6

259 23 10
                                    

A finales de septiembre en la Hacienda de Grana ocurrió una tragedia. Don Diego, el capataz encargado de las tierras, murió. Fue una tragedia. Sucedió exactamente como había muerto la madre de Anna, el señor se calló de un caballo y el golpe fue letal, quien se postuló para el nuevo puesto vacante era un señor que había trabajado con su padre muchos años atrás, pero que por razones que ella desconocía había dejado la hacienda. Cuando lo entrevistó, el señor Julián dijo que había dejado la hacienda porque, tras la separación de su esposa, había decidido dejar el Estado, pero ahora que ella ya había muerto no había nadie que le impidiera regresar a su tierra natal; tenía un hijo de 20 años llamado José Julián, un joven que Anna vagamente recordaba, de niño era callado y muy tímido y de grande parecía ser exactamente igual, siempre observando en silencio a su alrededor con sus enormes ojos negros.

El señor Julián comenzó sus labores en la hacienda y se mudó junto con su hijo a una casa cercana, y cada mañana los dos llegaban a las cuatro de la madrugada para comenzar con las labores del día.

Para Margarita la muerte de don Diego fue devastadora. Le había cogido mucho cariño al hombre, con él se sentía segura y sentía que su experiencia e infinita sabiduría le estaba sirviendo de mucho, ahora tenía que adaptarse a un nuevo capataz y a una nueva forma de trabajar. Desde que había regresado de la boda de su hermana ella había adoptado el gusto por un nuevo género musical, el lirico – pop, paso de no conocer siquiera la existencia de ese tipo de música a volverse completamente loca por las melodías. Ella usualmente era fanática del trap y pop en inglés, pero, haber conocido al integrante de una banda famosa le había hecho cambiar un poco su perspectiva.

Para Anna el viaje había sido demasiado agotador, tanto física como emocionalmente. Había regresado a la hacienda un jueves y de pronto todo en ella había cambiado. Tras la conversación que había tenido con Piero, se había quedado ahí, había vuelto a tomar asiento junto a la enorme ventana, se había sentido levemente mareada y por un momento había perdido la noción del tiempo y el espacio. Sentía la boca seca, y había buscado frenéticamente una botella de agua que nunca apareció. Había una fotografía que ella solía mirar de vez en cuando, una fotografía que ella había tomado justo después de que Piero la dejara sola en el vagón, era una selfie con glaciares rodeando a un lago azul turquesa en el que se reflejaban los rayos del sol que ya comenzaba a descender, en esa foto ella sonría, pero sus ojos reflejaban la enorme tristeza que había sentido en ese momento. Había deseado verlo, inconscientemente esa había sido la razón para extender su viaje un par de días más, pero cuando lo tuvo en frente, después de la súbita alegría que la invadió, recordó. Recordó mientras lo escuchaba que no había sido él quien se había quedado a su lado cuando ella estaba en el suelo. Recordó todo lo que sufrió por su ausencia y recordó que a pesar de que lo deseaba ya no lo amaba. Eso último era lo que ella solía repetirse cada día, cada día desde aquel reencuentro hacía casi dos meses, para hacer más llevadera su vida, porque verlo y escucharlo había sido como un retroceso a todo lo que ya había superado una vez. A veces se le veía distante, tratando de disimular una tristeza que innegablemente la invadía, sus noches en vela también había regresado y solo por eso, algunas veces juraba odiarlo. Después de su charla en el vagón habían tenido otra al llegar a Tirano, y esa charla, a pesar de que ella no se lo demostró, había provocado en ella una enorme sensación de vacío y... enojo.

Después de que concluyó la gira por Europa, Il Volo tuvo dos semanas de descanso antes de arrancar con la estrategia que había sido diseñada para recuperar el mercado latinoamericano, la cual básicamente consistía en una estadía prolongada en varios países lo que les permitiría interactuar más con la nación en la que estuviera, conceder entrevistas, convivencias con las fans y dos o tres canciones en eventos específicos de carácter nacional, esto con la finalidad de que aquellos que no los conocían los conocieran, y aquellos que ya sabían de su existencia recordaran lo que la música de Il Volo les provocaba.

Il amore [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora