Tres años. Habían transcurrido tres años desde la última vez que se tuvieron frente a frente, tan cerca que casi podían escuchar los palpitares del otro; tres años desde que se dejaron entregar a la pasión que desde hacía tiempo los embargaba; tres años desde que se alejaron cada uno con el corazón roto, cada uno con su propio pesar... Y ahora estaban ahí, frente a frente, separados por apenas un par de metros, mirándose fijamente a los ojos, incrédulos de saberse en el mismo sitio de nuevo. Ella estaba temblando por la sorpresa y él por los nervios. Iban solos, en un vagón de primera clase con rumbo a Tirano, Italia.
En la boda de Ethan y Rocío, después de que Piero viera a Anna bailando y tan radiante, no tuvo el valor de acercársele, porque para él, en su mente, estaba completamente seguro de que ella era feliz, de que ya lo había olvidado, y no podía, más bien, no quería hacerle daño de nuevo ni lastimarse así mismo. Se repetía para sí, una y otra vez, en el baño de esa finca, que lo hecho estaba hecho, que la vida no la podía cambiar y que tendría que soportar la agonía y vivir arrepentido por la decisión que había tomado. Había alejado a la mujer que más había amado en la vida... a la única a la que había amado.
Salió del baño dejando a Gianluca e Ignazio preguntándose qué hacer. Lo hizo tan deprisa que nadie logro verlo, ni siquiera Anna, se llevó el coche dejando a los muchachos varados. Iba con la cabeza y el corazón hecho un nudo, nadie que lo viera podía imaginarse la avalancha de emociones que se estaba gestando en su interior, nadie podía sospechar, ni siquiera Ignazio o Gianluca, que estaba librándose una batalla entre lo que quería hacer y lo que se suponía que debía hacer. Una parte de él quería hablarle, acercarse, tenerla cerca, lo que fuera... y la otra sabía que debía dejarla ser feliz, que él le había deseado felicidad y él no tenía ningún derecho a interrumpir su vida. Siguió manejando hasta llegar al hotel donde se hospedaban, subió a su habitación ya cuando la noche había caído, y se quedó ahí, con las luces apagadas esperando a que saliera de nuevo el sol, le fue imposible dormir.
Ignazio y Gianluca se quedaron a la boda, tampoco es que tuvieran muchas opciones después de quedarse sin coche, ya habían solicitado que les llevaran un transporte nuevo, se acercaron a la mesa principal a felicitar a los novios. Rocío, a los rayos del atardecer que se mezclaban con sus cabellos dorados y el vestido corte imperio con bordados en oro, lucía como toda una princesa e irradiaba felicidad de la que solo aquellos que se casan profundamente enamorados pueden proyectar.
¡Me alegra tanto que lograran llegar! – Les dijo Ethan al verlos - ¿Qué ha pasado con Piero? Creí que vendría con ustedes...
No – contestó Gianluca – él regresó a Italia esta mañana. Su hermana estaba un poco indispuesta...
Los chicos creyeron que una pequeña mentira sería mejor que tener que explicar que había llegado y se había ido.
Que lastima – dijo Ethan en medio de un suspiro – me hubiera gustado que nos dedicaran una canción... Pero bueno, ya será en otra ocasión...
Los chicos se despidieron y fueron a tomar asiento en de las mesas cercanas al centro de la pista.
No puede ser – dijo Margarita a las chicas tratando de ocultar su rostro – es Ignazio, el chico que conocí ayer mientras discutía con Gerardo... ¡Qué pena!
Estaban ellas sentadas en la misma mesa que Rubén y Edgar, los hermanos universitarios de Rocío y Margarita. Regresaron a ver y Anna se sintió estremecer al ver a los chicos de Il Volo, pero sin Piero, Alondra regresó a mirarla igual de sorprendida que ella y buscaron por todo el campo visual que tenía en busca del tercer integrante pero no aparecía por ningún sitio.
¡Sacame a bailar! – Le dijo a Rubén que estaba sentado a su lado. No sabía que más hacer.
Se fueron al centro de la pista donde una canción lenta ya sonaba y bailaron cerca, muy cerca. Anna no podía concentrarse en nada, estaba segura de que en cualquier momento Piero entraría y no quería que la viera sola.
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Il amore [Sin editar]
أدب الهواةUna historia en donde solo hablamos del amor. Continuación de Il Love.