Capítulo 18: Darte calor.

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Por la mañana deje a Tsukasa durmiendo y me fui a la cocina a preparar un nutritivo desayuno con una señora simpática que viene todas las mañanas con el resto de empleados.

-Yo lo aprendí cuando mi…

-Buenos días Turkana-san.

-¡Oh! Buenos días señor ¿Deseaba algo?

-¿Qué han hecho para desayunar? ¿Son dulce de leche de esos que te salen deliciosos?

-Si, pero esta vez fue Turkana-san la que los ha hecho, yo la he ayudado con el resto del desayuno.

-He de reconocer que su invitada es una buena chica, las otras chicas que ha traído, sin comentario.

-¡Uhm! Es lo que tiene que se apunten unas frescas. Dijo Tsukasa comiendo una aceituna.

-Yo eso no lo he dicho. Le respondió.

-Por suerte me case con...

-¡Auch! Al decir eso me corte.

-¡Vientito!- Tsukasa asustado fue a curarme -maldición, siempre que te despistas te haces daño.

-Perdón.

-Le traeré el botiquín a la señora. Turkana-san salió.

-Turkana-san sabe que soy tu esposa.

-Si, le dije que venias y lo nervioso que estaba por volverte a ver.

-Entonces, en todo estos días aquí haz lucido esposa.

-Por supuesto, teniendo una tan magnífica como tu es normal que lo haga. El decirme eso me dejo parada y sonrojado.

-Tampoco soy tan magnífica.

-Aquí le traje lo que hace falta para que cuide de la señora. Turkana-san le dio el botiquín a Tsukasa.

-Gracias Turkana-san.

-Iré llevando el desayuno a sus invitados. Ella nos volvió a dejar solos.

-Bien curemos este cortesito- con una sonrisa discreta me curó y luego beso mi dedo -listo, el dedito de mi vientito esta curadito.

-Mis dedos no son tan pequeños.

-Ju, que linda te pones cuando te enojas.

-No soy linda, soy alguien normal.

-Que modesta eres- me cogió la mano -odio ver esta mano así.

-¿Qué le pasa? La tengo limpia y la herida esta en la otra.

-La tienes desnuda.

-¿Quieres que me ponga guantes?

-¿En serio me vas hacer esto?

-¿El qué?

-Vientito, sabes bien lo que hablo.

-Si es por el anillo no lo tengo, Susumu me lo quito para devolvértelo. Tsukasa saco el anillo y me lo puso en el dedo.

-Él se equivocaba, ese anillo solo puede estar en esa mano, no le pertenece a otra mano.

-Ju, nunca pensé que yo estaría así contigo ¿Qué haz hecho conmigo?

-Enamorarte, me propuse hacerlo desde que te vi y lo he conseguido, bueno, el puñetazo que me diste más me dio ganas de tenerte.

-¿Hoy irás a las pistas?

-Si, pero si lo dices para que te lleve, olvídalo, tu brazo aún tiene que curarse, así que hoy te quedas aquí leyendo uno de los libros que muchos te gustan.

Que duro es ser la esposa de un F4.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora