SIETE

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Capítulo 7

- Susana, llama a la empresa de Rafael Hogaza, y me pasas la llamada, por favor.

- Claro que sí, don Fernando. En un momento.

- Gracias. -Sonrió y entró a su oficina, esperando con impaciencia la transferencia de la llamada. Tomó su celular de su bolsillo, y encontró un mensaje de Mariana.- ¡¿Que no se cansa?!- dijo con enfado ignorando los mensajes. Inesperadamente, sonó su teléfono.-

- Señor Colunga, lo conecto con la señorita Lucero Hogaza.

-Gracias Susana.

- ¿Bueno?

- Lucero, buenos días.

- Fernando... Eh... Hola.

- ¿Todo bien?

- Sí -escuchó que sonrió- gracias.

- Que bueno. Mi padre decidió que viniera lo antes posible a recoger los documentos que necesite. Pregunta si es posible que usted viniera con Rafael Hogaza.

- Claro que sí.

- ¿El martes de la otra semana está bien?

- Perfecto.

- Muy bien, que tenga un buen día.

- Muchas gracias -sonrió- Igualmente. -colgó-

Cualquier pretexto para verla valdrá la pena -pensó.

* ~ * ~ *

- Lucero no vendrá. - Comentó Ángela con desdén- ni creas que por ser tu madre voy a intercesar por  ti, Alejandro; serás tú quien se disculpe.

- Ante una mujer jamás me humillo.

- No se trata de humillación, y si así fuera, no te hagas la víctima. Tú más que yo, sabes quien se equivocó -hizo una pausa- ¿Cómo crees que se sintió ella? ... Definitivamente la humillación la sufrió ella al salir contigo- susurró.

-¿Estás hablando en serio?

-¿Hay alguna razón por la que deba bromear?

- Soy tu hijo, ¿prefieres defenderla a ella antes que a mí? -la miró fijamente- qué feminista.

- Yo no necesitó pertenecer a un bando ridículo para saber lo que está bien y lo que está mal.

- ¡AGH! - exclamó con desespero- No sé cómo ni cuando, pero Lucero volverá a ser mía. -la miró- y eso te lo puedo asegurar.

- No seas patán y bájate de la nube. Ella volverá cuando decida hacerlo, no cuando lo hagas tú.

- ¿Patán?

- Eso dije. Sólo uno de ellos hace lo que hiciste. Tú la abandonaste cuando ella se entrego a ti. ¿Su dignidad no cuenta?. Ha pasado mucho tiempo, supuse que cambiarías en estos años.

- ¿Me lo dices con ese cinismo?

- Si no lo hago yo, nadie lo hará, y seguirás siendo el sujeto poco pensante por mucho tiempo. -salió.

- Maldición.

Con tan pocos años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora