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Bárbara había llegado al hotel y había hecho pasar a los chicos directo a una de las habitaciones.

Ella estaba seria, muchísimo más de lo usual y es que la situación no daba para menos. Representar a los chicos y cuidar su imagen había sido fácil siempre... bueno, casi siempre. Y ahora ella, ellos y todo el equipo detrás de Il Volo se enfrentaban a situaciones con las que nunca pensaron que llegarían a lidiar antes.

Los chicos estaban callados también. A Piero lo invadía la culpa de saber que por su causa podría arrastrar a sus amigos y a Il Volo. Intentó decir algo y Bárbara hizo un ademán para que guardara silencio.

A esas alturas del partido los conocía lo suficiente como para culparlos. La vida de un famoso podía ser muy cruel y esta vez era Piero quien se estaba llevando la peor parte, sabía que no era su culpa. Eran las circunstacias, enamorarse y toparse con las personas equivocadas.

Son tendencia en México – dijo ella con calma – y son la noticia principal en Italia y otras partes de Europa. Se esta hablando de ustedes y sobre todo de ti – dijo dirigiendo su mirada a Piero.

Hace quince minutos – continuó ella – me llegó un correo de la disquera donde expresan que si las cosas no se aclaran van a considerar la posibilidad de aplazar el lanzamiento del disco que se va a comenzar a grabar en un par de semanas...

Los tres, casi al mismo tiempo, sintieron un golpe demasiado fuerte en el estómago. No habían conocido ese miedo antes. Nunca.

... esto porque un escándalo así podría afectar significativamente las ventas... – concluyó Bárbara.

– Lo lamento – dijo Piero cabizbajo y con la voz apenas audible – todo esto ha sido mi culpa...

Ignazio miró a su amigo y negó con la cabeza. Gianluca le dio un par de palmadas en la espalda.

El silencio en la habitación era tan tenso que podría cortarse si alguien sacara unas tijeras.

No lo lamentes, Piero – continuó la mujer – solo tus circunstancias han sido más desafortunadas que las del resto... la chica que realizó la transmisión es la misma de la firma de autógrafos del año pasado, ¿verdad?

Él asintió con la cabeza. Bárbara se refería a la vez que Carina había llevado una extraña loción a la firma y había lanzado un par de atomisaciones a Piero cuando se le acercó, según ella misma había mencionado, era para que él se fijara en ella. Había sido una situación desagradable, Piero había tenido que cambiarse de camisa por el molesto olor, pero no le habían dado más importancia.

Muy bien – siguió Bárbara – a menos que exista manera de probar lo contrario, será necesario que le ofrezcas una disculpa, por tu "violento" proceder...

Pero Bárbara – intervinó Ignazio – disculparse con ella sería aceptar que Piero la agredió y estoy seguro de que no fue así...

No la agredí – dijo Piero – prácticamente ni siquiera la toqué... pero sí estaba muy furioso por la manera en que estaba atacando a Anna, lo viste en una parte del video... y no tenía ninguna intención de tirar su teléfono, pero pasó...

Debe ser algún delito – habló Gianluca – violentar la privacidad de cualquier persona de esa manera... sea de un famoso o no... nadie es feliz con ese nivel de acoso... y sobre todo si atacan a la mujer que amas...

Tienen razón – les respondió ella – tienen razón. Gianluca, Ignazio, tienen mucha razón. Nadie debería cruzar esa línea, ni siquiera con un famoso. Y tienes razón, Piero, yo también me pondría furiosa si atacaran así a quién amo. Pero el punto aquí es que esa chica tiene "pruebas" del ataque. Pruebas del supuesto forcejeo.

Il amore [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora