|38. Presión baja|

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Me había sentido mal todo el día.
A penas había podido probar bocados de comida entre horas; parecía que alguien se hubiera apoderado de mi apetito porque prácticamente había tenido que obligarme a comer algo para no caer en un ayuno prolongado.
Lo único que quería era poder volver a casa y meterme en la cama. La cabeza me daba vueltas y en más de una ocasión había tenido que pedirle a un cliente que me repitiera su pedido porque no había logrado concentrarme en sus palabras.
Estaba convencida de que todo se debía a las malditas entregas de trabajos de Artes Comparadas que había estado teniendo una tras otra en las últimas semanas. Me tenían nerviosa y con más ansiedad de la normal, pero mi última entrega era en diez días y al fin iba a terminar con mi desencadenante principal de estrés.

El aroma de las papas fritas que John acaban de poner sobre la bandeja inundó el aire y me resultó demasiado intenso. El olor al aceite y la grasa me dio asco y sentí cómo se me ponía la visión borrosa. Di un paso hacia atrás, sintiendo como si estuviera a punto de caerme, y como pude caminé hasta el baño privado para el personal de Jerry's. Cerré la puerta y me apoyé contra la pared antes de dejarme deslizar por ella toscamente. Era como si estuviera a punto de desmayarme o como si estuviera experimentando el mismo vértigo que cuando se está en la cima de una montaña rusa cayendo en picada.
Me sudaban las manos y estaba acalorada, tanto que necesité tirar de mi delantal y deshacerme de él.

-¿Pezz? ¿Qué sucede?- oí la voz de Eva desde el otro lado de la puerta.

-Sólo estoy algo mareada. Creo que me bajó la presión.- inspiré hondo, negándome todavía a abrir los ojos.

-¿Puedo entrar?-

-Sí.-

Oí el chirrido de la puerta al abrirse y los pasos de Eva acercándose tras cerrarla.

-Cielos..-

-¿Tan mal me veo?- reí, si bien más que una risa las palabras salieron algo desgarbadas y apagadas.

-¿Querés recostarte y levantar las piernas? Siempre ayuda cuando tenés la presión baja.-

-Lo sé, pero siento que si cambio de posición, voy a vomitar.-

-De acuerdo. ¿Querés que te traiga agua?-

-Sí. Estoy sudando.- bufé -Tengo mucho calor.-

-Ya vuelvo, no te muevas.- pidió, antes de abandonarme para volver a penas unos pocos minutos después con una copa con agua fría.

-Gracias.-

-Deberías irte a tu casa. Estas extremadamente pálida.-

-Todavía quedan más de dos horas para que termine mi turno.-

-Yo te cubro.- ofreció -No creo que John tenga ningún problema, ni siquiera tenemos muchos clientes.-

-Jamás me fui antes de tiempo.-

-No seas terca, Pezz.. ¿Hay alguien que puedas venir a buscarte? No estás como para irte sola.-

-Puedo tomarme un taxi.-

-¿Tu compañera de apartamento no puede venir?-

Semanas atrás Lisa había conseguido un trabajo nuevo como cajera en un supermercado, así que probablemente siguiera ahí.
Llamarla no era una opción.

-Está trabajando.-

-¿No hay nadie más?-

Podía llamar a Zayn, pero no quería molestarlo. Sólo estaba algo mareada, no necesitaba ir a un hospital ni mucho más que una cama en la que descansar y algo que tomar para las náuseas horribles que tenía.
Después de unos minutos discutiendo con Eva y de ella insistir una y otra vez que no pensaba dejarme ir sola, me rendí ante el cansancio y llamé a Zayn.

BE US (against the world) - zerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora