada intimidante. Los nervios se apoderaron de Lucero, nunca se había sentido así, no desde Alejandro.

- ¿Empezamos? -Matiene la mirada baja y se encuentra con las manos de Fernando, sus dedos estaban inquietos, era como si él estuviera nervioso, ella solo sonrió aliviada de saber que no era la única en una situación tan incómoda. 

- ¿Empezamos?-repitio esbozando una pequeña sonrisa-

- Claro.

- Bien -sacó su grabadora y oprimió el botón rojo-

Con tan pocos años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora