Que duro es ser la esposa de un F4.

Capítulo 15: El dolor de amar.

Al siguiente día junto a mi hermano mayor fui a despacho de Tsukasa, que le vería tras varios días sin verle y eso me duele, pues solo le vería para decirnos adiós.

-Buenos días Domyoji-sama, como le dije hoy vendría con ella para firmar los papeles del divorcio y la renuncia a su escuela.

-Si, claro, tomen asiento, mi notario viene ahora con los papeles…

-¡MALDITOS!- por la puerta entro furiosa Tsubaki -¡Me opongo a este divorcio y que ella deje la escuela!

-Hermana…

-Disculpe Tsubaki-san, pero no permitiré que mi hermana pequeña continué con un matrimonio cuyo esposo tira a su esposa a la calle y sin creer en la enfermedad psicótica de mi hermana, por eso nada más ella firmar se vendrá conmigo a New York.

-Espere, eso de New York no lo sabía…

-¿Qué quería? Que dejará a mi hermana desprotegida en este país para que un asalta cunas como usted la vaya a buscar cuando quiere, no señor, me la llevaré.

-¡No Nakamura-san, ella se quedará con mi hermano!

-¡Se vendrá conmigo!

-“¡YA BASTA!” Chillamos Tsukasa y yo a la vez.

-Los que estamos casados somos ella y yo, creo que hay manera de que arreglamos esto.

-Si, yéndome yo.

-¡¿Qué?! Rui…

-No Sherlock, tu debes quedarte, aunque te divorcies de Tsukasa debes seguir estudiando aquí.

-Rui…

-Bueno, bueno, no estamos llegando a nada con toda esta discusión.

-¿Y entonces?

-Miré Nakamura-san, usted al igual que yo quiero que mi hermano sea feliz, usted quiere que su hermana sea feliz, así que haremos que se jueguen la plaza de la escuela con un partido de fútbol, si ganan se quedará en la escuela ella y Rui y ella lastimosamente se divorciara de mi hermano.

-¿Y si pierde?

-Pues, divorcio y ella se ira con usted.

-Me parece bien, pero la primera opción solo la aceptaré si su hermano no vuelve a acercarse a mi hermanita.

-Bueno, sobre eso, vamos hablando mientras preparamos el partido de fútbol ¿No cree?

-Vale, le acompaño.

-Por cierto, el partido será un tres contra tres, Tsukasa, Sojiro y Akira contra Sherlock, Rui y…

-Yo. Susumu apareció.

-Susumu.

-No quiero que mi hermana siga con él, pensaba que era un buen tipo, pero acabo decepcionándome, pero eso no significa que no quiera que mi hermana se quede, Ichi de verdad ella se debe quedar.

-Sherlock ¿Tú de verdad quieres quedarte en la escuela? Miré a Tsukasa.

-Sí, por eso jugaré lo que haga falta para quedarme, no me dejaré achantar otra vez, no permitiré que me eches a Rui, ni a mi, ganaremos y me divorciare de ti.

-Pues así se quedarán las cosas, luego no llores cuando pierdas mañana.

Por la tarde me la pase entrenando duro con Susumu y Rui que los dos nos son malos jugando, es más si no fuera por los guantes creo que me dolería parar sus chutes.

-No me puedo quejar, somos buenos.

-Si, pero no podemos subestimar a los otros, mis amigos son buenos jugadores, Tsukasa ganó muchos premios y le dijeron de fichar para equipos de fútbol de primera división.

-¡Wuah! Pues debemos tener cuidado.

-Tú no te preocupes Sherlock, haré lo posible para que ellos no se acerque a la portería y protegerte.

-Lo mismo yo hermana, confía en nosotros.

-Si.

Al finalizar de entrenar con ellos dos me fui directa a mi piso para poder cambiarme para trabajar hoy en un número de danza flotante que me pidieron, pero antes de llegar a mi piso me encontré a Tsukasa esperándome con los brazos cruzados.

-Vientito…

-No me llames así, más porque pronto nos divorciaremos y seguiré estudiando en la escuela, para eso estamos… Tsukasa me abrazo fuerte.

-Vientito no quiero dejar de ser tu marido, solo dime que me sigues amando, que siempre lo haz hecho, solo así dejaremos esta tontería y haremos como si no hubiera pasado aquella noche.

-¡Uhm!

-¡Te lo suplico, dímelo y no permitas que nuestro matrimonio se acabe.

-Ya lo intentamos una vez y mira como término… En esto que me iba zafar de él me puso de espalda a la pared y me agarro fuerte.

-¡¿Siempre ha sido para ti una mentira?! ¡¿Solo me decía lo que yo quería oír para seguir en mi escuela?! No le respondí y él con rabia y desesperación me empezó a besar.

-¿Piensas que los besos lo arreglaran?- le pregunte tras él besarme -¿Cómo arreglar que nunca confíes en mi?

-Rui te conoce mejor, eso es lo que hace que confíes mutuamente, lo que es una gran diferencia entre nosotros dos.

-Tsukasa…

-Joder, ya ni sé cuando fue cuando empecé a depender de ti, solo el olerte o el rozar tu suave piel eran suficiente para yo sentir que te tenía- todo eso me lo dice llorando a la vez que me acaricia la cara para limpiar mis lagrimas -Vientito, espero que alguna vez perdones todo el mal que te hecho, pues he sido un completo idiota al perderte por no haber creído de tu delicada situación psicológica, pero en si eres una mujer afortunada, lograste lo que muchas desearían, me enamoraste y aunque no sé si te arrepentirás, igualmente quiero que mañana luches como la auténtica guerrera que eres, la fuerte diosa del viento del Este.

-Por supuesto lucharé, nunca dudes de mi genes de lucha.

-Así habla mi auténtica vientito. Me dio un último beso en la frente y se marchó dejándome llorando.

Sus palabras me rondaron tanto esa noche que en plena maniobra aérea con la tela me despiste y caí de una altura alta haciendo que me dislocara el hombro derecho.

Continuara…