Me, Myself and I [Junhao]

Capítulo 22

-No- canturreé -Aquí nos quedaremos hasta que quieras hablar - sonreí -Tu dijiste que si yo me sacaba la careta, tú lo hacías y yo quiero conocer al verdadero Minghao. - le dije mi objetivo y rió irónico.

-Maldición, JunHui- dijo molesto - ¡No hay otro Minghao!

-¿Por qué no me dejas conocerte? - pregunté ahora yo molesto, golpeándolo en el pecho.

-Ya, ya- repitió tomándome de las muñecas para que dejara de golpearlo -Me llamo Xù Minghao, tengo diecinueve años...

-¿Diecinueve?- lo interrumpí -¿Ves?...- logré que me soltara y lo volví a golpear -Eso no lo sabía- volvió a sujetar mis muñecas - ¿Qué haces un año atrás?- pregunté extrañado.

-No te importa- contestó de mala gana.

-Si me importa, de otra forma no te estaría preguntando- le conteste obvio - ¿Reprobaste?- pregunté divertido.

- ¡No!- reí por su gesto.

- ¿Entonces?.

-Ya, está bien yo te pregunto a ti- finalmente accedió - ¿Responderás cualquier cosa?- preguntó y asentí con la cabeza.

-Con la única condición de  que después tú respondas todas mis preguntas.- enfaticé todas.

-Entonces no- sonrió hipócritamente.

- ¡Xù Minghao, qué escondes!- le grité desesperado, ¿por qué demonios no quería responderme un par de preguntas?.

-Nada- dijo tranquilo.

-Sabes... olvídalo- bufé molesto, haciéndome a un lado -solo pierdo el tiempo intentando acercarme a ti- me puse de rodillas en el verde césped para luego ponerme de pie -Creo que tú me has rechazado lo suficiente para toda la vida.- traté de limpiar el barro y pasto de mis zapatos y mi suéter, luego comencé a caminar por el enorme jardín del campus. Sinceramente cruzaba los dedos porque Minghao me alcanzara y me dijera que lo sentía y que respondería mis preguntas pero a eso se le llamaría un completo milagro.

- ¿Qué te paso?- preguntó Soonyoung riendo, mirando mis zapatos y suéter sucios.

-Nada, tuve una pelea de artes marciales con Jia Yi en el césped.- dije como si nada, abriendo mi casillero.

- ¿E-Enserio?- preguntó sorprendido.

-No- contesté -Pero quisiera hacerlo.- cerré la puerta de un golpe.

-¿No te cambiaras?.

-No, hace días saqué todas mis cosas del casillero.- había sacado ropa, zapatos y accesorios. Ahora solo había libros, papeles y útiles escolares. - ¿Y tú qué haces afuera?- le pregunté mientras comenzaba a caminar junto a él.

-Al parecer Hoffman no se levantó de buen humor- rió -Creo que se quedara solo en el salón.- me uní a su risa, también lo había sacado.

- ¿Y cómo te fue anoche?.

-Bien- dijo con una enorme sonrisa -Cenamos, platicamos, un 'quiero que seas mi novio'- dijo galantemente -Y por supuesto un 'Claro que si Soonyoung, eres tan guapo'- reí ante su exageración de la historia.

-Eres un mentiroso- no podía parar de reír.

- ¿Y tú? ¿Finalmente te rendirás y aceptaras que gané? El guapo Hoshi nunca pierde.- dijo con seguridad.

-Pues, esta vez...

-Lindo suéter, combina con tus zapatos- escuché detrás de nosotros la burlona voz de Jia Yi, me di la media vuelta para verlo de frente. Mingming lo abrazaba por detrás y a los lados como siempre, Los clones.

- ¿Qué? ¿Te gustan?- pregunté con hipocresía -Estaba por tirarlos, pero si los quieres te los regalo- sonreí -Creo que cualquier conjunto será mejor que eso. - hice una mueca de desagrado al ver su ropa.

Ni siquiera puse atención a su respuesta, porque toda mi atención se enfocó en Minghao, quien caminaba hacia nosotros con una caja blanca en las manos.

-Ten- me la entrego sin interesarle los demás -Espérame en la salida.- susurró en mi oído antes de seguir caminando por el pasillo. Todos miraban sorprendidos excepto Mingming que lejos de 'sorprenderse' estaba enfurecido. ¡Muérete de celos Yao!

-¿Entonces? ¿Si los quieres?- solté una carcajada antes de darme la media vuelta y seguir caminando con Hoshi por el pasillo.

- ¿Aún sigues pensando que perderé?- le pregunte a Soonyoung, riendo.

-Debo aceptar que me sorprende- dijo incrédulo - ¿Y qué es eso?- preguntó señalando con la mirada la caja blanca.

-No lo sé- contesté sincero, mientras tomaba la tapa para abrirla. Al ver el contenido me fue imposible no reír, eran las botas que yo había tirado ayer y una chaqueta de cuero.

-Está loco si piensa que tú usaras eso.- dijo seguro.

-Yo compré las botas.- le dije y sus ojos se abrieron como platos.

-Imposible.

-De verdad- reí -Ayer me dijo que yo no era su tipo, así que las compré.- le expliqué -Según él, aún así seguía sin agradarle y cuando llegué a mi casa las tiré a la basura.- Hoshi negó con la cabeza.

-Ese tipo está pisoteando a Wen JunHui. - rió.

-Por ahora- sonreí -Me las cobrare todas, Soonyoung.

-Ay, ahora si quedaste encantador.- esa hipócrita voz - ¿Qué vendrá después? ¿Pantalones rasgados y collares con púas?- soltó una carcajada.

-Olvidé que querías los zapatos- hice una mueca de molestia -Pero seguro que los encuentras en el basurero del segundo piso.- seguí caminando sin siquiera voltear a verlo, no me interesaba ponerme a discutir ahora.

Las clases pasaban rápido, me era difícil poner atención tratando de encontrar el motivo por el cual Minghao quería verme en la salida, siendo que no paraba de decir 'Aléjate de mí'.

Era divertido ver como todos se sorprendían ante la ausencia de mis zapatos usuales y mis suéteres de colores suaves, había sido un cambio drástico.

Finalmente el último timbre del día y la 'fabulosa' profesora no se cansaba de hablar. Típico, quieres salir temprano y a los maestros se les ocurre quedarse más tiempo. La dictadora cerró su boca y por fin nos dio la salida, junté mis libros para poder ir a mi casillero y dejar los que no necesitaría para hacer tareas.

Habíamos sido el último salón en salir, seguramente Minghao ya se habría ido, algo desilusionado salí del edificio, de verdad quería saber que quería.

Bajaba las escaleras del edificio cuando logré verlo, estaba sentado en una de las bancas de la acera del plantel, viendo hacia el estacionamiento. Sus codos estaban recargados en sus rodillas, donde estaba su chaqueta, ahora solo vestía una blanca camiseta, la blanca y provocativa camiseta.
Me acerqué procurando no hacer ruido, logré mi cometido y lo abracé por la espalda, se sobresaltó un poco pero al darse cuenta de que era yo, no se movió.