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━CASTIGO━

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CASTIGO

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Miraba a mi alrededor a todos beber mientras gritaban y hablaban entre ellos. Eso era en la plan baja lo cual agradecía ya que estaba en la de arriba sentada encima de Mael quien no dejaba de llorar entre mis pechos mientras bebía cerveza.

Yo simplemente acariciaba sus largos cabellos plateados haciendo una que otra trenzita, para ser honesta extrañaba eso.

──Hermano... Ezio, mi pequeño... Sariel... Tarmiel... Lo siento... perdón. ─lo escuche lamentar mientras seguía llorando en mi pecho. ──Ah... mi vaso esta vacío. ─dijo al querer beber más.

──¡¡Una sorprendente revelación!! ¡El más fuerte de los cuatro arcángeles en realidad es un llorón! ─dijo Gowther. ──Tomá otro lleno. ─le entrego otra cerveza.

──Gracias. ─dijo tomándola.

──No sabía que tu esposo era un llorón, Scarlett.

──Es mi bebé llorón. ─tomé su rostro limpiando sus lágrimas. ──Ya no llores, Mael. Solo provocas que quiera llorar. ─hice un mohín haciendo que me mire a los ojos.

Ahora si podía llorar y era debido a que el idiota de Meliodas absorbió el poder suficiente para romper la maldición de Elizabeth y de él e incluso la mia. Eso solo provoco que el océano sean inestable como otras cosas, y por más que intentaba controlarlo por compelto me era imposible, solo podía calmarlo por algunas pocas horas y de igual manera me sentía inquieta por su presencia, y es por eso que ya no puede permanecer más tiempo aquí en Britania y lo más probable es que se vaya al inframundo.

Y por lo visto se irá solo ya que no he visto o escuchado a Elizabeth decir que se ira con él.

──¡Ya se! ─dije sobresaltando a los dos.

──¿Qué sabes, Scarlett? ─preguntó Gowther.

──Ya se como hacer que dejes de estar triste, amor. ─sonreí mirando sus ojos. ──¿Te acuerdas lo que hacia cuando estabas triste antes? ─tome sus manos para colocarlas en mis pechos. ──Haz lo que quieras con ellas.

──S-s-sca...rlett... ─las quito con su rostro enrojecido. ──A-aquí no. ─susurró.

──Pero bien que te encantaba. ─dije recordando los viejos tiempos.

──Vaya, que interesante. ─dijo Gowther mirándonos. ──No sabía que eres igual de pervertido que el capital, Mael.

𝐌𝐈 𝐏𝐄𝐂𝐀𝐃𝐎; 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳𝘰𝘴𝘴𝘢/𝘮𝘢𝘦𝘭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora