Me, Myself and I [Junhao]

Capítulo 33

MINGHAO

—¡Corran, corran, corran!— grité mientras bajaba corriendo las escaleras acomodándome la chaqueta.

—¡Pero aún no estoy lista! — Me giré para ver a Minjoo, quien traía un cepillo para el cabello en las manos — ¿Me haces una coleta como las que me hace Junnie? — ellos aún no estaban enterados, sólo creían que JunHui estaba en casa de su madre.

—¡Hao, tengo hambre! — escuché a Minseok desde la cocina.

—Dame el cepillo— le dije a Minjoo y ella me lo entregó—Ahora ven— le dije mientras caminaba hacia la cocina —Saca leche y cereal, no hay tiempo para otra cosa— senté a mi hermana en uno de los bancos de la barra e intente cepillar su cabello y hacer una coleta — ¡Listo!

—Minghao, no hay leche— maldije por dentro.

—Entonces jugo.

—No comeré cereal con jugo ¡Ew! — se quejó Minjoo.

—Yo tampoco.

—¡No iré a comprar leche ahora! ¿Está claro? — Dije con desespero —Coman cereal y punto.

—Ya quiero que llegue Jun— susurró Minjoo mientras comía el cereal sin ganas. Minseok concordó con ella y asintió con la cabeza. Tendría que hablar con ellos esta tarde.

—¿Ya? — pregunté, pero más bien fue una orden. Ambos se pusieron de pie, Minjoo corrió por las escaleras para buscar su mochila. Caminé a la puerta con las llaves en la mano.

—¡Es horrible! — grito Minjoo.

—¿Qué es horrible? — Pregunté volteando a verla.

— ¡Mi peinado! — Gritó una vez más antes de ponerse a llorar.

—¡No encuentro mi mochila! — ahora Minseok gritaba desde arriba.

¡Esto no podía estar pasando! Habíamos vivido más de dos años solos, sin la ayuda de nadie y ahora al irse JunHui todo parecía desequilibrarse y ya estaba al borde de la locura.

—¡Minseok, en la sala! ¡búscala! — me agaché para quedar a la altura de mi hermana. —No es horrible, siempre luces hermosa. — le sonreí tratando de tener toda la paciencia del mundo.

—Llama a Junnie— dijo entre llanto.

—No, Minjoo.

—No quiero salir así— su llanto aumentó, al igual que mi desesperación.

—Mira, haremos esto... llegamos rápido con Jisoo y ella te peinará, ¿sí? — sorbió por la nariz y limpió sus lágrimas con la manga de su suéter.

—¿Y por qué no Jun?

—¡Porque no! — grité, ya cansado de que lo mencionara, Minjoo se asustó ante mi tono de voz y una vez más se volvió un mar de lágrimas.

—¡La encontré! — finalmente llegó Minseok con su mochila.

—¡Al auto ahora!.