Que duro es ser la esposa de un F4.

Capítulo 31: Una cita desastrosa.

Cuando al fin salimos de la cama nos bañamos juntos, después le deje haciendo una cosa mientras yo cambiaba la ropa de cama por unas limpias y luego limpie.

-Que esposa más testaruda eres, anda vamos a comer, no quiero que la comas fría.

-Si- arrastras me llevo al comedor donde comimos cuando me sonó el Smartphone -es un mensaje de mi tío John, quiere que vaya a revisar unas cosas ¿No te importa?

-Si, pero es tu trabajo y lo respeto.

-Lo siento de verdad.

-No pasa nada, ve, solo ten cuidado.

-Lo tendré- le di un beso -te juro que le haré a tío John que te lo compense.

-Eso está claro, siempre llevándose a mi vientito y dejándome sin mis mimos.

-¡Uhm!- le abracé -es que eres un sol. Le volví a besar y me fui.

En comisaría me la paso trabajando hasta casi la noche que acabe agotada y yendo a una cafetería con mi tío John para despejar la mente de tanto papeleos.

-Tómatelo antes que se enfríe. Me puso un descafeinado.

-Gracias- sople un poco -no me imaginaba que teníamos tanto papeleo atrasado, hemos arreglado el desorden de todo ST.

-Exagerada, solo han sido los casos que no archivados, ahora ya lo tenemos bien y no creo que se repita.

-Eso espero, mi maridito no estaba muy contento cuando me fui.

-Ju, me lo imagino, estará en vuestra casa…

-Su casa, aún no me siento merecedora de ser la señora de esa casa.

-Sherlock te exiges mucho, eres su esposa, os amáis, que hay de malo decir que es tu casa también.

-Pues, es por como me criaron, sabes que papá me decía, si no lo haz ganado con tu trabajo no puedes decir que es tuyo.

-Ju, te lo tomaste al pie de la letra por lo que veo, pero no siempre haz de ganarte algo por hacer algo, cuando compartes tu vida con alguien lo compartes casi todo, vale que hay cosas que no podrás, pero si otras que hará que os una más.

-¡Uhm! Tienes razón, he de abecés ser más cociente de eso, gracias tío John.

-No es nada, yo siempre te daré todo los consejos que pueda darte para no te líes en la vida y bueno, pues ya que le he robado la mujercita a ese sobrino político mío, voy a regalarle dos entradas para ir al parque de atracciones.

-¿Son para el parque que tienen la casa del terror más grande de Japón?

-Si, me las regalaron para ir mañana, pero no me van esas cosas, así que para no desperdiciarlas id ustedes dos. Me dio las entradas.

-Gracias tío John.

De vuelta a casa fui corriendo a donde estaba Tsukasa con sus amigos charlando de lo de siempre.

-La señora de la casa ha vuelto bien contenta.

-¡¿Qué diablos haz hecho fuera para venir así?!

-Estoy contenta de volver con mi maridito, pero si te molesta me voy a buscar a otro.

-A mi, búscame a mi. Le dijo Rui chistoso.

-¡Rui no me toques los huevos, mi esposa es solo de mi propiedad!- cómicamente se ponía a apartarme -voy hacer que te hagas un tatuajes que lo ponga bien claro.

-Ju, ju, ju.

-Como se echaba de menos todo el jaleo que os montáis.

-Cierto, nos era incluso molesto no veros juntos, perdí hasta pelos del disgusto.

-Exagerado.

-Maridito.

-Dime vientito mío.

-¡Oh! Que lindo. Le interrumpió Sojiro.

-¡Cállate!- me hizo sentarme sobre él -¿Tienes ganas de chocolate o manzana?

-Sabes que siempre, pero yo quería saber si mañana lo puedes tener para mi o trabajas.

-Lo tendré para ti, pero ¿Por qué me lo dices? ¿Tienes algo preparado?

-Si, deja que lo saque de la mochila.

-¡Hey! Si es algo íntimo enséñaselo luego.

-Eso.

-¿Unas entradas para el parque de atracciones es algo íntimo? Pregunte extrañada mientras los cuatros se reían.

-¡Dios, que buena Sherlock!

-¡Yo por casi me muero!

-Vale, vale- espere que pararán un poco -¿Y bien? ¿Vamos?

-Es algo infantil…

-Joder Tsukasa le harías el feo a tu señora.

-Bueno, si él no quiere no pasa nada, iré con otra persona…

-¡No!- me quito las entradas -me lo propusiste a mi primero y yo quiero ir, pues me da igual los lugar mientras tu estés a mi lado. Nada más decir eso me puse roja y como sin contenerme le bese.

-¡Uh, uh! Bien hecho.

-Viva la parejita.

-Ju, ju, ju.

Al siguiente día como acordamos los dos fuimos al parque de atracciones y nos lo pasamos bien, más yo que no me mareaba tanto como Tsukasa, pero lo más maravilloso fue estar en la noria, los dos juntos no parábamos de divertirnos.

-Voy al baño.

-Vale, yo te voy a buscar algo dulce, cuando salgas, espérame en el banco que está enfrente de los baños.

-Si- tal como dijimos hice, pero al salir de baño oí cerca un barullo y fui a ver que era -¡Tsukasa!

-¡Uhg! El barullo era que se había puesto a pegarse con otro tipo.

-Vientito, no vamos a casa. Tsukasa me agarro fuerte la mano y me llevo con él.

Ya en casa me dejo sola y rallada en la parte de los sillones de nuestra habitación y se marchó a la ducha.

-Maridito ¿Qué ha pasado de verdad? ¿Por qué de repente te haz peleado?

-Porque me dio la gana.

-Eso no es motivo, algo tuvo que haber dicho o hecho ese tipo para que lo hiciera.

-No es asunto tuyo.

-¡Así, pues hasta aquí llego los dos meses, me vuelvo a mi piso, no pienso aguantar que me ocultes cosas! Enojada cogí mi ropa y me fui, mientras los otros tres me preguntaba al verme salir pasando de ellos.

Continuara…