Que duro es ser la esposa de un F4.

Capítulo 19: Falsa libertad.

Las vacaciones en Vancouver fueron increíble, incluso al final pude hacer Snowboard con todos demostrado lo buena que soy y en fin de año lo pace tras varios años de soledad lo pude pasar en compañía de personas que aprecio y quiero como una familia.

De vuelta a Japón volvimos a tener una pequeña discusión, pues Tsukasa quería que volviera a su casa, pero yo insistí y le pedí tiempo para volver a estar segura de que no ocurrirá algo que me haga de nuevo abandonar su casa como lo hice la última vez, pues no soportaría que otra vez él me tratará como una gata callejera.

-Es raro no verte lloriqueando por no estar como una lapa pegada a tu esposo. En mi piso estaba Susumu haciéndome compañía.

-Ha, ha, bravo por el chiste del año, recuérdame ¿Por qué te tengo como compañero de piso?

-Mis padres estarán largo tiempo fuera y alguien tenía que acompañarme.

-Ju, para que luego me digan que los hermanos mayores son los que cuidan de los pequeños.

-¡Oh! Si que llevarnos unos minutos me hace el mayor.

-Se puede decir que somos mellizos de diferente madre.

-Eso será- suspiro -¿Iras a la reunión?

-¿Cuál?

-La de antiguos alumnos, los de la elemental hará una para vernos las caras.

-¿Van todos?

-Si, incluido el excusas.

-Ju, ese tío era la ostia, yo me partía la caja con él.

-Pues un pajarito me dijo que una vez se te declaró y tu le dijiste que no.

-Tenía prioridades que pensar para andar echándome novio.

-¿Y no será que te van más los viejos?

-No sé de que hablas.

-No te hagas la loca, en navidades te desapareciste y aún sigues casada, blanco y en botella.

-Horchata.

-Para con la tontería, volviste con tu esposo y no me engañas, ya era raro que unas simples vacaciones te animará tanto.

-¿Y qué si volví? Tu no entiendes lo que pasa.

-Haya tú, pero luego no digas nada.

-Si, venga cenamos algo que tengo ganas de comer.

Al terminar las vacaciones tocaba volver a la escuela también, aunque no pensaba que allí me vinieran a buscar unos viejos conocidos de la agencia de modelos de la compañía ST que aparte de hacer productos de seguridad hacían moda.

-Sherlock de verdad que no hay otra como tu.

-Solo tu puedes ser la modelo de esta campaña.

-“¡Te lo pedimos por favor!” Tic y Tac se compenetraron para decime eso.

-Si digo que si dejaréis de insistir.

-“¡Si!”

-Vale, seré vuestra modelo.

-“¡Bien!”

-Te aseguro que te gustara.

-Es un vestido hermosísimo acompañado de unos zapatos.

-Parecerás una princesa de cuento.

-¿Qué cuento?

-Da igual de que cuento, solo decidme el día, la hora y la localización e iré.