Capítulo 21

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Ya con todo en el lavaplatos ahora si comencé a enjabonar todo. Terminé y abrí la llave para enjuagar todo cuando sentí que se apoderaban de mi cintura. Me estremecí levemente y escuché la risa de Minghao.

—Siempre te retuerces así— susurró en mi oído.

—No me retuerzo, solo los gusanos lo hacen— ambos reímos. Se cambió a mi lado y comenzó a secar los platos que iba dejando en la barra. En menos de cinco minutos los platos y vasos ya estaban secos y en su respectivo lugar.

Terminé de acomodar el último plato y una vez más sentí sus manos en mi cintura, pero esta vez me giró rápidamente y me alzó para sentarme en la barra. Riendo pasé mis brazos por su cuello. Tenía la cabeza hacia atrás para poder verme ya que había quedado unos cuantos centímetros más alto que él.

—Gracias, JunHui— dijo mirándome a los ojos, en los cuales gustosamente me perdí. —Gracias por estar con nosotros— una de sus manos subió para acariciar mi mejilla.

—¿Es broma?— reí y ahora yo acaricié su mejilla. —Gracias a ti por hacerme sentir como en una familia, por darme ese cariño.

—Te amo— susurró antes de unir nuestros labios de la manera más dulce existente en la tierra.

—Te amo más— dije separándome sólo milímetros de sus labios —Y en eso si no me ganas...— sus manos se fijaron en mi cuello y me atrajeron una vez más a su boca.

El beso iba tomando poder conforme los segundos pasaban, cosa que no me molestaba en lo absoluto. Me dedicaba a jugar con su hermoso cabello mientras que él acariciaba mi espalda por debajo de la camisa.

Nuestros labios se movían a un perfecto compás, no había nada que me gustara más que esto, por nada del mundo cambiaria sus labios, por nada del mundo cambiaria estos momentos.
Sus manos subían y bajaban por mi espalda, haciéndome temblar bajo sus caricias.

Yo seguía jugando con su cabello, pero también quería tocar su piel. Me separé de sus labios y resistí mi deseo de regresar a ellos ya que el grosor y el tono que se había apoderado de ellos los hacían aún más deseables. Tomé el borde de su polera y la levanté, en automático alzó los brazos dejándome sacarla. Mis manos fueron a su pecho, sus manos a mi cintura y sus labios a los míos.

—Hao — jadeé entre besos.

—¿Si?— dijo rápidamente para regresar a mis labios.

—Estamos en la cocina.

—¿Y?

—¡Xù Minghao! — Él sabía perfectamente a que me refería. Reproché y él gruñó. Pero no será una situación 'cómoda' el que alguno de los niños bajara y nos encontrara... Bueno, tan solo de pensarlo es terrible. —Mejor vamos arriba— cambié mi tono a uno cien por ciento seductor —Así no corremos tanto riesgo de que nos interrumpan— los ojos de Minghao brillaron de deseo y en dos segundos ya corría por las escaleras conmigo en brazos.

Me, Myself and I [Junhao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora