|45. Siempre igual|

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-Tengo que irme.- murmuré apresurada, yendo a buscar mi campera de abrigo.

-¿Qué ocurre?-

Zayn estaba algo desconcertado. Habíamos terminado de almorzar juntos una hora atrás y nos habíamos sentado en el living para mirar una película.
Él me rodeaba con ambos brazos cuando yo había recibido una llamada y había tenido que levantarme y alejarme.

-Era mi padre.- expliqué -Dijo que mi abuelo estaba en el hospital. Tengo que ir.-

Tenía los ojos nublados por las lágrimas.
Mi abuelo era probablemente lo mejor que había tenido en toda mi vida. Él siempre había estado ahí para mí, incluso después de que mi madre se había ido y luego de que Jeremy había hecho lo mismo; él jamás me había dejado. Solía entonces ir todo el tiempo a su casa y él acostumbraba preparar mi comida favorita cuando mi papá se comportaba como un idiota; él me había acompañado a todos los primeros días de escuela y había estado, sin excepción alguna, en todos los actos por el día de la familia.
La idea de que él estuviera mal, que estuviera en el hospital.. me aterraba. Y no podía dejarlo solo, no cuando él había estado siempre ahí para mí.

-Vamos, yo puedo llevarte.- propuso de inmediato.

-No.- negué, buscando mi bolso -No puedo ir a Clovelly y tener que lidiar con mi padre. Él.. él se pondría como loco si te conociera, no sabes cómo es. Yo sólo necesito ir y estar con mi abuelo.-

Mi padre era un idiota, por supuesto que lo quería y que me preocupaba por él. Pero Connor Edwards era esa clase de personas que no deberían tener hijos; a penas sabía cuidarse a sí mismo y tener dos niños a su cargo había sido desastroso.
Sabía que el día que conociera a Zayn iba a ponerse insoportable, más aún si se enteraba que estaba embarazada de él. Esa era una discusión que sabía que era inevitable, algún día tendría que pasar; pero aquel no era el momento.

-De acuerdo.- aceptó, comprendiéndome.
Sospechaba que en el fondo le había dolido un poco mi respuesta.

-Lo siento. Me encantaría que vinieras conmigo, pero en serio, estoy preocupada por mi abuelo y no podría lidiar con mi padre.-

-Lo entiendo, tranquila.- se acercó y me dio un beso breve -Cuídate, por favor. Y avisame cuando ya estés ahí.-

-Gracias.- sonreí de lado, volviendo a besarlo cortamente -Yo te aviso. Voy a buscar unas cosas a mi apartamento y en unas horas ya voy a estar en Clovelly.-

El viaje de casi cinco horas en tren se sintió mucho más extenso de lo normal. No solía ir mucho, mi padre no era exactamente mi persona favorita y no había demasiada gente en Clovelly que me importara; pero todos los años había un día específico en el que viajaba - sin falta - por la noche, para pasar todo el día siguiente en mi antigua casa hasta que partía el último tren de vuelta a Londres. El 17 de septiembre era el cumpleaños de mi abuelo y jamás me había permitido estar ausente, pasábamos todo el día juntos y yo le preparaba su pastel favorito.
Así de importante era él para mí. Pensar siquiera en la posibilidad de que pudiese morir, me rompía el corazón.

Volver a casa siempre se sentía raro, no estaba segura de que fuera nostalgia. Pero había algo que se removía en mi interior.
Todo seguía igual. La calle en bajada empedrada, las paredes blancas, las ventanas siempre abiertas y la escalera de entrada a mi casa con la baranda negra intacta. Incluso todavía estaban las plantas con las que mi madre había adornado el frente y que caían hasta la calle - yo las había amado cuando era niña porque se llenaban de flores blancas en la primavera.
En Clovelly el tiempo parecía no pasar, por fuera todo estaba siempre igual.

-¿Papá?-

La casa estaba en silencio, y no parecía haber rastro de él. Asumí que quizás estuviera en el hospital con mi abuelo; y continué mi camino hasta la cocina.
A través de la ventana horizontal que daba al jardín, pude divisar su auto sobre el pasto y dos piernas asomando por debajo de él. Lo había encontrado.

BE US (against the world) - zerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora