|78. Nueva enemiga|

56 5 0
                                    

Llegar a Fulham me tomó prácticamente una hora entre el viaje en metro y unas cuantas cuadras a pie. Era la primera vez que viajaba fuera del centro de Londres, y si bien sabía que al sudoeste existían zonas residenciales muy bonitas, jamás hubiese imaginado lo coloridas que se veían sus calles con el imponente paisaje verde que creaban los cuantiosos árboles y arbustos. Sabía que los vecinos que habitaban en ese tipo de suburbios tenían en su mayoría un buen pasar económico, y no me sorprendió lo hermosa que era la propiedad que yo había ido buscando; Zayn había comentado en alguna ocasión que la familia de Maddison era adinerada.

La propiedad era hermosa, tenía al menos tres pisos, siendo francamente mucho más alta, con su techo a dos aguas, que los metros que ocupaba su frente. Las casas vecinas compartían semejanza entre sus fachadas, con paredes de ladrillo y aberturas color blanco.
Subí los escalones de la entrada, inspirando hondo en un intento por tomar coraje para enfrentarme a lo que estaba pronta a hacer.

<< ¿Qué mierda estás haciendo Perrie? >>

Sabía que era un error, yo no tenía por que estar ahí. Pero era la única forma que tenía de comunicarme con ella.
Zayn iba a enojarse tanto conmigo, pero no toleraba continuar viendo lo desdichado que se sentía con el giro que había tornado su vida. Estaba destrozado y si a ella no le importaba, a mí sí.

Llamé a la puerta, y la misma se abrió antes de lo que yo había esperado. Ella siquiera había preguntado de quién se trataba; simplemente había aparecido ante mí, aniquilando toda posibilidad de huir si planeaba arrepentirme.

-¿Sí?- me encontré con el rostro de Maddison, en todo su esplendor.

Eran las cuatro de la tarde de un sábado y ella aún así llevaba maquillados los ojos, a pesar de su atuendo no aparentar ser más que un pijama de satén. Nadie podía negar que era una mujer hermosa.

-Hola Maddison.- saludé, y ella frunció las cejas, probablemente porque le había resultado desconocida -Mi nombre es Perrie Edwards. No nos presentaron adecuadamente, pero nosotras nos conocimos en la sala del Dr. Callahan. Yo soy..-

-La novia de Zayn.- me interrumpió. Ahora sí me había reconocido.

-Sí.- confirmé -Lamento venir de imprevisto y.. a tu casa. Me gustaría hablar con vos.-

-¿Zayn sabe que estás acá? Dudo que él te haya enviado.-

-No lo sabe. Quiero que hablemos solas, de mujer a mujer.-

-Mujer a mujer.- sonrió con cierto sarcasmo -¿Cuántos años tenes?-

Maldita sea, ella era una Lily 2.0.
De nuevo, ¿por qué había pensado que seguir aquel impulso podía ser una buena idea?

-Veinticuatro. ¿Hay algún límite etario para poder conversar?- le sonreí, exactamente de la misma forma que ella había hecho.

-A Zayn siempre le gustaron las mujeres con carácter.- comentó en voz alta al pasar, más para sí que para ambas -Adelante.- se hizo a un lado.

Tenía buen gusto, no podía negarlo. Su sala era enorme y tenía una chimenea muy linda en el centro de una de las paredes.
Un mueble lleno de botellas de bebidas alcohólicas muy variadas se encontraba a uno de los lados, y recordé por un instante que ella era la persona en la que Zayn se había inspirado para crear aquel personaje literario cuya adicción era la bebida. Al parecer Maddison no había podido modificar el mal hábito con el pasar de los años.

Señaló al sofá de tapiz azul, indicando que tomara asiento. Ella por su parte, se había sentado sobre la mesa ratona frente a él, cruzando las piernas e inclinándose hacia adelante.

BE US (against the world) - zerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora