Capítulo 42: No del todo.

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Al despertar me vi encerrada en un calabozo en donde chillo y pataleo contra la puerta, parezco una fiera enjaulada, pues me recuerda cuando la mujer aquella me tenía prisionera y me pegaba. No pare hasta que a la mañana mi tío John me saco calmándome para que no hiciera una locura que hiciera que me encerrarán más tiempo.

-Sabia que tenías amnesia, pero no que habías perdido la cabeza.

-Ya recuerdo cosas, pero aun queda cosas que no recuerdo y son la que quiero saber.

-¿El momento que te secuestraron?

-Si, pero bueno ¿Por qué coño los de ST me metieron en ese calabozo? Odio que lo hagan.

-Es por lo que me informaron- me tocó la espalda y le quite la mano -esas no sólo son cicatrices en la piel, sino psicológicas.

-Tío John por favor.

-¡Uhm! Bueno, eso háblalo con el idiota te tu marido, denunció la desaparición y de vez poner esposa confundió el escribirlo y puso alianza.

-Joder, ese me va oír. Salí fuera y le vi nervioso.

-Vientito, amor ¿Estás bien? ¿De verdad me recuerdas?

-A las dos cosas, si y aportare que no espero haberme arrepentido, porque tengo un maridito idiota que no sabe escribir bien.

-Perdona mi amor, me apure a no verte, desde lo ocurrido más temo no encontrarte.

-¿Qué pasó ese día cuándo volviste?

-¡Uhm! Bueno en un principio pensé que saliste por una urgencia, pero luego me pareció raro que solo hubiera servicio mínimo con mis empleados.

-Si es raro.

-Luego le pregunte a Tama-san y me dijo que era imposible que tu no estuviera allí ya que te vio ir, ya asustado me puse a llamarte y tu Smartphone sonó en la mesita de noche, así que ya asustado llame a Ichi y estuvieron investigando, más porque al ver tu esclava bajo la cama supimos que no te fuiste voluntariamente.

-¡Uhg! La cabeza me va estallar.

-Mira vientito, será mejor que nos vayamos a descansar, sobre todo tú, ya resolverán eso en otro momento.

-Tengo ganas de comer, me voy a por ramen.

-¿En serio?

-Sí, llevo toda la noche sin parar de moverme y tengo hambre.

-¿Qué quieres decir con que te la pasante sin parar?

-Nada, vamos a comer.

-Pero no repitas lo de desaparecer, pensé que otra vez te secuestraron y por casi me muero, eres mi vida y sin ti me muero, tengo que saber donde te encuentras.

-Solo te falta ponerme un localizador en la nuca.

-No estaría mal ¿Dónde puedo pedir uno?

-Ju, eres la polla.

-Pero no puedo evitarlo y no me cansaré de decirlo, eres la mujer que amo y me vuelvo loco sino te veo o sé donde estás.

-Debiste pasarlo mal cuando me secuestraron.

-Si, mucho, rezaba por recuperarte y no paraba de ir a ST para ver si había algo nuevo, incluso Nakamura-sama estaba como loco.

-¿Le dijiste a Nakamura-sama que tu y yo estamos casados?

-Si y bueno, digamos que en un comienzo no se tomó bien la noticia. Me lo dices tocando su cara inconscientemente.

-Te pego un puñetazo ¿No? Ju, me imagino la escena.

-De verdad que eres su niñita, pero al final se calmo y me dijo que ya hablaríamos.

-¿Lo hicisteis?

-Si y tras hacerlo me dijo que aceptaba lo nuestro, pues ver que haría cualquier cosa por mi esposa le hizo ver que soy el corrector para serlo.

-¡Uhm! ¿Y si ahora que le gustas a él no me gustaras tú?

-Te diría que mientes y solo quieres chincharme.

-Tenía que vengarme por hacer que me encierre.

-Perdona, no lo repetiré. Abrió los brazos.

-¿Por qué estás así?

-Tengo ganas de mimos.

-Y yo de comer…- me miro con cara de cachorro -vale. Sonriente le deje abrazar.

-Cuanto echaba de menos tenerte así, mi vientito no te separes de nuevo de mi.

-No, no lo volveré hacer maridito mío- me separé un poco y le mire a la cara -¿Ya puedo ir a comer?

-Ju, que mala eres, rompiendo nuestro lindo momentos.

-Pero es que tengo muchas ganas de comer, sino pega tu oreja a mi tripa y oirás como reclaman comida.

-Yo solo pondré mi cabeza ahí cuando lleves dentro el fruto de nuestro amor.

-Ju, ju, ju, ya me lo imagino.

-¿Crees que tío John me regalaría unas esposas?

-¿Por qué quieres que tío John te regale esposas?

-¡Ufff! Para muchas cosas, pero en especial para que no te escapes o te secuestren a ti sola.

-Mira que llegas a ser increíble, puede ser eso una de las cosas que me hizo enamorarme de un loco como tu.

Riendo nos fuimos cogidos de la manos a comer tranquilos ramen, ya después volvimos a mi piso y me puse a descansar un poco.

-¡Vientito, calma!- mientras dormí la siesta para recuperar sueño tuve una pesadilla con los días que estuve prisionera de aquella mujer -ya, tranquila, yo estoy aquí a tu lado.

-Tsukasa… Llorando me abrace fuerte.

Continuara…

Que duro es ser la esposa de un F4.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora