Capítulo 44

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MINGHAO

—¿Hao? ¡Despierta! ¡Minghao, despierta! — Abrí de golpe los ojos ante los llamados de JunHui.

— ¿Qué? ¿Qué paso?- pregunté desorientado y alarmado.

—Pasa que son las cinco de la tarde y seguimos... ¡Así! — mierda, ¿las cinco? ¿Cómo habíamos podido dormir tanto? —Me daré una ducha, para después ir por mi traje a... A casa de mi madre— su tono de voz cambió por completo. Dio un apasionado beso sobre mis labios antes de salir corriendo hasta el baño. Pasé mis brazos por detrás de mi cabeza y mi mirada estaba perdida en el techo. Sin duda alguna estaba enamorado de él.

Se escuchaba correr el agua en el baño y un dulce tararear que provenía del mismo lugar.

Un ligero pitido me saco de mis pensamientos. Volteé hacia mi derecha y nuevamente se escuchó el mismo sonido, el cual era proveniente del celular de Jun. Por tercera ocasión sonó. Lo tomé y sólo miré la pantalla, no invadiría su privacidad 'tres mensajes de: Soonyoung.'

Me debatía entre presionar 'Ver' y 'Salir' decidí presionar Salir pero estúpidamente -si, estúpidamente- presione Ver. En automático el pequeño aparato me llevó a la bandeja de entrada' había demasiados mensajes de Soonyoung. Más bien todos eran de él.

Tengo que aceptarlo, los celos me invadieron. Elegí un mensaje al azar. "Muy bien, y ¿entonces? ¿Qué tal te fue? Acéptalo, perderás la apuesta".

¿Apuesta? Pensé divertido. ¿Que habrá apostado ese par? Y ¿por qué Jun no me lo había contado? Sentía una inmensa necesidad de enterarme.

Esta vez no pude contenerme y fui a bandeja de salida en búsqueda del mensaje que respondía el texto previamente leído.

"Excelente, tanto que puedo asegurar que TÚ has perdido la apuesta. No te sorprendas cuando Xù  Minghao admita que esta locamente enamorado de mi".

No sé cómo explicar lo que sentí. Sólo sé que quería estrujar el celular que tenía en mis manos hasta convertirlo en polvo, sólo se que tenía unas enormes ganas de golpearme a mí mismo por haber creído en él, sólo sé que Wen JunHui me había roto el corazón...

JUNHUI

Envolví mi cintura con una toalla blanca y salí del baño. Estaba tan contento, esta noche sería perfecta.

Minghao aún seguía recostado, sus brazos estaban detrás de su cabeza. Parecía cómodo.

—Tu turno— le dije caminando hacia él  pero él sólo miraba perdidamente hacia el techo. —Hao— canturreé y éste sacudió levemente la cabeza

—Si, ya voy— sonrió y se sentó en la cama, sujetando la sabana en su cadera.

—Nos vemos en un rato entonces— me acerqué para besarlo pero éste corrió su rostro y puso su mejilla.

. . .

Afortunadamente mi madre no estaba en casa, así que sin problema alguno pude entrar por mi traje. Al igual que por los zapatos y accesorios que usaría. Salí pidiéndoles a las de limpieza que mi madre no se enterara que había ido. Todas asintieron con la cabeza, les agradecí y salí.

Siete en punto, llegué a casa de Minghao, toqué pero la puerta estaba abierta.

— ¿Hao? — pregunté, pero el único que me respondió fue el eco. Debía seguir en lo de su traje.

Subí a grandes zancadas las escaleras hasta llegar a la habitación de Minghao. Esta seguía desordenada a excepción de nuestra ropa, que ya no estaba esparcida por el suelo.

Tendí la cama y acomodé todo lo que estaba fuera de su lugar. Vi mi celular en el buro, lo tomé y lo guardé en el bolsillo del traje que usaría esta noche. Una vez que toda la habitación estuvo ordenada volví a tomar una ducha para poder comenzar a arreglarme.

MINGHAO

Ocho veinte, y aún no estaba listo. Me dejé caer en uno de los sillones de la sala. Estúpido traje, como lo detestaba. Pero por fortuna faltaba poco para que mi tortura acabara.

Finalmente se escuchó la puerta de mi habitación cerrarse y seguido de esto los zapatos de JunHui sobre el piso de madera anunciaban su llegada.

Su cabello estaba perfectamente peinado, ningún cabello fuera de lugar.
Su traje era blanco, parecía brillar cuando él lo llevaba puesto. Tenía detalles de un suave celeste que lo hacían resaltar aún más. Parecía un sueño.

—Te ves perfecto— dije y el corazón se me estrujó.

—Gracias— dijo sonrojado —Tú te ves muy lindo, Hao—dijo al momento de estar a solo centímetros de mí. -Si claro, como digas - pensé sarcástico.

—¿Nos vamos? — pregunté haciéndome a un lado

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Me, Myself and I [Junhao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora