-¿Vas a salir con tu Sugar Daddy?- preguntó Lisa mirándome por sobre la maqueta en la que la había visto trabajar durante toda la tarde.
-Ya no le llames así, por favor.- clamé, abrochándome el otro aro -Y no, no salgo con él.-
-¿Con quién?- se mostró intrigada.
-¿Tengo que decirlo?-
-Obviamente, Perrie.-
-Con Martin.- acabé por confesar, aún mirándome en el espejo del pasillo.
-¿Martin Appleton?-
Yo asentí.
-Bueno, mucha suerte. Él debe estar que salta de la emoción, al fin se la da.- se burló -¿Crees que vayan a volver para acá?-
-No lo sé. No estoy muy segura de querer acostarme con él.-
-¿Te enganchaste con el Sugar Daddy?-
-Lisa.- reproché.
-De acuerdo perdón, es que no recuerdo su nombre.-
-Zayn.-
-Bien, ¿a caso te enganchaste ya?-
-No.- negué, porque en primer lugar era muy probable que estuviera saliendo con Martin sólo para poder evitar eso -Pero cuando en la fiesta de Abby tuve que elegir, Martin no fue mi primera opción.-
-Eso no significa que no puedas follártelo.-
-Ya lo sé. El punto es que no sé cómo vaya a terminar la noche.-
-Yo espero que aprovechando tu juventud.- murmuró mientras ponía pegamento a un par de palitos de madera -No sé cuándo vaya a terminar con esto, probablemente necesite trasnochar.-
-No te preocupes, no voy a molestarte.-
-¡No me molestas! Sólo lo digo porque quizá ustedes entren todos cachondos, y verme a mí con esta pinta trabajando en una maqueta, puede ser algo corta rollo.-
-No te hagas problema.- repetí, ahora ya mirándola -Vos terminá tu trabajo tranquila y por el amor de Dios, no lo dejes en el medio de la sala. No quiero tropezar con ella y que nos agarremos de los pelos.-
Lisa rió, probablemente recordando aquella vez cuando ella había dejado una maqueta - que le había llevado al menos cuatro días de trabajo sin descanso- olvidada junto a la puerta de entrada. Yo había vuelto de trabajar demasiado tarde y no había prendido la luz porque pretendía ir directamente a mi habitación; el resultado había sido yo tendida en el suelo y la maqueta hecha pedazos. Lisa había tenido un ataque de histeria y casi nos habíamos matado echándonos la culpa la una a la otra.
-De acuerdo. ¿Te molesta si la dejo sobre esta mesa?-
-No, está bien.-
Me puse un poco de perfume detrás de las orejas, en ambas muñecas y en el escote que dejaba a la vista mi camisa a medio desabotonar.
-Adiós Liz.- me despedí saliendo por la puerta del apartamento.
-¡Usen condón!- le oí gritar antes de cerrar.
Había quedado con Martin en encontrarnos en un pub que según él era "increíble" donde solían tocar bandas de música indie rock.
El ambiente del lugar era demasiado universitario; había muchísima gente joven y la luz en el lugar era prácticamente inexistente. Era el sitio perfecto para enrollarse, de eso no tenía dudas.Él estaba esperando en la puerta, justo debajo de las letras brillantes de "The Royal Oak". Llevaba una campera de corderoy negra y un par de pantalones oscuros ajustados; y como no era de extrañar, estaba tirándose el cabello castaño hacia atrás una y otra vez, parecía nervioso. Pero éramos amigos desde hacía años, ¿por qué estar tan inquieto?
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BE US (against the world) - zerrie
Fiksi Penggemar¿Qué tan lejos pueden llegar los prejuicios cuando la atracción está de por medio? ¿Acaso las segundas oportunidades están prohibidas? ¿Qué importa lo que se vea fuera cuando dentro del cuarto solo son dos personas amándose? El corazón puede amar do...