Era domingo, Anna y Margarita habían decidido despertarse temprano para colocar el pino. Los días anteriores los habían pasado en calma, casi no se encontraban con los chicos, ellos por sus grabaciones y ellas por sus ocupaciones. Algunas veces en la noche se reunían para cenar, pero todos estaban tan agotados que en cuanto la comida terminaba se subían a dormir. Piero, Gianluca e Ignazio estaban acostumbrados a vivir la vida de prisa, pero ellos lo hacían cantando, no actuando, era un tipo de desgaste diferente. Ningún animal se había vuelto a morir de manera inexplicable y, aunque aún no recibían los resultados del análisis del laboratorio se sentían tranquilas, Margarita llegó a pensar que se trataba de alguna enfermedad congénita, ya que todos los cerditos muertos fueron hijos de la misma madre.
Las muchachas aprovecharon que la hacienda estaba prácticamente vacía para adornar.
Una vez armado el pino comenzaron a adorarlo, pusieron música bajita, no querían despertar a los chicos que arriba dormían, los domingos ellos no grabarían, estaba en el contrato. Las esferas, los lazos, el nacimiento, se sentían contentas.
Piero despertó un rato después, y movido por la curiosidad de los murmullos que escuchaba abajo, se levantó de la cama, cepillo sus dientes y aún en su pijama bajó, muy calladamente, como pretendiendo no ser escuchado. Al darse cuenta de que solo eran ellas quienes estaban en la estancia intentó darse la vuelta, pero Margarita alcanzó a verlo.¡Piero! - dijo ella frustrando sus planes de irse - ¿Por qué no nos ayudas con los adornos?
Miró a Anna, pensó rápidamente en una excusa. - Vamos, Piero, ayúdanos a llegar a las partes más altas - le dijo ella disimulando su nerviosismo antes de que él pudiera hablar.
- Esta bien - contestó tomo un puñado de flores doradas y comenzó a colocarlas.
Había un poco de tensión en el ambiente y, aunque Margarita era capaz de notarlo no imaginaba el porqué podía ser posible.
- ¡Me encanta esa canción! - dijo Anna cuando en el aleatorio que tenían comenzó a sonar Señorita de Camila Cabello.
Subió un poco más el volumen y cantando comenzó a simular un baile mientras colocaba esferas alrededor del pino. Piero no pudo evitar perderse en ella un momento mientras lo hacía.
Anna se percató de la mirada de él y antes de que permitiera que su mirada la intimidara le estiró su mano haciendo un ademán para que la acompañara.
Él la miraba fijamente, su corazón había empezado a palpitar con fuerza. Negó con la cabeza mientras una risa nerviosa aparecía. - Vamos - le insistió ella aún con la mano estirada, mirándolo fijo a los ojos y sin dejar de cantar.¡Qué más da! - pensó Piero - la canción es muy buena...
Y estaba dispuesto a improvisar un baile en esa estancia con aquella que solo era su amiga cuando Ignazio y Gianluca aparecieron.
- Señoritaa - comenzó a cantar Ignazio llegando hasta ellos. - ¡Baila conmigo, Barone! - Dijo mientras tomaba la mano que él ya tenía estirada.
Gianluca, Anna y Margarita comenzaron a reír ante los movimientos no tan coordinados de Piero e Ignazio. Ellos también rieron. De pronto la tensión que sentían Anna y Piero se había esfumado.
¡Ah! - dijo Gianluca - La navidad, ya viene navidad.
Y antes de que pudieran las chicas decir algo siquiera, Ignazio y Gian tomaron cosas de la caja y comenzaron a colocarlas en el pino.
- ¿Ya desayunaron? - Preguntó Ignazio al sentir el olor del tocino emanar desde la cocina, donde el chef encargados de los chicos les preparaba el desayuno.
Aún no - respondió Margarita - si quieren adelantarse esta bien. Nosotras tomamos una taza de café en cuanto bajamos.
Oh no, no - contestó Gianluca - por lo menos terminemos de colocar el árbol para desayunar todos juntos.
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Il amore [Sin editar]
FanfictionUna historia en donde solo hablamos del amor. Continuación de Il Love.