|24. Prejuicios propios|

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-¿Te gustó la exposición?-

-La amé.- sonreí, en verdad había sido una buena idea.

-Te dije que iba a gustarte.-

-Es cierto.- asentí, clavando la mirada en el borde de la porción de pizza que había dejado sobre mi servilleta.
Por alguna estupida razón no podía dejar de sonreír.
-Gracias. Realmente la pasé bien.-

-¿Incluso siendo un día que detestas?-

-Especialmente por eso.-

Zayn también sonreía.
Mi mirada se dirigió a su boca, me sentía tan atraída hacia él que me dolían los músculos. Habíamos tenido demasiadas veces sexo, como para decir que estaba nerviosa, pero definitivamente me ponía ansiosa cuando estábamos cerca y la tensión sexual se tornaba irrebatible.
Inspiré hondo inconscientemente.
<<Mierda.>>

Me abracé a su cuello mientras sus labios se abrían contra los míos. Sus manos habían viajado automáticamente hasta mi cintura y me había acercado lo suficiente como para que pudiera sentarme sobre él.
Profundicé el beso deslizando mi lengua sobre la suya, pero sin volverlo agresivo; el roce entre nuestras bocas y nuestros cuerpos era intenso, pero por alguna razón íbamos lento. No se sentía como estar enrollándonos con desesperación, si no más bien como una expresión de deseo.. y quizá algo más.

Escurrí los dedos entre las raíces de su cabello y le besé una mejilla antes de dejar descansar mi cabeza sobre su hombro, evitando su mirada. Simplemente lo abracé y él hizo lo mismo, acariciándome la espalda con una de sus manos.

-Estás muy callada.- susurró.

-Lo siento.- respondí, sin intentar cambiar de posición.

<<Sólo que siento que esto me gusta demasiado.>>

No lo dije, pero la frase casi escapa de mis labios.

-¿Estás cansada?-

-No.-
No lo estaba, pero quizá estuviera algo perpleja, no quería afrontar la realidad de mis sentimientos.
El corazón me latía un poco más fuerte que lo usual.

-¿Querés que me vaya?-

-No.- quería seguir sintiéndolo así de cerca.

Dejé de apoyarme contra su torso y volví a estar frente a frente con él, aún sentada en su regazo y con sus manos entrelazadas detrás de mi espalda baja.

-¿Queres pasar la noche acá?-

Por unos instantes guardó silencio, y una de las comisuras de sus labios tiró hacia arriba.

-No es lo único que quiero.-

-¿Qué otra cosa queres?- murmuré, sabiendo con anticipación su respuesta.

-Que te quites esa polera está primero en la lista.-

Sin dudar, tomé los rebordes de la prenda y tiré hacia arriba para quitármela y hacerla a un lado.

-¿Y después?-

En respuesta a mi pregunta, sentí cómo acariciaba suavemente mi espalda desnuda, camino al broche de mi brasier.

BE US (against the world) - zerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora