Capítulo 25

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JUNHUI

Llegué al auto, dejé la chaqueta de Minghao en el techo y me recargué en la puerta, ya que no le había pedido las llaves y tenía seguro.

—¿Junnie?— volteé al escuchar mi nombre.

—Hey— dije serio al ver a Mingming  y regresé mi mirada hacia la puerta, como si mirarla fijamente haría que Minghao apareciera por ahí.

—¿Qué haces afuera?— buscó entre las llaves el control de la alarma de su auto y lo presionó, seguido de eso el auto sonó dos veces.

—Ya nos vamos— hablé en plural haciéndole entender que Minghao estaba aquí.

— ¿Tan temprano?— miró el reloj en su muñeca.

—Si— hice una mueca —Estoy algo cansado.

—Que lastima— subió los hombros —Nos vemos lue...— su teléfono comenzó a sonar, me sonrió antes de darse la media vuelta para responder.

Ya habían pasado más de diez minutos y Minghao no llegaba. Tomé la chaqueta y la colgué en mi brazo, entraría a buscarlo. Tal vez se había perdido en la casa de Hoshi, porque era lo bastante grande como para hacerlo.

Subí las escaleras para ir hacia el baño, llegué a este y miré hacia arriba, la luz estaba apagada. Señal de que estaba desocupado. Abrí la puerta y encendí la luz. Al hacerlo me encontré con un par en una situación para nada cómoda, al menos para mí no. Rápido bajé la cabeza.

—Ups, lo siento, lo siento— repetí y cubrí mis ojos —La luz estaba apagada y pensé que... — finalmente reaccioné, finalmente mi cerebro proceso las imágenes que había visto, finalmente deseé no haberlo hecho, deseé no darme cuenta pero ya era muy tarde.

Cerré los ojos con todas mis fuerzas, rogando abrirlos y encontrarme con un baño vacío, o encontrarme a Jia Yi sobre otro chico que no fuera mi novio... De nada sirvió.

—Debiste tocar la puerta.

—Y tu mamá debió haber abortado— Cruel... Lo sé.

— ¡JunHui! ¡No es lo que parece! Yo...— Negué con la cabeza antes de darme la media vuelta para salir corriendo de la casa.

Las lágrimas claramente no se hicieron esperar. No, no y no ¿Qué se supone que haría ahora? No podía ir a casa de Soonyoung porque ahí seguía Minghao, no podía ir a casa de Minghao porque ahí vive Minghao y simplemente no podía ir a casa de mi madre a escuchar un 'Te lo dije'... Y además de eso ¿En qué mierda me iría?.

Salí de la casa y cuando quise limpiar mis lágrimas recordé que aun traía su chaqueta, la cual no dude en tirar al suelo.

Con brusquedad limpie las lágrimas pero estas en segundos eran remplazadas por nuevas. No ponía atención por donde caminaba cuando choqué con alguien quien casi me tira al piso.

—Lo siento...— le dije al momento de que me atrapó librándome de un fuerte golpe.

—No te preocu... ¿Qué te sucede?— vió mis lágrimas.

—Nada— intenté liberarme de sus brazos pero no me dejó.

— ¿Estás bien?— preguntó.

— ¿Lo parezco? — Pregunte irónico —Suéltame ya.

—Espera... ¿Puedo ayudarte en algo?.

—No— me soltó. —Espera... si puedes.

. . .

—¿Me vas a contar qué te pasa?— preguntó abriéndome la puerta del auto.

—No, Mingming— rodé los ojos y subí al auto —Sólo vámonos ya, por favor.

—Como tú digas. — sonrió y rápidamente rodeó el auto para subir del lado del piloto.

—¿Y Xù Minghao?— preguntó rompiendo el silencio. Una lágrima se deslizo pero rápidamente la limpié.

—Te agradecería que dejaras de hacerme preguntas— dije sin siquiera voltear a verlo. Seguía con mi mirada hacia la ventana.

—Lo siento, es sólo que no te ves bien y el auto de él estaba afuera ¿Se enojaron? — rodé los ojos, estaba por decirle que me bajara ahí cuando mi celular vibró. La pantalla indicaba que era Minghao quien llamaba. Volteé la cabeza, haciendo que mi rostro quedara fuera de la vista de Mingming, ya que no podía resistir más y las lágrimas tomaban sus propias decisiones. Me debatía en desviar la llamada o sólo no responder. Me decidí, sólo no respondería. Guardé de nuevo el celular en mi bolsillo y disimuladamente limpié las lágrimas de mi rostro.

—¿Que ha sido tan malo para que llores por él?— volteé a verlo sorprendido. No esperaba que se diera cuenta. —Te conozco muy bien ¿recuerdas? — tomó mi mano y la soltó dándome mi espacio, acción que agradecí inmensamente.

—No tiene importancia— susurré y una vez más regresé mi mirada hacia la ventana.

Afortunadamente no preguntó más.

Y aunque me costara admitirlo, para mi decepción el celular no volvió a sonar.

Me, Myself and I [Junhao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora