Él miraba a Margarita mientras descansaba, el fresco de la mañana entraba por la ventana que había permanecido abierta toda la noche. Él había despertado hacía algunos minutos y en silencio, la observaba dormir, ella era un mujer hermosa, el color de su piel parecía constantemente bronceado por estar trabajando todo el tiempo bajo el sol.
Su mente estaba divagando, preso de las mismas preocupaciones que lo invadían la noche anterior.
¿Cómo llevaría una relación a distancia?
Lo que sentía por ella era fuerte o de lo contrario jamas hubiera regresado a su búsqueda en cuanto tuvo la oportunidad, sin embargo, no podía evitar cuestionarse si sus sentimientos eran tan fuertes como para sobre llevar una relación así, Gianluca lo hacía, pensaba, entre él y Regina desde el comienzo mismo había sido un reto y aún así estaban logrando superarlo.
Pero, ¿y ellos? Ignazio había logrado conocer a Margarita bastante durante el tiempo que pasaron viviendo bajo el mismo techo, y aunque era consciente de que nunca se deja de conocer a las personas, tenía confianza en ella, podía verlo en sus ojos, y en lo que ella sentía por él, pero no podía evitar sentir miedo, ya le habían roto el corazón antes y la sola idea de volver a pasar por algo así lo agobiaba, tenía miedo también de que ella no soportara una relación pública, como él sabía que sería si las cosas entre ellos fluían como debían y, aun más, tenía miedo de la distancia, de que la lejanía entre ellos enfriará las cosas a tal grado de darse cuenta de que en realidad lo que sentían no era amor.
Observaba el vaivén de su pecho, arriba y abajo, mientras la situación de Il Volo aterrizaba en su mente como una nueva y constante preocupación. La presión que habían ejercido sobre Piero algunas personas en días anteriores lo habían obligado a él también a alejarse de las redes sociales, por lo menos hasta hacían algunos días cuando, al anunciarse el nuevo disco había reaparecido. No podía ser ajeno a lo que pasaba, si algo afectaba a uno, los afectaba a todos, se amaban como hermanos, no podían ver el sufrimiento del otro y permanecer indiferentes, y mucho menos podía culpar a Piero por enamorarse de la manera en que, Ignazio había sido testigo, lo había hecho y por tener la mala suerte de encontrar en su vida a una persona como Matilde...
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el ir y venir, la respiración de Margarita se aceleraba y él podía distinguir como sus pezones se erizaban a través de la blusa. Se quedó atónito por un momento observándola, creyó que lo que ella estaba soñando era exactamente lo mismo que él estaba imaginándose en ese momento. Se acercó un poco más a ella motivado por el deseo de tocar por encima de su blusa y de repente ella abrió los ojos.
Miró a Ignazio que lo miraba embelesado y, sin pensarlo nada, lo abrazó. Su corazón latía estrepitosamente y sus manos temblaban.
¿Qué pasa? – preguntó él provocando que la ternura de su voz la derritiera, había olvidado por completo sus cavilaciones – ¿Qué te pasa bonita?
Estaba teniendo una pesadilla – contestó ella acurrucandose más en él – fue espantosa.
¿Una pesadilla? – preguntó él besando su sien y poco después su mejilla– no temas, mi amor. Aquí estoy contigo.
Ella disfrutaba de la sensación de seguridad que sus enormes brazos le provocaban a la vez que sus pequeños besos la distraían de la pesadilla que había tenido.
¿Aún sientes miedo? – preguntó él mientras lentamente su mano se abría paso por debajo de su blusa – ¿Aún sientes miedo, bonita?
Ella negó levemente con la cabeza, su respiración había comenzado a agitarse de nuevo pero por un motivo totalmente diferente. Ella se recostó completamente sobre la cama mientras dejaba que él la recorriera con sus dedos. Se había olvidado por completo del mal sueño y en su lugar se había entregado al amor.
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Il amore [Sin editar]
FanfictionUna historia en donde solo hablamos del amor. Continuación de Il Love.