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━ETHAN━

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ETHAN

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No tengo ni la menor idea de como paso pero Ezio y yo terminamos perdidos en un laberinto gigante.

──¿Cómo es que terminamos así? ─pregunté comenzando a frustarme de caminar en círculos esquivando estúpidas pruebas que han intentado matarnos. ──¿Qué opinas de todo esto, Ezio? ─lo mire, él estaba acostado un una roca con sus brazos detrás de su cabeza con los ojos cerrados. ──Hijo. ─él abrió un ojo mirándome.

──Esto debe de ser el festival de Vaizel. ─dijo sin darle importancia a el asunto.

──Debemos de salir de este laberinto. Ya me estoy comenzando a frustrar. ─dije cruzando mis brazos.

──Relájate, madre. Solo dejate llevar. ─lo mire de reojo.

──¿Hablas en serio, hijo? ─él solo volvió a cerrar sus ojos.

En eso escuche unas fuertes explosiones provenir del otro lado del laberinto.

──¿Qué fue eso? ─entre cerré mis ojos al sentir la fuerza del capitán y el zorro.

──¿Acaso ese fue el poder del tío Meliodas? ─la sonrisa de Ezio se expandió. ──No creo que saludarlo haga algún daño.

──Ahora si te interesa salir de aquí, ¿eh? ─dije al verlo levantarse para acercarse a la pared donde yo me encontraba.

──Lo más fácil es abrir una brecha. ─sonrió colocando una mano en la pared. ──¡Calor infernal!

Con solo un susurró una luz amarilla con un enorme calor como el sol destrozó todos los pilares que estaban más adelante.

──Creo que te exediste, cariño. ─dije al ver un gran pozo como camino.

──Que te puedo decir, madre. ─solté un ligero suspiro para caminar por el camino con Ezio siguiendo mis pasos.

Al final llegamos justo a la meta donde todos los que pasaron nos miraban, algunos sorprendidos, otros neutros y pocos con terror.

──¡Lady Scarlett! ─exclamaron Gil y Howzer felices de verme.

──Hola, chicos. ─los salude con la mano aunque se extrañaron de no llamarlos pequeños y abrazarlos.

──Así que tu también viniste, ¿eh, Scarlett? ─mire a Meliodas. ──Me alegra ver... ─sus ojos se abrieron en cuanto Ezio llego a mi lado. ──No es posible... Ezio.

Él platinado lo miro y su linda sonrisa lasciva se hizo presente.

──¿Cuanto tiempo sin verte, tío Meliodas?

──¿Tío? ¿Le dijo tío? ─preguntó sorprendido Hawk. ──¿Tenias un sobrino y no nos dijiste, puerco?

──Un puerco que habla. ─Ezio lo miro con una sonrisa. ──¡Mira madre! ¡Es un puerco que habla! Yo siempre quise uno. ─sonreí en cuanto Ezio se agacho acariciando el lomo de Hawk mientras le daba una manzana que traía consigo. ──Es tan increíble por fin conocer a uno.

𝐌𝐈 𝐏𝐄𝐂𝐀𝐃𝐎; 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳𝘰𝘴𝘴𝘢/𝘮𝘢𝘦𝘭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora