|43. Calor intenso|

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Todavía faltaba una hora para que la clase de la Profesora Jansen terminara cuando había empezado a sentirme mal. Primero había sido un mareo leve, y luego le había seguido una sensación de calor inminente que me había obligado a quitarme la camisa que llevaba puesta y quedarme sólo con la camiseta de tiras. Había perdido completamente el hilo de la clase y ya no podía oír las palabras con claridad, todo alrededor no parecía ser más que murmullos.
Ya conocía esa sensación, sabía lo que venía a continuación. Así que me levanté de mi asiento - agradeciendo haberme sentado en uno de los últimos lugares - y me salí del anfiteatro, directo hacia el baño de mujeres más cercano.

En cuanto entré sentí la primera arcada y corrí dentro de uno de los cubículos, cayendo de rodillas frente a él con la segunda arcada.
Finalmente vomité mi desayuno, y necesité permanecer sentada en el piso por un par de minutos para poder prepararme para vencer la pesadez que experimentaba mi cuerpo.
El espejo del baño devolvía un reflejo bastante poco encantador; me habían aparecido dos ojeras violetas y profundas al empalidecer, y unas gotas de sudor me surcaban la frente.
Lavé mi rostro y mi boca sucesivas veces, al menos empezándome a sentir un poco mejor. E inspiré hondo antes de erguirme y tomar uno de los chicles de meta que se me había vuelto costumbre cargar desde la semana anterior.

En silencio, volví a entrar al anfiteatro del que había escapado y me dirigí a mi lugar, esperando que nadie dijera nada sobre mi exabrupto.
Me sentía mejor, pero durante lo que restó de clase no pude concentrarme completamente en lo que salía por la boca de Jansen. Me sentía frustrada pero no sorprendida; si usualmente sus clases eran de por sí imposibles de seguir con la atención al máximo, el malestar no podía hacer las cosas más fáciles.

"¿Estás bien?"

Levanté la cabeza y busqué a Martin con la mirada, encontrándolo en la punta opuesta. Me limité a asentir y tecleé un mensaje rápido para que pudiera quedarse tranquilo; probablemente me había visto cuando escapaba apurada del anfiteatro.

"Sólo con algo de dolor de panza y cansancio. Deseando que Jansen deje de hablar."

No me sorprendió que Martin estuviera esperándome fuera del salón una vez que salí al pasillo, y le sonreí antes de besarle una mejilla a modo de saludo.

-Hola Pezz.- correspondió -¿Seguís sintiéndote mal?-

-Un poco, nada que una siesta no pueda arreglar.- me encogí de hombros, si bien sabía que mi malestar poco tenía que ver con la falta de sueño -¿Qué tal amaneciste al día siguiente de la fiesta de Teddy? No volvimos a hablar después de eso.-

-Me sentía como si me hubieran partido la cabeza a la mitad con una maza.-

-Auch.-

-Sí.- rió -Yo.. lamento lo qué pasó.- se rascó la nuca, algo nervioso.

-¿Qué es lo qué pasó?-

-Recuerdo haber dicho algo sobre la noche que pasamos juntos y luego.. ¿intenté besarte?-

-Nada sucedió.- negué con la cabeza, queriendo desvirtuar el tema -No hay por qué disculparse, estabas completamente alcoholizado.-

-Lo sé, si quiera recuerdo cómo llegué a mi apartamento.-

-¿Chris no te dijo?- elevé una ceja, algo divertida.

-Me dijo que él tampoco sabía cómo llegué.-

-Qué maldito.- me carcajeé -Chris estaba jugando con vos, porque estoy cien por ciento segura de que volviste a tu apartamento con él y su novia.-

Martin me miró, teatralmente horrorizado, y ambos terminando riéndonos.
Apreciaba su amistad, y agradecía que las cosas fueran a quedarse así.

BE US (against the world) - zerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora